Cuando el naturalista inglés Wiliam Toller desembarcó en el Uruguay en 1715, se encontró con grandes grupos de pecaríes de collar. Menos de doscientos años después, sin embargo, estos animales habían desaparecido del país.

Enrique González, responsable del sector mamíferos del Museo Nacional de Historia Natural, dijo a Montevideo Portal que si bien Toller pudo haber exagerado un poco (es difícil que existan grupos de 200 pecaríes, como afirmaba el británico), es cierto que la especie declinó rápidamente hasta desaparecer.

Los últimos registros fidedignos son del siglo XIX, aunque a comienzos del siglo XX algunos autores aseguraban haberlo visto en departamentos del norte, agregó González.

Ahora, esta especie animal declarada extinta en Uruguay fue recuperada y casi 100 ejemplares fueron liberados al medio silvestre tras la coordinación entre una reserva privada y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama).

La especie Pecari tajacu, comúnmente conocida como pecarí, es un ungulado emparentado con la familia de los cerdos.

Estos animales habitaban particularmente las zonas litoral y este de nuestro país, de donde desaparecieron, aunque quedaron unos pocos ejemplares en reservas.

Según informó la Dinama, la coordinación entre este organismo y el bioparque M´Bopicuá (de la empresa Montes del Plata), a través del "Proyecto de Reintroducción Experimental del Pecarí de Collar en Uruguay", permitió que se reintroduzcan en el medio silvestre 100 ejemplares provenientes del bioparque.

Esta reintroducción "requirió de un estudio exhaustivo atendiendo aspectos genéticos, sanitarios, alimenticios y hábitat de una especie extinta en Uruguay, así como el desarrollo de un plan de monitoreo de la adaptación de estos animales al medio".

Para Ana Laura Mello, jefa del Departamento de Control de Especies y Bioseguridad de Dinama, "esto constituye un avance verdaderamente significativo en los esfuerzos de conservación de la biodiversidad en nuestro país, y en particular de las especies amenazadas, tal como lo establece la Meta Nacional 12 de la Estrategia Nacional de Biodiversidad", reportó la Dinama.

Para 2020, "se habrán implementado a través de distintas herramientas institucionales y normativas acciones para evitar la extinción y disminución de las especies amenazadas identificadas como prioritarias para la conservación, priorizando las que se encuentran en estado más crítico", dijo.

"Estamos convencidos de que a partir de este y otros esfuerzos, el pecarí podrá finalmente, soñar con volver", dijo Mello.

Hay que recordar que la caza de este animal está prohibida y penada por ley. Los detalles de los lugares de la reintroducción no se proporcionan justamente para evitar la acción de cazadores.

Liberados

Juan Villalba Macías, coordinador del bioparque M´Bopicuá, señaló que se trata de un "hito muy importante, un proyecto ideado hace 17 años, cuando se inició el bioparque, básicamente para mejorar las condiciones en algunas especies y poder reintroducir al medio natural especies en extinción".

De acuerdo a lo informado por la Dinama, Villalba relató que para la reintroduccción se realizó un proceso de adaptación al medio natural que implicó entre otras cosas que incorporaran a su dieta alimentos naturales como frutas de la palmera Yatay, propia de la región y algunas otras plantas y frutos nativos que forman parte de su dieta natural.

Luego de esta primera etapa de reintroducción, viene una etapa de seguimiento y evaluación del retorno de esta especie a su medio. "Confiamos que en pocos años el pecarí vuelva a ocupar el lugar que tenía a nuestra fauna autóctona, que como toda especie cumple un rol importante en el ambiente natural", señaló el coordinador del bioparque.

Para Villalba "es importante hacer la precisión de que estos animales, a pesar de su semejanza con los jabalíes no tienen nada que ver con éstos". "Se pueden reconocer porque son bastante más pequeños y no representan ningún riesgo para la fauna autóctona ni los animales domésticos; son animales herbívoros", apuntó.

Sobre los pecaríes

Habita pastizales abiertos pero también bosques dado que necesita una cierta cobertura arbórea o arbustiva para refugio y alimento. Pesan entre 30 y 40 kilo, son herbívoros y su dieta es amplia pudiendo estar compuesta por frutos, hojas, y tubérculos. Es un animal sociable que vive en grupos de 2 a 30 individuos.

El pecarí cumple diversas funciones en el ecosistema, mientras busca alimento, aérea y remueve el suelo; por tal razón se lo conoce como el "animal que hace senderos a través del bosque". Al alimentarse de frutos, el pecarí es también es un dispersor de semillas, jugando un importante rol en los ecosistemas que habita.

La Dinama agradeció a Germán Gil, estudiante de Conservación de Recursos Naturales del Polo Educativo y Tecnológico "Arrayanes", que proporcionó valiosa información sobre la historia del pecarí en Uruguay.

(En base a información de la Dinama)