“No lo vieron a Mujica…

El hecho de que haya dejado de ser Ministro no parece ser una explicación suficiente, porque José Mujica ha participado de estas instancias mucho antes de haber ocupado la cartera de Ganadería.

En su lugar estuvo solamente el actual Ministro, Ernesto Agazzi, quien debió soportar un intenso clima hostil, una completa y enérgica Declaración Final, críticas durísimas de parte de las autoridades de la Federación y gritos de congresales que interrumpieron al Ministro en varias ocasiones cuestionando la falta de cumplimiento de las numerosas promesas que desde este gobierno se habían formulado hacia los productores que integran la Federación.

Este Congreso quedará marcado en la historia por el cambio de postura de la Federación Rural con respecto al gobierno frenteamplista. Era notorio que en esta organización el Frente Amplio y, en particular el MPP a través de su líder, había generado enormes expectativas que se traducían en una postura favorable y abierta al nuevo gobierno.

La pavorosa crisis que vivió nuestro país con la aftosa en 2001 y luego con la crisis financiera de 2002, junto a errores notorios de las administraciones de blancos y colorados, habían generado una búsqueda explícita de una propuesta política alternativa que atendiera los reclamos del sector.

El Frente Amplio capitalizó esa situación y generó una elevada expectativa personificada en la figura de Mujica. Incluso hasta el año pasado, en el anterior Congreso, la Federación Rural mantenía un crédito abierto hacia la gestión del Frente Amplio. Pues bien, el crédito se evaporó y ha dado lugar a una fuerte reacción de decepción y cuestionamientos por las promesas incumplidas.

La situación es más significativa aun, porque este cambio de actitud se produce en el marco de un proceso de rotundo crecimiento del sector agropecuario. No imaginamos cómo sería la cosa si, además, el sector estuviera pasando por una circunstancia crítica.

Sin embargo, el Congreso de la Federación Rural dejó al descubierto que muchas decisiones tomadas desde la política económica han afectado negativamente al sector. Datos concluyentes dejaron en evidencia que existe una tendencia notoria a la pérdida de competitividad de la ganadería en nuestro país, en la medida que el precio de la carne aumenta en mucho menor grado que los valores de los principales costos de producción. La política del gobierno con respecto al precio del gasoil y del dólar afectan fuertemente la tendencia del sector agropecuario, las tierras dedicadas a la ganadería se reducen radicalmente en la medida que otras alternativas productivas aparecen con mayor perspectiva y rendimiento.

Por si fuera poco, además del fracaso gubernamental en dar una solución al endeudamiento (a nuestro juicio inviable, pero prometido formalmente por el ex Ministro de Ganadería), se han conocido últimamente algunos datos que estarían indicando que las pautas de negociación de las deudas no fueron ecuánimes cuando se trató de alguna gente vinculada al gobierno.

Ciertamente una combinación de elementos que dan como resultado un Congreso fuertemente crítico al gobierno que demuestra que la política de prometer y prometer sin tomar en cuenta un criterio realista, puede tener rendimiento en el corto plazo, pero a la larga se convierte en un grave costo político.