Contenido creado por Seguridad_Administrador
Breogán Gonda

Escribe Breogán Gonda

Después de la derrota con Costa Rica

Ahora todos estamos tristes por la derrota. Pero hace 44 años (contra Israel, 2 a 0 en México 70) ganamos por última vez el primer partido de las series del Mundial. ¿Por qué luego no hemos podido ganarlo nunca más? No lo sé, sólo expongo una realidad.

15.06.2014 13:11

Lectura: 5'

2014-06-15T13:11:00-03:00
Compartir en

¿Significa esto que a partir del segundo partido todo andará mejor?: desde luego que no, no significa nada. Sólo me refiero a este antecedente porque hoy vemos todo negro y nos hemos vuelto descreídos: todo lo que hasta ayer era excelente parece hoy ser horrible, no parece haber esperanzas.

Pero, ¿por qué perdimos?

Tratar de dar una explicación de "¿por qué perdimos?" tiene algunos problemas.

Puede parecer presuntuoso.

La explicación, sea cual sea, será subjetiva.

Es inútil dar explicaciones: nunca ninguna explicación resolvió nada.

Por eso me parece mucho mejor, tratar de describir "cómo perdimos", tratando de hacerlo con la mayor objetividad posible cómo seguramente, de una forma profesional y rigurosa, debe estar haciéndolo el maestro Tabárez para, sobre su conocimiento y sus datos objetivos, prepararse para el partido contra Inglaterra.

A primera vista puede pensarse que la derrota se produjo por errores defensivos en el segundo tiempo, que el ataque funcionó bien en el primer tiempo ya que anotó un gol y creó dos oportunidades más. Es una manera de ver las cosas, pero es una manera incompleta.
Durante todo el primer tiempo Costa Rica se paró con una línea de 5 defensores que se mantuvo relativamente cerca de su arco y que no se quebró nunca. Delante y cerca de ella, colocó una línea de 4 volantes con buen trato de pelota pero que atacaron muy poco y, delante, un delantero solitario. O sea: Costa Rica dejó la iniciativa totalmente en manos de Uruguay, sabiendo que eso es lo que hacemos peor.

¿Qué hicimos?: tratamos, atacamos infructuosamente casi siempre. La parte derecha (Maximiliano Pereira y Christian Stuani) no funcionó. La izquierda (Cáceres y Christian Rodríguez) pareció mejor, pero cada vez Cáceres se adelantaba más y le costaba más volver y no creábamos peligro real.
¿Y el tiro rápido de media distancia, como hacía Forlán en Sudáfrica? No había espacio y quizás Forlán no tiene la misma potencialidad de entonces, sólo lo pudo ejecutar una vez, en la última jugada del primer tiempo y casi es gol.

¿Y la habilidad de un gran dribleador / goleador, que fabrica espacios y le duele a cualquier defensa?: no, no lo tuvimos.

Había algo extraño: hicimos el gol y Costa Rica no se inmutó: siguió defendiéndose igual (o quizás aún un poco más atrás), ¡como si el 0 a 1 le sirviera!

Luego del gol seguimos machacando, chocando con la defensa, cada vez más impacientes. En la última jugada del primer tiempo casi logramos el 2 a 0, pero nos fuimos al vestuario con la frustración de estar ganando "sólo" 1 a 0. Probablemente pensábamos que Inglaterra e Italia golearán a Costa Rica y que, entonces, ganar por uno no nos servía.

En el vestuario Costa Rica debe haber concluido que su esquema era exitoso, que perdía "sólo" 0 a 1, que no encontrábamos una forma clara de atacar y, por ello, estábamos cometiendo imprudencias. Que si ellos tenían paciencia probablemente la oportunidad vendría.

Para el segundo tiempo, adelantó un poco todas sus líneas, manteniéndolas compactas.
No tuvimos hombres rápidos para aprovechar el adelantamiento de la extrema defensa rival. En pocos minutos caímos varias veces en off-side con la frustración consiguiente.

Por los 15 minutos del segundo tiempo perdimos una pelota tratando de atacar, nuestra defensa quedó mal parada. El contragolpe fue fulminante y Costa Rica empató.

Sentimos el impacto. Unos minutos después se produjo un tiro libre peligroso para Costa Rica. Hicieron un centro al segundo palo, perdimos marcas y ellos pasaron a ganar 2 a 1.

Hicimos cambios, pero no modificaron nada: no teníamos peso ofensivo y nos estábamos quedando sin resto físico por el calor. Sólo atacábamos a costa de asumir grandes riesgos. Pero a veces parecía que conseguiríamos el empate: valía la pena el riesgo (y, sustancialmente, perder por un gol o por dos era lo mismo).

Cuando faltaban unos 5 minutos, perdimos otra pelota tratando de atacar, lo que provocó otro contragolpe rápido y Costa Rica puso el 3 a 1 definitivo.

Creo que esto es lo que ocurrió.

¿Está todo perdido? No, seguimos dependiendo de nosotros.

¡Estoy seguro que nuestro plantel tiene las reservas morales necesarias para recuperarse!
Si le ganamos a Inglaterra y a Italia o, quizás, ganándole sólo a Inglaterra y empatando con Italia, podemos clasificar.

Dirán que tanto Inglaterra como Italia son más poderosos que Costa Rica y que eso es imposible.
Pero Inglaterra está tan necesitada como nosotros y vendrá a ganarnos, sin especulación alguna. Hará un planteamiento mucho más adecuado para nosotros.

Seguimos en carrera y si hasta ayer de tarde confiábamos ahora debemos seguir confiando, porque siempre supimos que para clasificar debíamos ganarle, por lo menos, a uno de nuestros compañeros de serie, campeones del mundo.

Pienso que el maestro Tabárez debe hacer sacado conclusiones parecidas (y no las comparte con nadie, pero actuará en consecuencia). ¡Sigamos confiando en él y en el equipo uruguayo!