Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Exilio en Main Street

CYBERTARIO

El pasado 18 de julio se cumplieron 175 años de la jura de nuestra primera Constitución. La ocasión fue propicia para hacer pasar frío a las autoridades nacionales y para que los periodistas preguntáramos por enésima vez si los militares acusados de crímenes cometidos durante la dictadura se van a presentar a declarar en caso de ser citados. Festejar la jura de la Constitución preguntándole al soldado de mayor rango si sus subalternos la van a respetar, no deja de ser una ironía.

21.07.2005

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2005-07-21T00:00:00-03:00
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Fue aquel día de 1830 que el 18 de Julio alcanzó categoría como para ser nombre de avenida. En Estados Unidos, le llaman "main street", acaso como metáfora de que, en toda república, el respeto por las normas constitucionales es un asunto principal. De principio como comienzo y de principios como ética republicana.

Nuestros padres fundadores se toparon con la necesidad de redactar una Constitución por decisión soberana... de las potencias de la época. Y tan mal no lo habrán hecho cuando, un siglo después, los orientales del centenario, convertidos ya en "uruguayos", habitaban una república modelo. Más aún, se animaban a soñar un futuro de esplendor con tanta fuerza que le construían ramblas, avenidas y estadios para que se moviera a sus anchas. Por las dudas, le regalaron al Uruguay del futuro tres títulos mundiales de fútbol en las vísperas centenarias.

Si pudiéramos ver más allá de lo contingente, encontraríamos que el bicentenario está a la vuelta de la esquina y que los uruguayos que organizarán esos fastos ya nacieron. ¿Cómo será el Uruguay en 2030? O lo que es peor ¿hay alguien pensando en el asunto? No me refiero a dónde colocar los fuegos artificiales, la banda de blandengues o las cámaras de televisión (si es que todavía existe la televisión) sino a qué ilusiones moverán esos espíritus, qué sueños de grandeza los alentará. ¿Habrán logrado que la vigencia de la Constitución y el estado de derecho esté por encima de las inclemencias económicas, políticas o militares? ¿Podrán ejecutar los contratos en un tiempo razonable? ¿Seguirán mirando a los Simpson?

Los uruguayos del bicentenario ya están entre nosotros; de hecho manotean nuestros PCs con insolente pericia y se empeñan en hacernos preguntas que no podemos contestar. A falta de respuestas convincentes, intentamos entusiasmarlos con las presuntas ventajas de haber nacido en Uruguay. Nos exiliamos del presente y les contamos cómo pudimos construir una gran nación trabajando duramente, respetando la Constitución y consagrando la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Bueno, de casi todos.

Suertempila

Gerardo Sotelo