Contenido creado por Inés Nogueiras
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Apariencias

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El presidente José Mujica dijo que el sistema político uruguayo "vuelve a caminar hacia una especie de bipartidismo".

25.09.2013

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2013-09-25T07:26:00-03:00
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Las expresiones de Mujica fueron luego de que se conociera la aprobación de los colorados a concurrir junto al Partido Nacional en la carrera por la Intendencia de Montevideo. Sin embargo, en política (como en casi todo) las cosas no siempre son como aparentan.

Lo que une a blancos y colorados en Montevideo es la convicción de que solo así podrán desplazar al Frente Amplio del control de la capital, su principal cantón electoral. Después de un cuarto de siglo en el gobierno de Montevideo, la izquierda luce desgastada y sin ideas pero su fiel electorado no piensa en un relevo.

El nuevo lema dará a las elecciones montevideanas un mayor nivel de competencia, lo que redundará en un beneficio para todos los ciudadanos pues obligará a los partidos a exigirse en propuestas y candidatos. Pero más allá de esta coyuntura local, ¿es cierto, como cree el presidente, que esto es el comienzo de un camino que puede derivar en una coalición nacional de los rivales históricos?

Para tener una respuesta que vaya más allá de las especulaciones, es conveniente analizar los escenarios electorales, verdadera prueba de fuego de cualquier estrategia política. Allí, la tesis de Mujica hace agua.

Además de las departamentales de Montevideo, blancos y colorados competirán con el Frente Amplio por otros cuatro objetivos: la presidencia de la República, la mayoría parlamentaria, las intendencias departamentales y las bancas. En el primero, existe la segunda vuelta, por lo que el bipartidismo opera de hecho.

Puede conjeturarse que blancos y colorados ya han tenido su peor performance y que es el oficialismo, como siempre, quien paga los platos rotos, aun pensando en las elecciones de 2019 después de una eventual segunda presidencia de Vázquez. No tendría sentido que se fusionaran para ganar ese dos o tres por ciento con que la jefatura de Estado pasaría del Frente a la oposición.

Más claro aún es el panorama en el Parlamento. En las elecciones de 2009, luego de cinco años de crecimiento fenomenal y de un gobierno bastante exitoso, el Frente tuvo que esperar hasta el tercer escrutinio para obtener la única banca que le da la mayoría en Diputados. Es difícil imaginar que, luego de dos períodos con el control del Ejecutivo y el Legislativo, el electorado amplíe esa diferencia. La figura de Váz-quez es, en todo caso, la carta de triunfo que tiene el oficialismo para vencer lo que el sentido común sugiere como el escenario más probable. Tanto para competir por las bancas que se disputan en el interior del país como para obtener, eventualmente, la mayoría parlamentaria, a la oposición le conviene acumular por separado.

En el caso de las intendencias, blancos y colorados no parecen tener mayores problemas, a menos que pretendan competir seriamente en Canelones o Maldonado, para lo cual podrán celebrar acuerdos similares al de Montevideo. Es que en política, como en todo, las cosas casi nunca son lo que aparentan.