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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Basura en lo de Lolo

Durante el pasado fin de semana un grupo de desconocidos descargó gran cantidad de basura frente a la puerta del domicilio de la dirigente sindical de ADEOM, Mabel Lolo.

08.12.2010 11:53

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2010-12-08T11:53:00-03:00
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El episodio fue, claramente, una represalia contra el sindicato municipal montevideano por la grave situación generada en la capital por la falta del servicio de recolección de residuos, que ha convertido a la ciudad en un basural inmundo.

Es muy entendible la indignación creciente de los habitantes de Montevideo que han quedado nuevamente de rehenes del conflicto entre la Intendencia Municipal y sus funcionarios. Al fin y al cabo, ADEOM decidió que cada puerta de cada domicilio en cada barrio de Montevideo fuera un lugar de acumulación de mugre y basura, sin tomar en cuenta la situación ni el bienestar de la gente.

Hace ya mucho tiempo que este sindicato viene actuando con total desdén con respecto a los ciudadanos que sufren directamente los efectos de sus medidas, que dañan y afectan la convivencia social. La situación es particularmente irritante porque no se trata de trabajadores que viven en situación de penuria o con salarios indignos; muy por el contrario se trata de un conjunto de trabajadores que poseen niveles de remuneración que dan envidia a buena parte de los asalariados de este país.

Sin embargo, no es suficiente para ellos y no dudan en ejercer la peor de las presiones para alcanzar sus desmedidos objetivos de aumento salarial. Por otra parte, para agravar más las cosas, los servicios de la Intendencia de Montevideo, hace ya mucho tiempo que son deficitarios y lamentables, a pesar de que la Intendencia golpea los bolsillos de los contribuyentes sin la menor compasión.

Por otra parte, ADEOM actúa con este grado de virulencia porque sabe que la Intendencia de Montevideo no responde con energía ni firmeza; ADEOM sabe que el resultado de sus desplantes obtiene siempre, más tarde o más temprano, la respuesta positiva de un gobierno que teme enfrentar a sus trabajadores, ya sea por reflejos ideológicos o por incapacidad política.
La basura en la puerta de la casa de Mabel Lolo es un grito de hastío, de cansancio y de reclamo ante una injusticia que se prolonga demasiado ante la inacción gubernamental.

La acción señalada no es justificable, como toda acción de "justicia por mano propia" debe ser rechazada. Pero, justamente, estas reacciones surgen ante la incapacidad histórica de un gobierno municipal que ha "colmado la paciencia" de los vecinos. Los vecinos reaccionan porque el gobierno municipal no los defiende, porque el gobierno municipal mira para otro lado y tiene miedo de ejercer su autoridad.

Las acciones de tomar la justicia en propias manos ocurren cuando los individuos sienten que quienes tienen que ejercer la autoridad no lo hacen o lo hacen en forma injusta e inequitativa.
Nos enteramos de que el partido político que ejerce el gobierno, finalmente, se ha decidido a reclamar de la Intendenta una respuesta. ¿Qué más tiene que pasar para que se reaccione? Sería bueno tener una medición de la opinión ciudadana sobre la gestión de la Intendencia Municipal de Montevideo, apostamos con seguridad que los resultados serían muy negativos.

Por otra parte, la basura se acumula en una época de mucho calor, extremo que obviamente los sindicalistas conocen y manejan como una forma de aumentar su presión, lo que agrava la situación de salubridad pública. Sin embargo, nadie quiere tomar la decisión obvia: declarar la esencialidad del servicio de recolección de residuos.

Estaba muy dispuesto el gobierno nacional a declarar la esencialidad de los servicios médicos cuando estos amenazaron con una huelga; no hizo lo mismo cuando el sindicato bancario trancó el clearing de cheques bloqueando el cobro de salarios y jubilaciones; tampoco parece reaccionar cuando medio país se sumerge en la basura.

¿Cuál es la diferencia? Básicamente la pertenencia política de quienes dirigen unos y otros conflictos. Así están las cosas en este país.

Entonces, deja de sorprender que surjan acciones como la que se protagonizó en la casa de la dirigente sindical de ADEOM. Más bien habría que reconocer la enorme paciencia de los ciudadanos que recién ahora comienzan a reaccionar colectivamente, expresando su rabia y rebeldía.

Si la autoridad no existe o no se ejerce, los ciudadanos tarde o temprano buscarán hacer valer sus derechos según lo que mejor les parezca. Esta parece ser la nueva situación que tenemos por delante.