Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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De Pluna a Saint Exupery

De Pluna a Saint Exupery

16.10.2012

Lectura: 7'

2012-10-16T07:58:00-03:00
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Voy a escribir de Pluna, porque no me gusta esquivar el bulto, pero lo voy a hacer cuando tenga elementos suficientes y cuando se hayan definido algunos puntos fundamentales. No es un tema para especular, al contrario, es muy complejo porque se trata de lograr - por parte del gobierno de izquierda - una serie combinada de objetivos diversos y difíciles y porque todo el tema de la industria de la navegación aérea, de las compañías vive un momento muy especial, con decenas de empresas fundidas o en concurso y la propia historia de Pluna es, por decir poco, tormentosa. No quiero apresurarme. Estoy estudiando.
Sí voy a realizar una afirmación polémica y que me surge de seguir de cerca los procesos políticos. Parece que hay gente que tiene el mayor interés en que todo fracase, cuanto más fracase mejor. Y que están agazapados esperando que la situación se desbarranque. Si el Estado logra vender 7 aviones a un precio que se había propuesto, se ponen nerviosos, si después de muchas semanas hasta el segundo remate, no surge ningún interesado serio, se hacen los preocupados, si aparecen 8 nuevos juicios laborales en Brasil contra Pluna, no hablan ni una palabra, que es una empresa que es la responsable de todo el tráfico fluvial, o de la mayor parte del cruce del Río de la Plata renuncia incluso la del Puente aéreo y apunta todo el potencial de crecimiento al principal mercado: Brasil, también les viene mal.

Ojo, no se trata ni de toda la oposición, ni de sólo la oposición. Si en estas 9 semanas, más de dos meses no aparecieron más que dos interesados que estuvieron dispuestos a poner la garantía y a participar del remate, y estamos a pocas semanas de inicio de la temporada ¿Qué sería mejor para el país? ¿Seguir esperando la carroza del Caribe?

Esos mismos locuaces prometedores ¿Por qué no cuentan la verdad sobre durante cuanto tiempo se estuvo hablando, conversando y esperando una respuesta de CONVIASA en el año 2007, y si fue culpa del gobierno de la época que no haya participado esa empresa en la fase final de la negociación?

Para hablar a fondo del tema hay que esperar que culmine esta etapa. Seré paciente. Lo que por ahora tengo claro es que lo que los buitres vaticinaban no se cumplió y el gobierno vendió los 7 aviones por el máximo precio y eso le permite cubrir los costos del crédito bancario y que además los aviones se quedarán a operar en Uruguay. Dos pasos, veremos donde llegamos.

Sí tengo que claro que el gobierno, comenzando por el presidente José Mujica que se ha movido con una prudencia y una solvencia de primera y el equipo que lo respalda están buscando soluciones en un mundo, y en un sector donde las situaciones son extremadamente complejas y llenas de dificultades. Ese mismo equipo que ha resuelto situaciones bien complejas y satisfactoriamente para el país. Tengo confianza y se esperar aunque me coma la impaciencia.

Me produce un poco de sorna que los que saben tanto de negocios, de vender grandes bancos con tan "excelentes" resultados, se hagan los desentendidos de las complejidades de una negociación entre el Estado y grandes empresas.

* * * * * * *

Ahora quiero simplemente hacer un breve relato de una presentación de un libro. En general este tipo de actividades suelen ser tediosas, al menos en mi experiencia. Era viernes de tarde, pocas horas antes del fatídico partido Argentina-Uruguay. En la puerta del Salón Rojo de la Intendencia Municipal se agolpaba bastante gente, que tuvo que esperar un buen rato para que terminara la presentación anterior, la presentación de un libro sobre el "Padre Cacho". Y se me ocurrió: qué lindo un país donde la gente se amontona y se cruza en la presentación de diferentes libros, y es una actividad que crece año a año, en producción, en cantidad de expositores, de títulos y de visitantes en la Feria del Libro. No estamos tan mal.

