Contenido creado por Gerardo Carrasco
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¿Elecciones abiertas en Maldonado?

¿Elecciones abiertas en Maldonado?

Me voy a meter con un tema ardiente. Pero para tener derecho a opinar sobre otros cómodos temas, tales como el crecimiento de la economía y el empleo, los nuevos derechos conquistados por los ciudadanos, hay que atreverse a opinar de las cosas incomodas y candentes, ardientes. Sé que es un tema polémico incluso dentro de la propia izquierda, dentro del FLS y en Maldonado. Es un departamento que me atrae para los líos...

12.11.2013

Lectura: 6'

2013-11-12T10:10:00-03:00
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¿Estuvo mal convocar a elecciones con padrón abierto para elegir los candidatos de la lista 738 a la Intendencia de Maldonado y a la diputación por ese departamento? En un lugar y en un sector político con un líder indiscutido como Oscar de los Santos ¿para qué meterse en esos berenjenales? Perfectamente se podría haber recorrido al tradicional camino del dedo. Siempre un dedo camuflado con una espesa venda orgánica, con mejoras, imagen de colectividad y participación, pero en definitiva elegir y ser elegidos por el reducido y selecto grupo del aparato. Aparatos hay en todos lados.

Yo apoyo con entusiasmo la idea de que se consulte a la gente. No se puede proponer ese método para elegir a la presidencia del Frente Amplio, o incluso más amplio, para elegir a todas las autoridades y estructuras del FA y cuando llega la hora de una fuerza política próxima, integrante del FLS, optar por el camino más seguro y cómodo. Y menos democrático.

¿Cuál era la otra alternativa? Convocar a una convención y que algunos cientos de compañeros eligieran. Algunos cientos, con suerte...No cambia el número cambia el criterio, el de apelar a la gente y darle el poder de decidir, de elegir a su posible intendente y diputado o diputada. También eso tiene que ver.

Las elecciones internas de la 738 en Maldonado despiertan todas las pasiones y las malas intenciones porque están muy cerca del poder, porque es una fuerza que se ganó el derecho a disputar en serio esos cargos, en primer lugar por los resultados de la gestión en dos periodos seguidos en la Intendencia. Era una elección que definía a posibles gobernantes y a un parlamentario. No perdamos de vista este elemento.

¿El diablo metió la cola? No, el diablo no, sino nuestros adversarios y algunas otras cosillas. Precisamente por ser un momento de definición de candidatos muy importantes en la disputa en el departamento, votantes de otros partidos, externos al FA, sobre todo de los que quieren volver a toda costa, los blancos, se fueron a votar organizadamente a estas elecciones. Tenían intereses directos en el resultado y bastardearon los iniciales objetivos, comprometieron un mecanismo que ahora estará siempre bajo sospecha.

¿Qué estarían diciendo de nosotros, de la izquierda, si en forma organizada participáramos de las elecciones abiertas de algún sector de los partidos tradicionales? Los gritos se sentirían en el cielo y en el infierno. Nosotros también debemos gritar, porque es una vergüenza que se hayan participado, reconocido y defendido esa irregularidad. No es ilegal, es inmoral.

Lo malo, lo peor es que esta situación se presentó en otras elecciones a padrón abierto en otros grupos del FA. Esto aumenta la necesidad de una reflexión seria y profunda.

Apoyo la salida que se encontró a esta difícil situación: convocar a las elecciones en simultáneo con las elecciones internas nacionales del 1° de junio en las que participan todos los partidos y listas en todo el país. Es mucho más difícil organizar trampas y manipulaciones de ese tipo. Aunque en algún momento podrían darse y hay que estar alerta. Cualquiera comprende que es mucho más difícil.

Pero lo que hubiera sido inaceptable es optar por otra comodidad, dejar que las cosas siguieran su curso. Cuando hay 5000 votantes que se expresaron, la tentación es grande y hubiera sido una pésima resolución. Una muy mala señal, porque además de minar la confianza de manera irreversible, habilita a que ese método de entrometerse en casa y elección ajena se repita como una constante. La cantidad de votos no cambia el problema de fondo.

La confianza y la disputa del poder en sus diferentes niveles, no siempre se dan la mano, pero para la izquierda el cuidado, la atención a la confianza entre los compañeros y compañeras es un tema de vital importancia. Y no alcanza con proclamarlo.

Se podía haber optado nuevamente por el camino más simple, el de la elección directa e interna por parte de un aparato. Se insiste con convocar al pueblo frenteamplista de la 738 a votar y elegir.

Si me quedara aquí en mi razonamiento sería una forma elegante y manipuladora de opinar. Hay otras cosas. Voy a hablar del pecado y no del pecador o de los pecadores. Y que los hay, los hay.

Para ello voy a insistir con un tema que he tratado en diversas oportunidades, el manejo del poder, sus tentaciones, deformaciones y peligros. El poder es maravilloso y terrible, cambia a la gente, a veces para bien (no es fácil) a veces para mal.

Es una reflexión que en la izquierda siempre debemos hacer, en forma constante y no como una moralina, para cubrir con un manto de buenas intenciones la larga mano de las tentaciones del poder. Hay que incorporar el tema a la cultura y al debate ideal de la izquierda. Los demás que hagan lo suyo.

Nosotros, tenemos que saber y lo hemos comprobado, que el poder es una terrible tensión permanente entre los ideales, los valores individuales y colectivos de la solidaridad, de la justicia social, de la libertad, de la fraternidad y el cotidiano ejercicio del poder en sus diversas formas. Que es más fácil ser virtuoso desde el llano que desde cualquier altura del poder. Por eso debemos ser vigilantes y atentos.

En un mundo donde las tensiones entre las diversas ideológicas se ha debilitado y difuminado muchas veces el poder tiene a sustituir los ideales por los cargos. No solo es humano, es político y es terrible.

Todos somos capaces de explicar las razones políticas de un gesto, de una actitud por la necesidad de resolver desafíos políticos impuestos por la disputa de espacios de poder. Más difícil es referir ciertas actitudes a la historia, a la tradición, a los valores de la izquierda. ¿Siguen vigentes esos valores?

Si no siguen vigentes, quiere decir que no seguimos siendo de izquierda, ni luchadores por las causas populares, ni debemos invocarlas.

Lo que no sirve de ninguna manera es debilitar nuestras prácticas y nuestras convicciones democráticas por estos traspiés. Lo que en otro plano no debemos olvidar es que la lucha es mucha y que los adversarios, las tentaciones, las debilidades también existen. Y por eso hay que aprender de los resbalones. Eso también es de izquierda.