Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

¿Uno más para atender?

¿Uno más para atender?

22.10.2008

Lectura: 3'

2008-10-22T08:43:31-03:00
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El gobierno está intentando solucionar, por estos días, un par de crisis financieras vinculadas a dos de las más poderosas corporaciones nacionales. Al salvataje de la Caja Bancaria deberá sumarse próximamente otro parecido para el CASMU, si no se quiere que la mutualista más grande del país termine peor de lo que está. Así, bancarios y trabajadores de la salud se servirán del dinero ajeno (de gente a la que se le quita contra su voluntad) con el aval de un gobierno que no sabe cómo enfrentar a estos grupos de poder.

En el primer caso, el milagro requirió de la servidumbre de trabajadores y jubilados con retribuciones mucho más bajas que las de los bancarios. El manotazo terminó afectando a funcionarios y socios de las cooperativas de ahorro y crédito y la vieja ANDA, una asociación de afiliados sin fines de lucro que poco tiene que ver con el negocio financiero, y aún así no se pudo más que emparchar una realidad insostenible.

Pero mientras al corralito de los ahorros jubilatorios se le llama, eufemísticamente, "solidaridad intergeneracional" y goza aún de cierto prestigio, el de la salud resulta cada vez más repulsivo y difícil de defender, de modo que las autoridades prometieron que para el presente mes de octubre, la esclavitud de los contribuyentes sería abolida. Se nos devolvería así, al menos por un tiempo, la categoría de ciudadanos que nos reconoce la Constitución, lo que nos permitiría, con nuestra "cápita" a cuestas, elegir adónde queremos atendernos en caso de necesitarlo. Nada de eso.


El elefante blanco del sistema mutual, el viejo sueño asistencial de varias generaciones de médicos, la mutualista más grande y más endeudada del país, está primero. A galeras y a remar. Saque número para atenderse con su especialista en dos o tres meses, aguante al abuelo un par de días en la emergencia a la espera de cama para ser internado, siga soñando con cambiarse de mutualista cual si fuera un ciudadano en ejercicio de su libertad, que el "modelo asistencial" está antes que sus derechos. En el CASMU, el 70 por ciento de los trabajadores cobra menos de once mil pesos, mientras que un puñado de médicos y ejecutivos recibe ingresos diez veces superiores, pero vamos, que la concentración de la riqueza es una lacra del neoliberalismo de la que nadie está libre.

Como el CASMU debe más de noventa millones de dólares, no fue capaz de captar nuevos socios y no tiene dinero en caja para pagar los salarios, todo hacía suponer que si se levanta el corralito buena parte de sus vasallos saldría despavorida en procura de una asistencia más eficiente. Nada de eso. Todo el mundo a colocarse el grillete sin chistar.

La moraleja es clara: con este gobierno o con cualquiera, los grupos de poder obtienen beneficios a costa de los derechos y el dinero de las personas comunes. Lo que cambian son los beneficiarios y las excusas, pero los mecanismos de sometimiento son idénticos.