Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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¿Se puede salir? ¿Cómo?

¿Se puede salir? ¿Cómo?

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Una discusión seria y profunda sobre los resultados electorales, no puede concluir en una sentencia, en un tratado, en un veredicto, tiene que concluir necesariamente en ideas, en propuestas y en caminos. De lo contrario es estéril.

Me referiré exclusivamente a la situación creada en Montevideo, pérdida de votos importante por parte de la izquierda, crecimiento exponencial y malhumorado de los votos en blanco y anulados, abstención muy importante en la votación de las alcaldías.

Asumamos que los partidos políticos existen y luchan por ocupar los gobiernos, nacional, departamentales y ahora municipales y luego para gobernar, aplicar sus proyectos, sus programas y sus ideas. Por lo tanto de manera explícita y sin hacerme el distraído digo que hay que salir para poder seguir gobernando Montevideo, que es además de la capital, el lugar donde nació y creció la izquierda y el progresismo. Nadie puede pensar en un Proyecto Nacional de cambios progresistas sin la capital.

Se puede salir, hay fuerzas, energías y experiencia para salir de esta situación. Los propios resultados contienen ese mensaje. El voto en blanco y anulado es una alerta, pero no es un proceso irreversible. ¿Cómo se puede revertir?

En un artículo anterior dijimos que en el resultado pesó de manera importante la crisis del Frente Amplio, de sus formas de participación, de comunicación y de la elección del candidato. No hay ninguna duda. Ahora, si creemos que modificando sólo eso – como insisten algunos compañeros – resolvemos el problema, el error es mayúsculo.

Si en las elecciones del 2015 apelamos al más libérrimo y unánime, consensuado y aceptado método de elección del candidato o la candidata del FA, con eso no tenemos asegurado en absoluto el triunfo. Y eso es lo que hay que tener muy claro.

Tenemos que reformar y revisar nuestras debilidades y errores en ese plano, pero eso sería totalmente insuficiente. Para volver a ganar y a crecer hace falta en primer lugar y de manera muy clara: mejorar sustancialmente la gestión municipal en Montevideo.

Si durante cinco años no encontramos y aplicamos (con urgencia) una política de mejora de la limpieza de la ciudad, de toda la ciudad. Estamos fritos. Porque además de la basura, estamos demostrando que somos sordos al clamor de la gente.

Milagros no hay, pero si no se pueden sacar de inmediato los carritos, hay que buscar soluciones urgentes y parciales, hay que aumentar la flota y la cantidad de contenedores, es notorio que faltan en algunas zonas, hay que controlar, inspeccionar y sancionar duramente a los carritos o a las personas que tiran la basura fuera. Hay que educar, explicar y luego hacer cumplir la norma. De lo contrario no sabemos gobernar.

Hay que comenzar de una vez por todas a construir soluciones integrales al tratamiento de la basura en la zona metropolitana.

Hay que señalizar la ciudad que es una carencia notoria, hay que presentar, coordinar un plan de reparación del pavimento que se ha deteriorado mucho y hay que seguir mejorando la iluminación que debe llegar a nuevas zonas.

Hay que mejorar en concreto, con resultados concretos el transporte, reduciendo los tiempos que la gente pasa en el ómnibus y mejorando el servicio. Y allí nuevamente – como en todos los temas – la prioridad es la gente y no las empresas o la explicación de los problemas.

Hay que reducir el tiempo y los trámites y mejorar la atención a los usuarios a todos los niveles, y existen técnicas modernas y eficientes de controlarlo. Y hay que explicar, formar, involucrar a los funcionarios, pero eso no nos exime de hacerlos cumplir bien sus funciones. No lo hacen por buena voluntad sino porque la gente les paga a través de la IMM sus sueldos. Y para eso la inmensa mayoría pensamos que hay que modificar la relación con ADEOM. No hay atajos.

La culpa no la tiene ADEOM, la responsabilidad es siempre primero y segundo política. Somos nosotros los que gobernamos a nombre de todos los montevideanos, y la IMM tendrá todo el apoyo de la gente si hace cumplir bien el trabajo a sus funcionarios. Y asumimos desde ya que ese será un motivo de conflicto. A ese chancho le pica el lomo...

Hay que encarar y planificar obras importantes, un país de primera necesita que Montevideo se piense y se construya como cuando el Uruguay era de primera, hace 100 años. Hay que diseñar el tránsito para los próximos 20 años y tomar en cuenta las tendencias urbanas y sub urbanas, hay que tener planes zonales integrados. No hay posibilidad de que Montevideo sean 8 ciudades con ritmos y prioridades diferentes, menos 16 micro urbanizaciones y zonas aledañas. La ciudad es una sola, integrada a la zona metropolitana

Hay que coordinar el desarrollo con el gobierno nacional. Mucho mejor que antes. Con todos los ministerios.

Hay que reconsiderar críticamente la descentralización. Es una bandera clave de la izquierda en su visión local pero también nacional. No puede ser un sistema para que se fuguen y se esfumen las responsabilidades. Descentralización sin participación no es más democracia y más eficiencia, es más burocracia. Y Participación, sin descentralización es imposible.

No hay vuelta atrás, aún con la gran abstención, no podemos abrir la boca en cuanto a las alcaldías, tienen que funcionar y hacerlo bien. Ser parte de este gran esfuerzo de mejorar la gestión y la participación de la gente, no como espectadores o escuchándolos siempre y cuando piensen como nosotros y no nos critiquen. Sirven si sabemos escuchar todos los tonos, incluso los que nos protestan y los que tienen ideas diferentes.

Si dentro de cinco años hicimos bien todo eso, no alcanza para crecer. Es imprescindible, pero no alcanza, hace falta hacer política. Hay que transformar de manera permanente la gestión en política, y esa es la responsabilidad de la fuerza política, del Frente Amplio. No son dos problemas, es uno sólo, indivisible.