Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, transformó el exclusivo barrio residencial de Crescent Park, en Palo Alto (California), en un extenso complejo privado, valorado en más de 110 millones de dólares, según una investigación de The New York Times. Lo que comenzó en 2011 con la compra de una sola vivienda se convirtió en un conjunto de al menos 11 propiedades, que incluyen casas para huéspedes, jardines, canchas deportivas, piscinas y espacios subterráneos de gran tamaño.
Vecinos y autoridades locales expresaron preocupación por el impacto de estas adquisiciones, tanto por el ruido de las obras —que se han prolongado por años— como por el uso de una de las viviendas como escuela privada, sin los permisos exigidos por la normativa municipal. El portavoz del empresario, Aaron McLear, defendió que se trataba de un grupo de educación en casa creado durante la pandemia y que se ha mantenido por razones de estabilidad para los menores.
La seguridad es otro foco de fricción. El complejo cuenta con vigilancia privada permanente y cámaras con vista a las propiedades colindantes, lo que algunos residentes consideran una invasión de su intimidad. Desde Meta aseguran que la vigilancia responde a amenazas creíbles y que las cámaras se ajustan cuando un vecino lo solicita.
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