Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Navegaciones

¿Generosos, olvidadizos o republicanos?

¿Generosos, olvidadizos o republicanos?

12.03.2013

Lectura: 6'

2013-03-12T07:35:52-03:00
Compartir en

Lo confieso, ante ciertas circunstancias no se con cual de estas características quedarme. Los gobiernos de izquierda, ambos, mis gobiernos, han sido ¿generosos, olvidadizos o republicanos? Me voy a explicar.

Ahora se conoce que el empresario Fernando Barboni le entabló un juicio al Estado por 1.000 millones de dólares, y que ya en tres oportunidades la Justicia falló a favor del demandante. Según  El País hoy “las sentencias de primera y segunda instancia le dieron la razón a Barboni, tras lo cual el Estado presentó un recurso de casación ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ), que en la última instancia también falló a favor del empresario.”

Como muy bien detalla el diputado José Carlos Mahía en su columna en UYPRESS: “Allá por 1996 el Uruguay asistía a un lanzamiento con la pompa y el boato propios de aquellos que pensaban que iban a gobernar para siempre. Era el Plan Fénix, que anunciaba inversiones multimillonarias para una zona de Montevideo hasta hoy bastante deprimida, para la zona de la Aguada”

“Se anunciaba un nuevo programa urbanístico que incluía la transformación de la Estación Central, el desarrollo de edificios de apartamentos, un Hotel, un Shopping, de todo”...

“El asunto es así: en 2001 una de las empresas de Barboni (Glenby S.A.) realiza un acuerdo por el que mediante un pago previo de 250 mil dólares le habilitaba a obtener en concesión por 30 años la ex Estación de trenes y playa de maniobras de AFE con el objeto de desarrollar un “emprendimiento que incluía cinco torres de apartamentos, otra de oficinas y un hotel”.

“Ahora que fue lo que pasó: algo muy extraño, el Estado a través de SADUF (S.A.), empresa creada por el Banco Hipotecario de la época para hacerse cargo del asunto, NO ENTREGA EN TIEMPO Y FORMA EL BIEN RECLAMADO POR EL EMPRESARIO Y ESTE NO PAGA LA SEGUNDA CUOTA QUE DEBÍA ENTREGARSE AL AÑO SIGUIENTE”

“Fue sencillo, más o menos así, el último día del plazo para entregar el bien el empresario fue con un escribano, sacó el boleto para uno de los últimos trenes que viajaban entonces y dejó constancia que la Estación de trenes aún estaba en funcionamiento y por lo tanto no podía hacerse del bien.”

La demanda fue obviamente por lucro cesante. Una primera reflexión: así que pagando 250 mil dólares al Estado el señor Barboni pensaba realizar un lucro de mil millones de dólares. Interesante. Lo que demuestra una vez más la “excelente gestión” de parte del Estrado y en particular del Banco Hipotecario en aquellos años.

Y no estamos hablando de inversiones, sino de “lucro cesante”. Es decir de multiplicar por 400 veces lo que Barboni le pagó al Estado. Como puede apreciarse un negocio perfecto para el Estado y sus intereses. Y nadie dice casi nada.

Ahora veremos a través de la sentencia cual es el monto que tendremos que pagar todos los uruguayos. Y si una cosa está clara es que el contrato firmado entre la empresa de Barboni y SADUF (S.A.), la empresa creada por el Banco Hipotecario de la época para hacerse cargo del asunto, fue un desastre en toda la línea. Obviamente para el Estado. Una más, del viejo y peludo Banco Hipotecario. ¿Solo del Banco Hipotecario? No, del sistema, que permitía, alentaba este tipo de “inversiones” privadas. Todo esto durante el gobierno del doctor Julio María Sanguinetti.

Este empresario tiene denuncias de todo tipo por negocios y negociados con el Banco Hipotecario. El que tenga interés podrá googlearlo y encontrar una interminable historia. Se ve que en 1996 nadie recogía antecedentes para firmar acuerdos tan ventajosos y entregarle a una empresa nada menos que la Estación Central y todo el parque de maniobras de AFE. Google no era tan accesible...

Una segunda reflexión, los uruguayos tenemos ahora que pagarle 120 millones de dólares a los bancos J.P. Morgan, Chase Manhatan y Dresdner Bank AG por la capitalización acordada por el gobierno de Jorge Batlle y el economista Alberto Bensión. Ahora nos inundan con libros, charlas, declamaciones pomposas sobre la brillante operación de salvamento realizada en la crisis del 2002. El salvavidas además de los miles de millones que le costó al país, a los ahorristas, nos cuesta ahora otros 120 millones de dólares. Y nadie dice casi nada.

Sería una injusticia cargarle las tintas solo al gobierno Batlle, en realidad la “herencia maldita” se la dejó el gobierno del Dr. Luis Alberto Lacalle que le vendió ese y otros bancos a banqueros de asalto de la peor calaña, como los Rohn o los Peirano. Bajo el manto protector de la añorada “plaza financiera”. ¿La recuerdan en la campaña electoral del 2009?

Y vuelvo a la pregunta:  ¿somos olvidadizos, generosos, republicanos o bobos? No hay muchas otras alternativas. ¿Con cual quedarse?

No deberíamos hacer fuertes denuncias públicas sobre estos hechos teniendo en cuenta que los platos, las tazas y toda la vajilla rota  la pagaremos los uruguayos, todos los uruguayos? ¿No corresponde una visita a los juzgados? Perdón por la pregunta tan osada.

¿La oposición ahora, tan guardiana de los dineros públicos y tan dormida cuando se colaba la plata por los cuatro costados de los bancos estatales, el BROU, el Banco Hipotecario, los bancos privados y la estructura del Estado, no tiene nada que decir?

Yo no tengo posibilidad de pedir informes parlamentarios, pero si pudiera haría un pormenorizado y detallado pedido de informes sobre estos dos escandalosos casos de desparramo de los dineros públicos, simplemente para dar a conocer todos los detalles a la ciudadanía.

La otra posibilidad es que pensemos que es mejor que el país muestre un rostro de seriedad perpetua, de equilibrio de todos sus gobiernos, de continuidad de una seriedad en el manejo de las finanzas para el consumo internacional. Una visión republicana. Para mi gusto demasiado republicana, o demasiado ingenua. Y falsa, porque no es cierta. No todos los gobiernos manejaron de la misma manera los dineros públicos, los dineros de todos.

¿Ustedes, alguien sobre este bendito país escuchó una palabra de autocrítica del doctor Lacalle por haberle vendido los bancos a los banqueros de asalto, a Stephan Benhamou, a los hermanos Peirano (reincidentes) y a los hermanos Rohn?

¿Alguno leyó, escuchó un susurro de autocrítica sobre el Plan Fénix del que quedan sólo esqueletos ruinosos y sobre el contrato que le permite a Barboni reclamar 1000 millones de dólares, por un pago de 250 mil dólares? ¿O al menos un reconocimiento de que la famosa capitalización del Banco Comercial que no sirvió casi para nada, nos cuesta ahora 120 millones de dólares? Eso sí, lloran y patalean por el déficit fiscal.

El gobierno, la izquierda ¿no deberíamos ser un poco más incisivos, más agudos en el análisis, más abiertos en la información?

Son preguntas que me formulo también a mí mismo.