Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Campañas electorales con viento de cola

Campañas electorales con viento de cola

No hay nadie más optimista sobre este planeta que un político en campaña electoral, y eso porque no hemos comprobado todavía si hay vida en otros planetas.

20.08.2013

Lectura: 4'

2013-08-20T09:59:00-03:00
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La suerte en política es rebautizada de mil maneras. En el Uruguay se la llama "viento de cola", quizá por nuestra afición a volar.

Se acerca la campaña electoral al galope, todos deberemos armarnos de paciencia y humor. Los que hacemos campañas electorales y sobre todo los que las sufren. Aunque miradas con paciencia y benevolencia, son una excelente escuela de las humanas virtudes y las diabólicas realidades. Se los dice alguien con experiencia.

Las campañas electorales son como gigantescas carreras de embolsados para adultos, al menos para mayores de 18 años, que son los que tienen credencial. Lo interesante es analizar semióticamente, filosóficamente y sobre todo con la mente los diversos mensajes.

Existe la tentación creciente de utilizar el control remoto como principal arma protectora durante la campaña electoral. ¡Cuidado! En definitiva, los cinco años posteriores a la campaña, cuando se cobra el sueldo o la jubilación, o se busca empleo, o se va al supermercado o al almacén y se hacen las cosas más trascendentes y banales, el control remoto no sirve para nada, no cambia la realidad. Así que armarse mentalmente de paciencia. Todo pasa...

En las campañas electorales hay dos instrumentos fundamentales: el olfato y el pregumentómetro. El olfato es muy personal, intransferible y está conectado al cerebro - sobre todo en el Uruguay - por delicados nervios ideológicos y partidarios. Pero sirve.

Más importante es el preguntómetro. Hacer las preguntas justas, en el lugar correcto y en el momento adecuado, o mejor aún, formularse las preguntas a uno mismo en un momento de meditación constituyen el mejor instrumento de orientación. Una verdadera brújula que apunta al sur.

Preguntas varias y a gusto:

¿Cumplirá? ¿Cumplirán? ¿Cumplió?

Miro sus ojos ¿Qué me dice?

Escucho y, detrás del discurso ¿qué me dice?

Comparo y ¿qué me dice?

¿Sabe de todo? ¿Sabe de algo? ¿Sabe de lo que opina? ¿Opina?

¿Tiene los ojos debajo de las cejas, arriba de las orejas o en la nuca? ¿Escucha?

¿Tiene vitalidad? ¿tiene juventud? ¿tiene experiencia? ¿qué tiene?

¿Tiene capacidad de escuchar? ¿Tiene capacidad de formar un equipo? ¿Delega? ¿Gobierna? ¿Manda? ¿Habla? ¿Cuánto?

¿Cómo está rodead@? ¿Cómo se rodea? ¿Está rodead@?

¿Cuáles son sus principales intereses? ¿Tiene intereses? ¿Interesa?

Preguntas de izquierda:

¿ Como se lleva con la oligarquía? ¿Cuánto lo ama la oligarquía? ¿Es de origen oligarca? Y ¿con los laburantes como se lleva? ¿Es laburante?

¿Cuan contentos estás los líderes tradicionales con su candidatura? ¿Mucho? ¿Poquito? ¿Nada?

¿Qué mira? ¿ A la mayoría del país? ¿A la mayoría del partido? ¿A la mayoría de su entorno? ¿A su ombligo? ¿Hacia adentro del palacio?

¿Cuál es su Biblia? ¿La constitución? ¿El programa? ¿tiene ideas propias? ¿Está de acuerdo con ellas? ¿Las defiende?

Otras preguntas:

¿Cómo se lleva con los vecinos? ¿Los vecinos como se llevan con él? ¿Y los que están más lejos?

¿Tiene suerte (viento de cola) o está orinad@ por una manada de elefantes en celo?

En otras entregas en esta larga carrera de obstáculos insistiremos con nuevas preguntas.

 

Más preguntas:

¿Realmente con su gobierno vivirá mejor? ¿Igual? ¿Peor? o todo lo contrario

¿Gobernará mirando las encuestas de opinión pública? ¿Promete mirando las encuestas?
¿No promete nada bueno?

¿Es monocorde? ¿Bi corde? O ¿Simplemente discorde?

¿Propone soluciones simples y planas para problemas complejos? ¿Tiene una pocas ideas chatarra para resolver todo y a toda hora? ¿Tiene una cajita feliz para que traguemos mejor el menú?