El pasado martes, el resultado del trabajo de unos pescadores artesanales generó asombro y también preocupación.

Según informa el medio chuiense Inf Central, una barca que faenaba en aguas fronterizas atrapó un tiburón de gran tamaño.

La embarcación descargó su pesca en la playa de Hermenegildo, un balneario situado a 25 kilómetros de Chuy, muy frecuentado por turistas uruguayos y en el que residen no pocos compatriotas. El pez había sido capturado en la franja costera limítrofe entre Uruguay y Brasil.

De acuerdo con el citado informe, autoridades locales manifestaron que, más allá del impacto visual que genera la llegada de un tiburón a un balneario concurrido, es fundamental analizar las condiciones de captura y verificar que se cumpla con la normativa vigente en materia de pesca.

La imagen del escualo se viralizó en redes sociales y generó reacciones diversas.

“¡Por eso no voy al mar ni a los lagos! ¡Siempre aparece algún animal!” “Este verano, solo piscina”, comentaban algunos, preocupados por el posible riesgo de ataque.

Otros, sin embargo, recordaron que los tiburones son “habitantes fijos” de esas aguas y que los incidentes con ellos son virtualmente inexistentes. “Un tiburón en el mar. ¡Impresionante!”, ironizó un internauta.

El animal en cuestión es un tiburón toro, cuyo tamaño relativamente grande y dientes sobresalientes que apuntan hacia el exterior de sus mandíbulas le dan una reputación de peligro.

Sin embargo, son muy dóciles. Suelen nadar con las olas, a veces muy cerca de los seres humanos, pero solo ha habido unos pocos casos de ataques de tiburones toro contra los seres humanos, y estos, por lo general, están asociados con la pesca submarina, pesca con caña o la alimentación de tiburones.

Estos últimos casos se producen porque, en el momento conocido como frenesí alimentario, los tiburones se vuelven agresivos y tienden a robar el pescado o cebo.

Debido a su gran tamaño y temperamento dócil, el tiburón toro comúnmente se exhibe en acuarios de todo el mundo. Asimismo, cabe destacar que no hay registros de ataques a humanos por esa especie en Uruguay o Brasil.