Contenido creado por Martín Otheguy
Cybertario

¡A negociar!

CYBERTARIO. POR GERARDO SOTELO

Sí, 14 a 1 es una victoria contundente. Por eso, el fallo de La Haya obliga al gobierno uruguayo a tomar la iniciativa de la negociación con Argentina.
(Por Gerardo Sotelo)

19.07.2006

Lectura: 4'

2006-07-19T00:00:00-03:00
Compartir en
El problema es que se dejó escalar el conflicto hasta un punto en el que se hace difícil dialogar en un clima de confianza. No alcanza con la mesura ni con los tímidos gestos de acercamiento con los que se reaccionó. Se necesita establecer un tipo de comunicación que favorezca la reconstrucción de la confianza y eso no parece estar al alcance de los gobernantes rioplatenses. Entonces, ¿qué se debería hacer? ¿Qué se puede hacer?

Por lo pronto, es una ilusión pensar que la solución está únicamente en mano de los gobiernos, cuando fueron éstos, con sus acciones y omisiones, quienes nos metieron en este baile. La sociedad civil, particularmente sus actores locales, debe estar involucrada en el proceso de negociación. A propósito, no debería olvidarse que hay actores con intereses locales, nacionales, binacionales, internacionales, ambientales, comerciales, laborales y políticos, ni siquiera alineados totalmente con otros del mismo país.

Un camino por el que se obtiene buenos resultados en conflictos de estas características es el de la mediación, un proceso que requiere una tercera parte, neutral y respetada por todos, que facilite y articule la negociación. Esta tercera parte suele surgir de la sociedad civil (figuras notorias del ámbito académico, artístico o religioso) y trabaja asistida por profesionales en la materia. Una mediación bien conducida debería encarnar los mejores intereses de las partes, aplacar las emociones y proveer la supervisión que se necesita en las negociaciones.

Una de sus tareas prioritarias sería determinar qué está causando malestar en las partes y encontrar las claves que lo expliquen. Por lo general, las personas expresan enojo y frustración cuando sienten que se les falta el respeto, se las ignora o se las humilla. Para quien quiera entender antes que ganar el conflicto, resultaría un buen ejercicio ponerse en el lugar del otro y descubrir cómo cambia la perspectiva. De esta manera resulta más fácil enfocar la discusión en los problemas en lugar de hacerlo en los individuos y sus personalidades.

Una vez restablecido el clima de confianza, se debería desentrañar los intereses que subyacen en esta escalada de posiciones encontradas.

Así se dimensionaría adecuadamente las verdaderas diferencias y saldría a la luz cuánto tenemos en común. Al menos si lo que de verdad interesa el desarrollo sustentable de la región, como todos afirman.

Pero todavía queda un asunto central en el conflicto, como es la legitimidad de los argumentos técnicos con que defensores y detractores de las plantas de celulosa han sustentado sus posiciones. Una técnica recomendada en estos casos es la búsqueda conjunta de información, o joint fact finding, en la jerga de los mediadores.

El proceso tiene un doble beneficio. Por un lado, la información de calidad (datos objetivos provenientes de fuentes neutrales) permite establecer criterios de legitimidad de aceptación mutua, y avanzar en un debate más rico y productivo. Por otro, el trabajo conjunto sobre criterios compartidos descomprime la escalada de conjeturas descalificadoras, lo que ya sería un aporte sustantivo.

En suma, un proceso de estas características facilita la generación de opciones creativas que permitan a las partes asumir compromisos de mutuo beneficio y de posible aplicación, promoviendo la idea de que la negociación puede hacerse agrandando la torta y no necesariamente cediendo. Seguro que la solución no está a la vuelta de la esquina, pero si no se sigue por este camino, el conflicto puede empeorar y en ese caso, todos perderíamos por goleada.