Contenido creado por Seguridad_Administrador
Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

¿Renovación o restauración colorada?

La aplastante victoria del Dr. Pedro Bordaberry en las elecciones internas del Partido Colorado ha representado, ante la mayor parte de la opinión pública, un proceso definitivo de renovación política. Su triunfo sobre las viejas fracciones batllistas del Foro Batllista y la Lista 15 selló una renovación generacional que deja en segundo plano la larga y extensa hegemonía de los viejos líderes batllistas, Julio Ma. Sanguinetti y Jorge Batlle.

13.07.2009 09:04

Lectura: 4'

2009-07-13T09:04:00-03:00
Compartir en

Estas dos figuras marcaron la escena de este partido desde mediados de los años sesenta hasta estos días, representando con matices y variaciones a lo largo del tiempo al viejo batllismo histórico. En la segunda mitad de los sesenta fueron relegados a una segunda opción por el advenimiento de Jorge Pacheco Areco a la Presidencia de la República. Desde ese lugar, Pacheco fundó el pachequismo que predominó entre los colorados hasta el golpe de Estado de 1973, dejando a los batllistas en un segundo plano.

Con el retorno a la democracia, el viejo Partido Colorado volvió a exhibir la división histórica entre batllistas y pachequistas. Julio Sanguinetti en representación de aquellos ganó la Presidencia en 1984 y volvió a restaurar el predominio batllista y, desde entonces, hasta el pasado 28 de junio fueron los batllistas los que orientaron y gobernaron al viejo partido de la defensa.

Batllistas del Foro y batllistas de la Lista 15 se alternaron en el predominio partidario a través de las figuras históricas de Julio Sanguinetti y Jorge Batlle. En versiones más liberales y más socialdemócratas, según los momentos y las tendencias históricas del momento. El Partido Colorado de la post dictadura gobernó en tres de los cinco mandatos ocurridos desde entonces y en los tres casos sus referentes fueron los viejos jefes históricos de dicho partido.

Hoy han sido desplazados por la figura emergente de Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, quien reivindica su surgimiento como una imprescindible renovación generacional. No hay duda de que Bordaberry representa una renovación generacional, por un hecho objetivo y sencillo que refiere a su edad y a su capacidad de construir un nuevo liderazgo.

Sin embargo, es necesario conocer si esta renovación generacional representa, no solo un relevo por un líder más joven, sino una auténtica renovación política e ideológica del viejo Partido Colorado o, por el contrario, se orienta a la restauración del predominio de las posiciones históricas más conservadoras del viejo coloradismo.

Pues bien, si se hace una lectura cuidadosa de sus planteamientos políticos y programáticos, se apreciará que responden a los planteos más conservadores en materia de valores y de respuestas a problemas tan cruciales como el de la seguridad pública.

Si se analiza su trayectoria personal, sin caer en la injusticia de referir a sus antecedentes familiares que nunca deben ser tomados en cuenta para juzgar a las personas, se registra que su origen político está asociado directamente a las corrientes pachequistas dentro de ese partido; corrientes que al desaparecer Jorge Pacheco, se acercaron al líder de la lista 15, Jorge Batlle y desde allí, surge su propuesta de formar un nuevo sector político.

Es cierto que hay batllistas junto al Dr. Bordaberry y hay también valiosa gente joven junto a él, pero no menos cierto es que su prédica e, incluso su contenido publicitario, ha hecho mucho más referencia a la reivindicación “colorada” que a su carácter batllista. Por otra parte, las viejas agrupaciones identificadas con el pachequismo histórico, como Alberto Iglesias o Adolfo Singer, han rodeado y acompañado al nuevo líder emergente.

Las campañas electorales son, muchas veces, batallas de imágenes y construcción de nuevas referencias. Pero pasados los “fuegos artificiales” y la “parafernalia marketinera”, lo que queda es lo que en definitiva somos cada uno de los candidatos. Cuando “se limpia la hojarasca, lo que queda es el cerno”.

Los próximos tiempos y, sobretodo, sus acciones y decisiones nos dirán con mayor certeza cuál es la naturaleza profunda del nuevo liderazgo del Partido Colorado.