La identificación de cuatro nuevas especies de avispas parasitoides pertenecientes al Paleógeno demostró la existencia de antiguos eventos parasitarios, según un estudio publicado hoy en la revista Nature.
La evidencia de parásitos en fósiles es "generalmente rara", ya que implica haber conservado información de la interacción entre ambos miembros, según expertos del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (Alemania), quienes lideraron la investigación.
Por ello, el registro fósil de avispas parasitoides se restringe casi exclusivamente a adultos aislados, con pocos ejemplos de larvas no identificadas atrapadas en el ámbar junto a sus huéspedes.
En esta ocasión, a través de una microtomografía de rayos X, los investigadores pudieron examinar 1.510 crisálidas de moscas fosilizadas del Paleógeno de Francia e identificar así un total de 55 eventos de parasitación por parte de cuatro especies de avispas.
Las cuatro especies -Xenomorphia resurrecta, X. Handschini, Coptera anka y Palaeortona quercyensis- se desarrollaron como parásitos solitarios dentro de sus huéspedes y mostraron diferentes adaptaciones morfológicas para ser capaces de "explotar a sus huéspedes dentro de un mismo hábitat".
Hasta ahora, el único registro de una supuesta avispa parasitoide fósil dentro de su huésped provenía de una pupa de mosca mineralizada, que fue hallada en la región de Quercy en Francia y que tenía una antigüedad de entre 40 a 30 millones de años.
EFE
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