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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

¿Por qué acompañamos la Ley de Presupuesto?

Por primera vez desde el retorno a la democracia un partido que no integra el gobierno vota a favor en general el proyecto de ley de Presupuesto de un gobierno que no integra. En efecto, decidimos acompañar con nuestro voto porque parecía necesario dar una señal política positiva a una propuesta que establece ciertas prioridades estratégicas que son compartibles.

13.10.2010 13:58

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2010-10-13T13:58:00-03:00
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Las prioridades presupuestales se han definido en torno a vivienda, seguridad, educación y protección social. Los cuatro temas coinciden con nuestra propuesta de prioridades formulada el pasado año en ocasión de la campaña electoral. Es más, en materia de seguridad una de las medidas centrales que vertebran la propuesta, como la eliminación paulatina y gradual del servicio 222, fue iniciativa nuestra.

En materia de educación se mantuvo un nivel de inversión elevado, aunque sin ceder ante reclamos exorbitantes y poniendo el énfasis en las inversiones de infraestructura que son absolutamente urgentes e imprescindibles. La prioridad por la vivienda es una respuesta a una década de ausencia total de política habitacional y esperamos que su ejecución tome en cuenta elementos de integración social que están íntimamente asociados a la recuperación de la calidad del hábitat.

Como todo proyecto general de gastos e inversiones del Estado, tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. La cuestión es, entonces, determinar cuál es el saldo final de la propuesta; y en esta oportunidad el balance deja, a nuestro juicio, un resultado favorable. El vaso medio lleno o medio vacío. Hemos optado por privilegiar la mirada optimista y abrir un crédito político del que seremos guardianes permanentes a lo largo de estos años.

Por cierto que en el debe queda la creación de un gran número de cargos de confianza que contrasta con la voluntad manifiesta de reformar el Estado. Está también en el debe la propuesta de creación de los coordinadores departamentales de la Presidencia que son nuevos desarrollos burocráticos carentes de sentido y de utilidad más que para engrosar los cargos políticos del Estado.

Pero, sobretodo está en el debe la reiteración de una propuesta de gasto público que no deja margen para enfrentar un eventual cambio de tendencia en la performance de nuestra economía. Tanto crezco, tanto gasto, sigue siendo la máxima que orienta la línea económica de esta propuesta presupuestal. En tal sentido, debe anotarse en su favor que las previsiones de crecimiento no son exageradas ni excesivamente optimista; más bien por el contrario, por lo menos para el primer año puede estar por debajo de la realidad.

Es por ello que hemos presentado, en línea con nuestras convicciones históricas, un agregado al articulado que busca dar garantías sobre el uso de eventuales incrementos superiores en los ingresos públicos de los próximos años, reclamando que en tal caso se aplique una parte de ese incremento a reducir deuda o a genera reservas para afrontar eventuales dificultades.

Como es posible apreciar, son también varios los aspectos que consideramos negativos, sin embargo la expectativa consiste en apoyar algunas señales de cambio que desde la conducción política del gobierno se han emitido en el sentido de promover ciertas transformaciones culturales sobre el funcionamiento del Estado y sobre las necesidades sociales de nuestra población.

El tiempo dirá si la actitud asumida fue acertada o no. En cualquier caso hemos elegido asumir riesgos, en lugar de mantener la postura tradicional de aquellos partidos que no forman parte del gobierno. Vaya pues como una contribución efectiva a la construcción de una nueva forma de relacionamiento político entre los partidos.