Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

De mal en peor

CYBERTARIO

Los ambientalistas de Gualeguaychú están irritados y dan un ultimátum, Botnia dice a sus trabajadores que no parará y que los negociadores están desgastados, el intendente Laffluf esta preocupado por la paralización de inversiones en Fray Bentos, el Sunca amenaza con ocupar, Gonzalo Fernández está enojado con Botnia, el gobierno argentino espera sin éxito que se detengan las obras y el documento conjunto va y viene como si su aprobación resolviera gran cosa.

Por Gerardo Sotelo

05.04.2006

Lectura: 3'

2006-04-05T00:00:00-03:00
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Se veía venir. Digámoslo de nuevo: hay que cambiar el juego. Con un poco de humildad se podría reconocer los errores, escuchar los argumentos de las partes y buscar asesoramiento profesional. No parece mucho.

Un mes atrás, proponía desde esta columna que el conflicto requería la participación de una tercera parte, acaso un grupo de notables que, actuando con neutralidad y asesorado por profesionales de la negociación, escuchara los intereses de las partes y elaborara una propuesta de solución aceptada por los contendores. El mecanismo es tan viejo como el mundo y puede rastrearse en las civilizaciones más remotas. En las últimas décadas, su funcionamiento alcanzó estatus académico, al tiempo que la negociación y la resolución de conflictos quedaba en manos de expertos. En lugar de exponer al desgaste a los presidentes y sus secretarios (cuyas antecedentes profesiones van de la abogacía y la medicina al negocio inmobiliario) puede recorrerse un camino que aporte serenidad y profesionalismo.

En su libro Getting to Peace, William Ury sugiere que las causas de la escalada de un conflicto, determinan los roles que podría cumplir una tercera parte . En el caso que nos ocupa, estamos ante un conflicto de intereses que involucra derechos en disputa y que ha lesionado severamente las relaciones. Según Ury (una de las figuras más relevantes del mundo en resolución de conflictos) en tales circunstancias la tercera parte debe cumplir roles de mediador, árbitro y curador.

El rol de mediador tiene como meta reconciliar los intereses en conflicto. No se trata de decir nosotros ya cedimos , nosotros tenemos la razón o le vamos a plantear que , sino de construir entre juntos una solución mejor. El mediador lleva las partes a la mesa de negociación, facilita la comunicación y ayuda a encontrar opciones creativas para alcanzar un acuerdo mutuamente satisfactorio.

La tercera parte también puede asumir el rol de árbitro, buscando determinar los derechos en disputa, una tarea difícil de lograr entre los involucrados en el conflicto. El árbitro ayuda a resolver conflictos destructivos, promueve criterios de justicia y alienta las negociaciones.

Por último el curador (o sanador) busca reparar las relaciones dañadas y su meta es la de mayor proyección en el tiempo: lograr la reconciliación entre las partes, preámbulo de la colaboración mutua. Para eso es necesario crear un clima adecuado que restablezca la confianza y permita escuchar los argumentos del otro, reconocer los errores cometidos y si es del caso, pedir disculpas.

Los abogados aprenden a ganar juicios, los oncólogos a curar el cáncer, los agentes inmobiliarios a comerciar con propiedades y los políticos a conseguir votos. Los mejores de ellos, incluso aprenden a gobernar. Los negociadores profesionales no saben nada de eso. Apenas se especializan en resolver conflictos.