Contenido creado por María Noel Dominguez
Cybertario

Caza de brujas

CYBERTARIO

Lo que faltaba. La ministra de Salud, María Julia Muñoz, se hace eco de un rumor que circula en medios periodísticos y del oficialismo desde hace unos meses, para lanzar una acusación gravísima e innominada.

(Por Gerardo Sotelo)

05.12.2005

Lectura: 3'

2005-12-05T00:00:00-03:00
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Según el rumor difundido por la ministra, existiría un grupo de periodistas (calificado por Muñoz como "los detractores de los cambios") que se reúnen para complotar contra el gobierno. Una integrante del Ejecutivo dedicada a alimentar la duda y la suspicacia, atribuyendo intenciones políticas a profesionales de la información y eludiendo la responsabilidad de dar nombres. Una conducta común entre demagogos y dictadores, pero que sorprende y rechina en una jerarca de un gobierno democrático. Lo peor de lo peor.

Invirtamos los tantos. Supongamos que un periodista publica alguno de los múltiples rumores que circulan sobre vínculos y favoritismos entre jerarcas del gobiernos y amigos, exempleadores y empresarios impresentables. Supongamos que, hecho eso, el periodista no aporta nombres, no identifica a qué hechos concretos se refiere ni establece un vínculo plausible entre la intención, los antecedentes, la acción y sus consecuencias. Sólo la suspicacia, el terrorismo verbal, la acusación genérica. ¿Qué juicio nos merecería semejante conducta?

No es la primera vez que la ministra de Salud demuestra que carece del temple para expresarse con mesura cuando las circunstancias lo ameritan. Esta vez fue aún más lejos: difundió un rumor, algo que ningún periodista profesional haría jamás. ¿Quiénes son esos periodistas? ¿A qué medio pertenecen? ¿Estoy yo en el grupo? En ninguna de las versiones que escuché se me incluye pero, tratándose de información sucia, ¿por qué no agregarme a mi o a cualquier otro periodista que un difamador anónimo quiera perjudicar? ¿Cómo conoce la ministra Muñoz las intenciones de ese presunto grupo? ¿En qué hechos concretos se expresan? ¿Cómo se diferencia esta acción periodística de la desempeñada durante el gobierno de Batlle? ¿Cómo cree la ministra que podrá superarse los niveles de crítica desplegados contra el anterior gobierno? ¿Cómo es posible que blancos y colorados tengan la sensación inversa, esto es, que la mayoría de los periodistas y los medios favorecen al gobierno y le niegan espacios a la oposición para manifestar sus críticas?

En los gobiernos autoritarios, las teorías conspirativas suelen sustituir a la argumentación y la refutación de los hechos. Se trata de un procedimiento burdo pero que puede funcionar entre los burócratas arrogantes y el público adicto. Los ciudadanos libres de todos los partidos no entran en semejante juego.

Cotejar hechos, contraponer razones, respetar el argumento del otro aún en la discrepancia, renunciar al insulto, el desprecio y la suspicacia, son conductas que favorecen la calidad del debate público. El camino inverso (el de la caza de brujas) nos lleva por el despeñadero de la desconfianza y el linchamiento. Es destructivo y empobrecedor por donde se lo mire. Pero además, demuestra una conducta política suicida: en los países democráticos, el enfrentamiento desmelenado entre los gobernantes y la prensa independiente suele terminar con periodistas prestigiados, ciudadanos agradecidos y ministros sin trabajo.

Suertempila