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Navegaciones: por Esteban Valenti

¡Largaron!

Debemos romper la resignación, la peor amenaza contra el progreso, o seguir anclados a este presente de mediocridad y decadencia.

27.11.2018 13:51

Lectura: 6'

2018-11-27T13:51:00-03:00
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Por Esteban Valenti

En todo el frente electoral de las precandidaturas, queda una sola incógnita. ¿Sanguinetti será precandidato? La otra gran duda ha quedado despejada: José Mujica, haciendo un gran sacrificio no será de la partida. El MPP (MLN) apoya a Carolina Cosse.

Muchos precandidatos en el FA se quedaron con la ñata contra el vidrio. El MPP fue por lo seguro, por alguien de sus filas o reclutada hace algunos años, pero que le responde plenamente a esa fuerza política. Los otros quedaron por el camino, ni habrá una candidatura única, ni se la jugarán por nadie más. Lo que queda claro es que son el grupo con mayor claridad táctica, con movidas inteligentes dentro del FA, para dividir el frente adversario, como lo hicieron en el 2009 con Danilo Astori y la candidatura de Marcos Carámbula. Además en este caso hacen carambola y palos: apoyan a la candidata de Tabaré Vázquez. A paso firme se aseguran su predominio indiscutible dentro del FA.

Eso no quiere decir que tienen asegurado el triunfo en las internas de junio, pero si la candidatura a la vicepresidencia y la mayoría en la bancada parlamentaria, ante los diferentes avatares en el mes de octubre y noviembre del año próximo.

José Mujica se dio el lujo de tener a todos sus partidarios y adversarios sentados en un brasero esperando su veredicto inapelable: no será candidato. Lo había dicho en todos los idiomas, pero siempre dejando la duda. Y sobre esa duda galopó todos estos meses.

No quiere decir que se bajará del caballo. Dentro de sus posibilidades - que a nivel mediático y con la ayuda de la familia "Fuentes" - son muchas, trabajará por la candidatura de Cosse y para tratar de ganar un cuarto gobierno para el actual Frente Amplio.

Ese Frente Amplio con varias almas, que han aceptado convivir, pase lo que pase. El 15 de diciembre en el Plenario Nacional del FA veremos hasta dónde están dispuestos a jugarse para bajar de la caravana electoral a Raúl Sendic. ¿Y a Leonardo De León? En definitiva, a la lista 711. No por razones morales, por una condena clara a los actos de corrupción, sino por razones estrictamente de conveniencia electoral. No sé qué es lo que da más vergüenza.

Porque en realidad lo que no se afronta y por razones muy profundas, es todo el sistema de corrupción asociado a Venezuela que utilizaron empresas, empresas públicas, de derecho privado, sectores políticos y familiares para obtener grandes ganancias. Lo sabe todo Paris, pero nadie lo dice claramente. El poder da miedo.

Y en todo caso se cubre con el collar de inmoralidades de algunos blancos, en varias intendencias, en entes del estado y que viva la consigna salvadora ¡Son todos iguales!, aunque arrastre a los políticos al último escalón de la opinión pública, solo superados por los sindicalistas. ¡Lindo cambio cultural!

De autocrítica, de análisis profundo de ese cambio en el ADN del propio FA, ni una palabra y muchos escobazos debajo de la alfombra. Ya se ha hecho un hábito y un gran bulto.

Un Frente Amplio y su espacio electoral donde conviven varias almas, pero que tienen muy poco que ver con las originales, que surgían de diferencias ideológicas, políticas e históricas, pero que supieron construir una identidad de izquierda abierta y con una fuerte componente ideal y ética y que se ganaron en la lucha contra la dictadura sus mejores credenciales democráticas.

Ahora hay un solo pegamento que los mantiene unidos, el uso del poder y, en todo caso, cierta nostalgia, cierta resignación a que no queda otra alternativa que elegir entre el mal menor. Perdiendo uno de los rasgos fundamentales de la izquierda, su audacia, su valentía, no en las ideas, no en las declamaciones, sino en los hechos.

Por un lado están los que dirigen y orientan el aparato político, parlamentario y orgánico del FA, es decir el MPP (MLN) aliado al actual PCU. Una alianza con pocos años de historia y muchos intereses en común, en pedazos de la torta del poder y otras cosillas.

Por otro lado, la inercia, el colmo de la resignación No tienen un candidato propio, porque los dueños del FA se lo liquidaron, aplastando con la ayuda presidencial al FLS y que si se formulara un cuestionario ideológico y político a ellos y al MPP-PCU y en general al G8 y a la mitad del Partido Socialista, se vería que los une solo es espanto de perder cargos y poco más.

Ya ni siquiera coinciden en la política económica. ¿Quién sabe cuál sería la política económica que impulsaría el nuevo bloque? Da miedo de solo pensarlo.

En otro plano está la otra mitad del PS, que impulsa a Daniel Martínez - que de todas maneras tiene vida electoral propia -, ese sector se encolumna en el mayor silencio posible detrás del candidato y espera ganar el próximo Congreso del partido... Martínez la tiene relativamente fácil en la interna.

Y por último están los frenteamplistas de a pie que le siguen dando crédito al FA a la espera de un milagro, que en el cuarto gobierno haga todo lo que no hizo en quince años y que recupere el equilibrio y la moralidad perdida. La esperanza es lo último que se pierde, pero lamentablemente lo que está en juego no son solo sus aspiraciones políticas, históricas, sus nostalgias, está en juego la vida de los uruguayos durante cinco años.

Del otro lado, sin novedad en el Partido Nacional, que para que el FA no se sienta solo en los escándalos y trapisondas, tiene a varios personajes involucrados y que han pasado a una Comisión de ética que se parece a una puerta giratoria muy, pero muy dócil. No crecen, no hay grandes cambios en las correlaciones internas, por lo tanto, el sector históricamente más de derecha encabeza las encuestas pétreas.

En el Partido Colorado queda la gran incógnita: si Julio María Sanguinetti hará el enorme esfuerzo patriótico de ayudar con su candidatura al cuarto gobierno del FA. Con algún puntito de más para el Partido Colorado, su precandidatura para llegar al tercer gobierno nacional sería el mejor favor posible al statuo quo. ¿Se imaginan Lacalle y Sanguinetti abrazados convocando a votar en el balotaje? Es un pescado intragable. Eso no quiere decir que yo, solo yo, me imponga el voto por el otro mal. Ese sacrificio no lo hago más.

Por eso, ahora que hay tiempo, debemos romper la resignación, la peor amenaza contra el progreso, contra los cambios, por el atornillamiento a los sillones del poder y por cinco largos y penosos años de volver hacia el pasado, o seguir anclados a este presente de mediocridad y decadencia.

La resignación no se la contempla, no se lamenta, no se acuna, se la combate, con audacia, con cambios, con riesgos, con valentía ciudadana. Así conquistamos los uruguayos todo lo que tenemos. En particular la izquierda.