Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

No tan sólo eres palmar

CYBERTARIO

¿Quién iba a decir un par de meses atrás que el modesto Rocha F.C. iba a ser campeón del Apertura?

(Por Gerardo Sotelo)

14.12.2005

Lectura: 3'

2005-12-14T00:00:00-03:00
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El esfuerzo de un puñado de vecinos de un departamento fundido pudo más que la tradición, la infraestructura, los recursos y el peso político del fútbol montevideano. La moraleja parece obvia pero no por eso hay que dejar de considerarla. Puede resultarnos reveladora más allá de lo deportivo, de lo específico, como casi todas los asuntos de valor que nos plantea la vida.

Si la disponibilidad de recursos materiales, humanos, mediáticos y políticos no alcanza para triunfar, ¿qué más hace falta? Dicho en sentido inverso: si la pobreza y la escasez de recursos materiales no es obstáculo para obtener la victoria, ¿qué nos detiene?

La creencia extendida de que la falta relativa de recursos es la clave de la perpetuación de la pobreza es un mito, una mentira o una excusa. Rocha F.C. está ahí para demostrarlo. Pero si alguien piensa que la moraleja es excesiva, alcanza con mirar la historia y el presente del mundo: no existe ninguna relación ineluctable entre la pobreza relativa con la que comienza un emprendimiento y el resultado al que se llegue.

La clave del éxito es inmaterial; está en el espíritu y en la inteligencia. Procurar los recursos necesarios, tomar las decisiones adecuadas con los medios de que se dispone, templar el ánimo en momento de dificultades, aceptar y corregir los errores, subir peldaño a peldaño la escalera al triunfo, tener un objetivo en la mente y traducirlo en planes y acciones oportunas, son atributos que cualquiera puede desarrollar, ya sea individual o colectivamente, en el fútbol, la economía o la vida personal.

Las teorías materialistas y victimistas sobre las causas de la pobreza y el fracaso colectivo no sólo son falsas: tienden a perpetuar la idea de que la solución está en el control de los medios materiales y políticos, que para colmo suelen pertenecer a otros. De esta manera, nos encerramos en un calabozo cuya llave está siempre fuera de nuestro círculo de influencia.

En Rocha no hay dinero, pero sí entusiasmo, determinación y coraje. El mundo está lleno de dinero pero los bancos no saben ya dónde colocarlo a la espera de emprendedores y emprendimientos que valgan la pena. Los atributos de los rochenses (los que hacen la diferencia entre el fracaso y el éxito, entre la pobreza y el bienestar, entre la desgracia y la felicidad) no se ofrecen en el mercado. Son bienes espirituales e inmateriales, y además, gratuitos.

Suertempila