Contenido creado por Manuel Serra
Letras Saladas

Letras Saladas

Biarritz, San Sebastián, el Mundial y Jorge Drexler: los últimas semanas de Julián Schweizer

El joven surfista uruguayo viajó a Europa, donde estuvo compitiendo en el Circuito Mundial y conociendo las culturas. Lo cuenta en Letras Saladas.

26.06.2018 13:18

Lectura: 10'

2018-06-26T13:18:00-03:00
Compartir en

7 de junio, jueves:
Fue el primer día del período de espera del LQS. Me levanté a eso de las 6:30 porque el primer llamado era a las 7:30. Preparé el mate, cargué las tablas en el auto y salimos con mi amigo Daniel directo a la playa. Las olas estaban chicas por lo que el evento no se corrió. Pasé el resto del día surfeando mini olas y charlando con colegas que hace tiempo no veía.

8 de junio, viernes:
La alarma suena a las 7:00, me levanto, armo el mate y voy directo al auto que ya había dejado todo cargado desde el día anterior. En la mañana solo corrieron las mujeres. Me tocó ir al agua a competir alrededor de las 5 de la tarde justo en el cambio de marea (normalmente el mar se plancha en los cambios de marea). Estuve 15 minutos (de 25) esperando que entrara la ola buena que nunca llego, agarré un par de scores medianos que me tuvieron en segundo lugar hasta el último minuto de la serie que el competidor que estaba tercero agarra una buena ola y me pasa. Cometí un par de errores que si en la serie hubieran entrado más olas no me hubieran costado tan caros. Pero de los errores se aprende.

9 de junio, sábado:
Me levanto a eso de las 8 para ir a acompañar a mis amigos que todavía seguían en competencia. Al mediodía vuelvo a la casa, duermo una siesta y en la tarde vuelvo a la playa a seguir viendo la competencia y tirarme al agua. Fue una de las sesiones de fin de tarde más lindas hasta el momento; las olas estaban buenísimas y la luz del atardecer encendía el mar.

10 de junio, domingo:
A las 10:30 suena el despertador, llego al campeonato justo para ver las finales y almorzar algo. En la tarde nos juntamos con los hermanos Delpero y los locales de la Côte des Basques en su club de surf enfrente a la playa a tomar una cerveza y celebrar el final de un gran fin de semana.

11 de junio, lunes:
El check out del Airbnb que había alquilado era a las 2 de la tarde, por lo que estuvimos la mañana ordenando la casa y armando las valijas. Salimos a eso de las 2:30 con Daniel (Gil) hacia San Sebastián. Una hora y poco después estoy dejando a Daniel en la terminal de buses para que siga su viaje. Me encuentro con mi amigo Borja (Iraztoza), dejo las cosas en su casa y duermo una siesta. El día termino mirando un lindo atardecer desde el agua en la playa la Zurriola con olitas chicas pero divertidas

12 de junio, martes:
San Sebastián amaneció con una tormenta bastante grande, mucho viento y lluvia. Sin internet en la casa donde me estaba quedando estuve casi un dia desconectado del mundo. A media mañana bajo a un café con computadora y celular, envió algunos correos y veo un par de cosas aprovechando el wifi. El día no daba para hacer mucho.

13 de junio, miércoles:
La tormenta sigue, un poco más suave que el día anterior pero igual no te daban ganas de salir de casa. En la mañana mientras le ponía agua al radiador del auto de mi amigo Eduard (Delpero) y en medio de la tormenta, siento que alguien me llama por mi nombre. Me pone muy contento y me motiva que haya personas que te reconozcan no importa en la parte del mundo que estés. En la tarde me quedé en la casa, salí solo para conseguir una tarjeta Sim para poder estar comunicado con el mundo.

14 de junio, jueves:
Todo parecía indicar que las olas iban a estar buenas, pero no fue así. Fue un día de olas pequeñas y con bastante mugre en el mar de todo lo que había llovido los días anteriores. Por la tarde salió el sol después de casi 3 días sin verlo. Aprovechando el solcito vimos el atardecer con un par de amigos tomando una cerveza en la Zurriola.

15 de junio, viernes:
Amaneció con olas, mar sin viento marea media y olas de 1 metro rolando divertidas. Después de un gran baño salgo del agua apurado a juntarme con unos uruguayos que había contactado para ver el partido todos juntos. Es increíble cómo, solo conociendo a uno de los quince que nos juntamos a ver el partido, el ambiente era como si nos conociéramos de toda la vida. Entre tambores y gritos dentro de un bar de la parte vieja de San Sebastián palpitamos cada minuto de juego. El bar explotó cuando metimos el gol en el último minuto, habían un par de gringos y alemanes tomando una cerveza y se les notaba en la cara que no podían creer lo apasionado que somos los uruguayos. El día se cerró de la mejor manera, en el mar, con olitas un poco movidas pero divertidas.

16 de junio, sábado:
Amaneció nublado como la mayoría de los últimos días, fui al agua temprano un rato y también durante la tarde esperando que mi amigo Borja salga de trabajar para irnos a Biarritz. A eso de las 22:00 emprendimos viaje hacia Francia pero a los pocos kilómetros nos dimos cuenta que era mejor plan pegar la vuelta dormir en San Sebastián para poder aprovechar el día. Íbamos con el plan de dormir en el auto para surfear pero al salir tarde terminamos volviendo para aprovechar mejor el domingo que pintaba lindo.

