Una década después de su intento fallido por llevar el ecosistema de Steam al living, Valve volvió a la carga este miércoles con el anuncio sorpresa de la Steam Machine, una consola compacta que busca competir directamente con Xbox y PlayStation, pero desde una lógica propia, al ser una computadora al mismo tiempo.
El anuncio llegó acompañado de otros dos productos que completan el ecosistema —el visor de realidad virtual Steam Frame y un nuevo Steam Controller— y marca el regreso más ambicioso del hardware de Valve desde la irrupción del Steam Deck, competidor directo de la Nintendo Switch.
La premisa es trasladar la experiencia del Deck a la televisión, pero con un salto de potencia capaz de sostener los títulos modernos que han comenzado a superar al handheld. Como en el portátil, la Steam Machine ejecuta SteamOS, un sistema basado en Linux que utiliza la capa de compatibilidad Proton para que los juegos diseñados para Windows corran de forma nativa sin depender del sistema operativo de Microsoft. Valve insiste en que esta arquitectura favorece carga inmediata, actualizaciones en segundo plano y una experiencia de “encender y jugar” más estable que en un PC tradicional.
La nueva consola llega en un formato extremadamente compacto, dentro del que incorporó dos chips AMD dedicados —un procesador Zen 4 de seis núcleos y una GPU RDNA 3 Navi 33 hecha a medida— junto con 16 GB de RAM DDR5 y un sistema de refrigeración inusualmente sofisticado para el tamaño del chasis, según informa The Verge. La compañía afirma que el rendimiento es seis veces superior al Steam Deck y comparable al de una PS5 o PS5 Pro, con margen suficiente para ejecutar títulos AAA en 4K reescalado y tasas de 60 fps estables.
El ecosistema que acompaña a la consola incluye un nuevo Steam Controller con sticks magnéticos, trackpads más precisos y un diseño más tradicional que el experimental modelo de 2015. El visor Steam Frame apuesta por otro enfoque: es un equipo inalámbrico con procesador Snapdragon que corre SteamOS, capaz de funcionar por sí solo o como receptor de juegos VR y no VR desde la Steam Machine.
Los tres productos estarán disponibles en las mismas regiones donde hoy se vende el Steam Deck, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Europa, Reino Unido, Australia y los territorios asiáticos cubiertos por Komodo. La hoja de ruta de Valve apunta a un lanzamiento en inicios de 2026, aunque aún no hay precio confirmado. La compañía solo adelantó que la Steam Machine se posicionará cerca del “nivel de entrada del espacio PC” y competirá con el costo de un ordenador armado con piezas equivalentes.
En el mercado actual, un equipo con prestaciones comparables puede rondar entre USD 800 y USD 1.000, una cifra que —según los analistas— podría convertirse en un punto crítico para definir el éxito del proyecto. Pero si Valve logra entregar una consola confiable, silenciosa, potente y con acceso directo a décadas de juegos de PC, la Steam Machine podría cumplir finalmente el sueño que persigue desde hace diez años: llevar la biblioteca de Steam al living como una alternativa real a las consolas tradicionales.
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