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Cybertario

Imagen y realidad

CYBERTARIO

El ex ministro de Economía argentino Roberto Lavagna, dijo en el diario La Nación que la posibilidad de que Uruguay pase de miembro pleno a asociado del Mercosur, combinado con el ingreso de Venezuela, le haría perder al bloque regional "imagen y realidad".

Por Gerardo Sotelo

10.05.2006

Lectura: 4'

2006-05-10T00:00:00-03:00
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Dicho de otro modo, un Mercosur con Chávez y sin Vázquez resultaría impresentable. La preocupación de Lavagna es la fortaleza del gobierno uruguayo. Si alguna duda cabe sobre el pronóstico de Lavagna, ahí están las declaraciones de Marco Aurelio García, asesor de Lula en asuntos internacionales. García tomó distancia de la retórica anti estadounidense de Chávez y Morales, a la que calificó como propia de la "guerra fría" y advirtió sobre las diferencias entre la visión geopolítica de Brasil y la de Chávez o Morales.

El mayor activo que la delegación oficial puso en juego en su reciente viaje a Estados Unidos fue la reputación del país y en particular la de la actual administración. En un escenario sudamericano dominado por la verborragia nacional-populista, la buena imagen y el sentido de realidad que la Administración Vázquez paseó por Washington no podían recoger mejor cosecha. Está claro que Uruguay no puede seducir a Estados Unidos por la dimensión de su comercio ni por la opulencia de sus recursos naturales. Puede, en cambio, asomarse en el concierto regional como un país respetuoso de la ley y escéptico frente a los demagogos y los aventureros.

Es el sentido de la realidad lo que hizo que Vázquez se decidiera a abrir una puerta que pocos meses antes parecía cerrada a cal y canto. Por eso en la conferencia de prensa en Washington aparecía secundado por los ministros Astori y Lepra, mientras el canciller Gargano escuchaba junto a los periodistas los detalles de la entrevista con George W. Bush. Pero justo es decir que fue la buena imagen que el país acumuló en los años que siguieron a la crisis del 2002, la carta de presentación con que el primer presidente uruguayo de izquierda llegó a la Casa Blanca. Más allá de las diferencias ideológicas y de los discursos electorales, es esa continuidad en la aplicación de políticas institucionales responsables lo que distingue a los países serios del resto. Vázquez lo sabe y lo puso en juego con mucha habilidad cuando fue necesario.

Ante las autoridades del Banco Mundial (que deberán decidir si financian el emprendimiento de Botnia), Vázquez no sólo reivindicó lo actuado por el presidente Batlle en la instalación de las plantas de celulosa. De paso, colocó a Uruguay en el rol de víctima frente a la irracionalidad de un país mucho más grande y poderoso. Esta táctica, que intenta volcar a favor del más débil la fuerza de su oponente, se conoce como el "jiu jitsu de la negociación": ahora es el Banco Mundial quien deberá demostrar que no favorece a la Argentina por su mayor peso económico y político.

Vázquez sabe que al postergar hasta octubre la definición del acuerdo comercial con Estados Unidos compró tiempo: seis meses para resolver el frente interno (el Partido Comunista y el Pit-Cnt ya hicieron saber su oposición a un eventual Tratado de Libre Comercio) pero también en el externo. Mientras trabaje la comisión binacional, el gobierno uruguayo oteará el horizonte de la región en procura de vientos más propicios. Acaso todo empiece a mejorar cuando Brasil asuma la presidencia pro tempore del Mercosur, en la segunda mitad del año. Por ahora, sus colegas ya saben que Uruguay tiene un presidente decidido a enfrentar el ninguneo de los gigantes del continente sin que le tiemble el pulso y con el respaldo de la mayor potencia comercial del mundo. Una jugada inteligente apoyada en dos activos que pocos vecinos del hemisferio pueden ofrecer: la buena imagen del país y el sentido de la realidad de sus gobernantes.