Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Puentes de Plata

CYBERTARIO

Las declaraciones de Néstor Kirchner al periodista Joaquín Morales Sola, publicadas el domingo pasado en La Nación, dicen más de lo que aparentan.

(Por Gerardo Sotelo)

02.03.2006

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2006-03-02T00:00:00-03:00
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Las declaraciones de Néstor Kirchner al periodista Joaquín Morales Sola, publicadas el domingo pasado en La Nación, dicen más de lo que aparentan. El presidente argentino insinúa una agenda de acuerdo, ya en marcha, de la que pronto tendremos novedades: suspensión de obras por un lapso a determinar, levantamiento de los piquetes a cargo del gobernador Busti y convocatoria a ambientalistas de renombre internacional para que evalúen el posible impacto de las plantas.

Morales Solá había entrevistado la semana pasada al ex presidente Sanguinetti, quien habló con una mesura reconocida por el propio Kirchner. Sin embargo, Sanguinetti cometió el mismo error de algunos integrantes del gobierno uruguayo, al afirmar que no se puede negociar mientras continúen los cortes y que la suspensión de las obras está fuera de discusión.

Una vez le preguntaron a Roger Fischer, el mayor exponente de la Escuela de negociación de Harvard, si se debe negociar en un conflicto en el que el adversario realiza secuestros selectivos y toma rehenes. "Justamente por eso es que debemos negociar", respondió el anciano profesor. Traducido al caso que nos ocupa, si nuestro oponente utiliza una estrategia que nos causa daños económicos y no tenemos poder como para desarticularla, esta es una buena razón para negociar.

Todos los actores involucrados en el conflicto saben que la batalla contra las plantas de celulosa está perdida, que el contencioso de La Haya tendrá un fallo favorable a nuestro país y que en esta maniobra dilatoria el que más pierde es Uruguay. Pero si bien es cierto que Kirchner y Busti quedaron entrampados en su propia telaraña, también tienen derecho a temer por las consecuencias ambientales que estas industrias podrían generar en el Río Uruguay.

¿Por qué no plantear alternativas que ayuden a zafar de este juego de suma cero? ¿Por qué no mejorar la calidad del debate con información veraz? ¿Por qué no proponer criterios de legitimidad para evaluar los riesgos ambientales y controlar los potenciales impactos? ¿Por qué no adoptar posiciones que generen confianza en lugar de alimentar la lógica chauvinista?

Si las características temperamentales de Vázquez y Kirchner dificultan tales movimientos y sus respectivas cancillerías brillan por la ausencia, podría crearse una "comisión de notables" que ayude a destrabar este enfrentamiento. Sería de un grupo reducido de personalidades rioplatenses, independientes y aceptadas por ambas partes, que trabajarían en la agenda ya negociada en reuniones discretas para lograr una solución definitiva.

Todos saldríamos ganando: al gobierno argentino se le abriría una salida a esta encerrona y Uruguay evitaría los daños materiales de los piquetes y los colaterales de pleitear durante un lustro en La Haya. El resto de los involucrados, millones de argentinos y uruguayos que miramos con desazón hasta qué extremos nos llevó el desvarío y la improvisación de nuestros gobernantes, aplaudiríamos aliviados.