Los expositores fuimos solo dos, Daniel Vidart, el autor de "Los Uruguayos" y yo. Mauricio Rosencoff estaba indispuesto y los médicos lo ataron a la cama para que no pudiera ir. El salón estaba repleto. Y fue una de las mejores experiencias intelectuales de mi vida: presentar el libro de un sabio.

El libro lo recomiendo vivamente, no porque yo soy un amigo que defiendo a mi amigo Daniel Vidart, sino porque vale realmente la pena, es una investigación profunda, sensible, escrita como una novela, como un relato del enorme escenario geográfico, del clima, del territorio, de las sucesivas corrientes poblacionales, de las realidades y los mitos, de los que ha vivido la antropología y la propia identidad popular de los uruguayos.

Es un libro único, para escribirlo hace falta una vida como la de Daniel Vidart, un periplo humano, un viaje por los caminos de esta tierra, por las rutas de la sensibilidad humana, por los senderos del mundo y de la cultura universal con una particular sensibilidad. Hay que saber mucho de la materia para aventurarse a ese tipo de definiciones que tiene un doble mérito: la solidez de sus razones, de sus argumentos, de sus investigaciones y por otro lado la apertura dialéctica a su permanente desarrollo, a su evolución a sus contradicciones.

Me parece un libro de sabiduría y no un libro de erudición. Y conté la historia del erudito que visita a un sabio para pedirle ser su discípulo y desde el inicio el erudito da cátedra sobre cada tema, incluso cuando el sabio le ofrece un té para amenizar el encuentro, le da una larga lección sobre el origen y los valores del té.

Llegado el momento el sabio le sirve el agua en la taza del erudito y no se detiene, desborda totalmente su capacidad, a lo cual el erudito reacciona con cierta violencia y el sabio le explica: usted está tan lleno de conocimiento que en realidad no necesita nada más. Está repleto.

Es la descripción de lo contrario a la actitud de Daniel Vidart, es un sabio en aprendizaje permanente, estudiando y aprendiendo de la vida y del camino y los mostradores, las pulperías humanas, tan diversas y tan contradictorias. La presentación que realizó el propio Daniel del libro fue una pieza de gran sutileza y de gran humanidad.
El tiempo se fue volando, y casi no nos dimos cuenta que se nos venía el partido de fútbol. Ojalá nos hubiéramos quedado un par de horas más...

Es un orgullo para el país tener entre sus sabios, entre sus académicos a una persona como Daniel Vidart, por su nivel a sus frescos 91 años de vida. Los uruguayos somos tan laicos, desacralizamos tanto a nuestros pensadores, que no tenemos un premio nacional para reconocerles sus méritos, tenemos medallas para los meritorios extranjeros. Habría que pensarlo. No un reconocimiento universitario, ni municipal como ciudadano ilustre, una reconocimiento nacional, hay unos cuantos grandes viejos que se lo merecen y que son más jóvenes que muchos de nosotros.

Y voy a terminar con algo que me parece es el hilo conductor de todo su libro, que al culminar su lectura nos hace sentir más y, sobre todo mejores uruguayos, más conocedores de nosotros mismos. Es ese diálogo permanente en todo su libro entre el enorme entorno de circunstancias que moldean nuestra identidad y por lo tanto las causas sociales, culturales, ideales, económicas, históricas y el individuo, ese frágil y único elemento sin lo cual todo se desvanece. El individuo ante la enormidad de su vida, ante el viaje único e irrepetible por un territorio compartido, que puede ser de generosidad, de fraternidad o de horrores y miserias.

Es un libro que hay que leer y releer. Daniel Vidart fue un investigador de los desiertos, los recorrió y me vino a la memoria la frase de Antoine De Saint Exupery de de que "Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo". Y hay que buscarlo toda la vida, sin desmayo, sin flaquezas. Allí estará.