Un nuevo estudio del Center for Democracy and Technology (CDT) reveló que uno de cada cinco adolescentes ha mantenido una relación romántica con una inteligencia artificial (IA) o conoce a alguien que lo haya hecho.

La investigación, realizada en centros de enseñanza secundaria de Estados Unidos, muestra una tendencia en aumento: la IA ya no se usa solo como herramienta educativa o recreativa, sino también como compañía emocional.

El informe indica que el 90% de los estudiantes y docentes utilizó algún tipo de inteligencia artificial en el último año, mientras que el 42% de los jóvenes afirmó haber empleado sistemas conversacionales para buscar apoyo o compañía. Dentro de ese grupo, el 20% reconoció haber mantenido un vínculo romántico con un chatbot o conocer a alguien que lo haya hecho. 

“Cuantos más usos educativos o institucionales de la IA hay en una escuela, más probabilidades existen de que los estudiantes reporten relaciones personales con ella”, explicó Elizabeth Laird, directora del CDT.

El fenómeno no sorprende a los especialistas. Desde la expansión de modelos como ChatGPT y aplicaciones de compañía virtual, los adolescentes encuentran en estos sistemas una fuente constante de atención, validación y escucha, algo que las relaciones humanas no siempre garantizan. “La IA siempre está disponible. No se aburre de vos. No te juzga”, dijo un joven de 18 años a la agencia Associated Press.

Un informe anterior de Common Sense Media, publicado en julio, ya advertía que uno de cada tres adolescentes consideraba más satisfactorias las conversaciones con una IA que las mantenidas con sus amigos reales.

Ante el crecimiento del fenómeno, plataformas como OpenAI y Meta implementaron controles parentales y filtros de contenido para usuarios menores de edad. Sin embargo, los expertos del CDT advierten que la frontera entre interacción tecnológica y vínculo emocional se vuelve cada vez más difusa.

Para los investigadores, el reto no pasa solo por regular el acceso, sino por entender por qué una parte de los adolescentes encuentra en la inteligencia artificial el tipo de conexión que no halla en su entorno humano.