17 de junio, domingo:
San Sebastián amaneció con sol, calor, el agua un poco fría como de costumbre, pero olitas divertidas. Después de un par de días no tan lindos sale el sol y toda la ciudad baja a la playa. Estaba llena de gente. Almorzamos en la arena y me quedamos allí con 2 amigos hasta la tarde. Lo que más me llamo la atención es la cantidad de mujeres que hacen topless, indiferentemente de la edad. Sabía que era algo bastante normal en Europa pero nunca lo había vivido. Fui con 3 amigos a ver el atardecer a "El polvorín", un bar que está en la cima de un cerro en una antigua fortaleza con vista a las dos playas de San Sebastián. Fue el mejor atardecer que vi hasta el momento.

18 de junio, lunes:
Tenía todo planeado para salir a Madrid a encontrarme con mis abuelos que no veía hace 5 meses y con mi tía que vive en España. Ya había reservado un "BlaBlaCar" para las 10:30am. Estuve en el punto de encuentro (el BlaBlaCar es una aplicación para transportarse como Carpool) como hasta las 11, hasta que recibí un mensaje del conductor del auto que se le había roto el motor de camino y tenía que cancelar el viaje. Así que me puse a ver la mejor opción para llegar a Madrid en la noche, para así encontrarme con mi tía y al otro día ir a recoger a mis abuelos al aeropuerto. Terminé reservando otro BlaBlaCar para las 1:30pm, pero sobre la hora el chofer me avisa que va a llegar dos horas tarde. Después el chofer resultó ser un peruano súper buena onda y el viaje se me hizo corto.

19 de junio, martes:
Mis abuelos llegaban a las 6:30am al Aeropuerto de Barajas y fuimos con mi tía a buscarlos. Ellos no sabían que yo iba a estar ahí. Mis padres el día anterior, con complicidad mía, les dijeron que yo seguía por Europa pero que ya me iba a volver para Costa Rica. La cara de sorpresa de los veteranos fue tremenda. Ese primer día seguí el plan que tenía pensado hacer la abuela y caminamos de un lado para otro.

20 de junio, miércoles:
Uruguay jugaba el segundo partido del mundial. Luego de durante la mañana recorrer con los abuelos Madrid, me voy a ver el partido a la casa de Jorge Drexler. Le había comentado el día anterior que iba a estar por la gran ciudad y me invitó a la casa para alentar a la Celeste. Éramos un grupo de 10 personas (la mayoría uruguayos y algún argentino también hinchando por nosotros). Luego de la gran victoria de Uruguay apronto mis cosas y bastante apurado salgo para la terminal de buses a tomar el bus a San Sebastián durante toda la noche.

21 de junio, jueves:
Llego a San Sebastián después de haber viajado toda la noche. En la mañana voy a visitar a Borja que se había fracturado el peroné surfeando mientras yo estaba en Madrid. Durante el día doy la última recorrida a la linda ciudad y empiezo a aprontar todas las cosas para volverme a Costa Rica (mi vuelo salía desde Biarritz el viernes en la mañana). Me llevó casi toda la tarde, tenía cosas por todos lados, las tablas en la casa de una amiga, mi valija en la casa de Borja, pero en la noche tenía todo pronto y me fui a dormir a la casa de los padres de Borja en Hondarriba (que está ubicado más cerca del aeropuerto de Biarritz).

22 de junio, viernes:
Salgo de Hondarribia hacia Biarritz temprano para llegar con tiempo al aeropuerto. Llegando me paso sin darme cuenta un poco de la línea en un semáforo en rojo y me ponen una multa. Llego a Biarritz y estaciono el auto como a un kilómetro del aeropuerto. Camino con valija y longboards el largo recorrido. Los vuelos fueron tranquilos y llegué a Costa Rica sin ningún sobresalto.


23 de junio, sábado:
Me levanto cansado del viaje, preparo el mate y salgo con el auto y un longboard a ver una etapa del Circuito Nacional de Costa Rica Junior a alentar a mi compañero de team Axel. Fue en Jaco, la playa ubicada a diez kilómetros de donde vivo. Aprovecho, y surfeo y surfeo ahí. Cuando salgo del agua me entero que mi amigo Walter había tenido un accidente en el auto y estaba con el brazo fracturado. A la noche nos juntamos con un uruguayo, un par de argentinos y algunos ticos a preparar sushi. Tuvimos la suerte de que uno es chef y preparamos terrible cena.

24 de junio, domingo:
Ya sin jet lag, me levanto, agarro el mate y salgo a mirar las olas. Esperé como hasta el mediodía para entrar al agua debido a que el oleaje estaba grande y es mejor surfear con la marea alta con esas condiciones. De paso aproveché y miré las finales del Circuito Nacional, y mi amigo Axel se ubicó de tercero en sub 14 y sub 16. En la tarde salgo rumbo a San José a ver a Walter (Brenes) y llevarle algunas cosas que tenía en Playa Hermosa. Pasamos la tarde tomando café y charlando que hacía un mes no nos veíamos.

25 de junio, lunes:
Me despierto temprano que en Costa Rica el partido era a las 8:00. Preparo el mate esperando a mi amigo Seba (Itman) que llegaba con los bizcochos (o lo más parecido a unos bizcochos que se puede encontrar acá). Disfrutamos el partido, gritamos los goles y charlamos un rato. Fui al agua al mediodía con un poco de viento, pero las olas igual salían divertidas. En la tarde tocó entrenar en el gimnasio.

Por Julián Schweizer