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Vida en la red

Por The New York Times

Sí, a ti también te pueden estafar

Si eres nativo digital y te consideras inmune a todas las estafas, los ladrones te tienen justo donde quieren.

28.06.2021 16:32

Lectura: 8'

2021-06-28T16:32:00-03:00
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Por The New York Times | Ron Lieber

Si eres nativo digital y te consideras inmune a todas las estafas, los ladrones te tienen justo donde quieren.

Desde hace años, las encuestas de Better Business Bureau (Oficina de Buenas Prácticas Comerciales) demuestran que los adultos más jóvenes pierden dinero a manos de los estafadores con mucha más frecuencia que las personas mayores, a las que tal vez consideres víctimas estereotípicas. La Comisión Federal de Comercio reporta cifras similares: el 44 por ciento de las personas de entre 20 y 29 años pierden dinero debido a fraudes, más del doble del 20 por ciento de las personas de entre 70 y 79 años que pierden dinero por la misma causa.

El último informe de la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales reveló un nuevo giro: cuando los delincuentes redoblaron sus esfuerzos en vista de que las personas confinadas en casa pasaban más tiempo en internet el año pasado, consiguieron que el promedio de las pérdidas por estafa de los adultos de 18 a 24 años se situara en el mismo nivel —150 dólares— que el de los mayores de 65 años, con mayor poder adquisitivo.

Cuando observamos los tipos de estafa que funcionan con los jóvenes, no se usa la típica historia del príncipe nigeriano. Las actividades que atacan son muy variadas, desde las compras en línea que estas víctimas hacen casi a diario hasta el manejo de cheques en papel una vez cada mil años. Los fraudes también se enfocan en los pagos de deuda estudiantil que los jóvenes deben realizar y en los trabajos que buscan para poder pagarlos.

Así que expongamos cómo funcionan estas estafas y recordemos cuál es la mejor manera de prevenir a los jóvenes que se creen invencibles.

Estafas en línea de tiendas minoristas

La falsa promesa de un producto escaso o sorprendentemente barato no es una nueva forma de estafa, pero el internet la vuelve más fácil, sobre todo si estás acostumbrado a comprar con frecuencia en línea.

Las estafas en compras en línea representaron el 64 por ciento de las denuncias de pérdida de dinero a la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales el año pasado, en comparación con solo el 13 por ciento en 2015. Además, según los datos de la oficina, el 83 por ciento de los adultos jóvenes que estuvieron expuestos a estas estafas cayeron en ellas, más que cualquier otro grupo etario.

Hay dos tendencias que tener en cuenta aquí.

En primer lugar, no hay que dejarse cegar por el amor a los cachorros. Las estafas relacionadas con mascotas han constituido históricamente el 25 por ciento de las estafas de compras en línea denunciadas a la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales, y esa cifra aumentó a un tercio el año pasado, con el auge de las compras de mascotas. American Kennel Club y Humane Society of the United States ofrecen listas de consejos en línea para evitar que te quedes sin perro y sin el promedio de 660 dólares que reporta la oficina que pierden los estafados.

En segundo lugar, Amazon está en todas partes, incluso como vehículo de fraude. Dado su tamaño, los estafadores intentan hacerse pasar por Amazon con más frecuencia que por cualquier otra marca comercial.

La empresa ofrece algunos consejos para detectar problemas en una oferta no solicitada de “Amazon”:

— Los verdaderos sitios de Amazon tienen un punto antes de amazon.com en la URL.

— Si recibes un mensaje diciendo que tienes que actualizar tu método de pago, ve siempre directamente al sitio de Amazon por tu cuenta para ver si es cierto, no a través de un enlace en el mensaje.

— La empresa no envía enlaces que contengan cadenas de números confusos.

También hay que tener en cuenta que los estafadores a veces se burlan de la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales haciéndose pasar por la organización al iniciar una estafa de Amazon.

Estafas de empleo

Millones de personas se quedaron sin trabajo sin merecerlo durante la pandemia, por lo que no es de extrañar que estas estafas proliferaran. Los estafadores se dedicaron a ofrecer trabajos falsos que son especialmente atractivos para los adultos jóvenes.

Los anuncios de puestos de trabajo para entrar en contacto con industrias creativas, como asistentes y recepcionistas, son tácticas habituales de personas con malas intenciones. Lo mismo ocurre con los anuncios de trabajo en almacenes y servicios de mensajería, un área que tuvo un gran auge durante la pandemia y que ofrece empleos para los que mucha gente es apta.

Las estafas suelen pedir fechas de nacimiento y números de Seguro Social, que pueden utilizarse para cometer las peores formas de robo de identidad. En otra forma de fraude se exigen cientos de dólares para cubrir suministros o capacitación para puestos que resultan inexistentes.

El 32 por ciento de los encuestados que se encontraron con estafas de empleo afirmaron que las suyas se habían originado en el sitio de anuncios de empleo Indeed, que superó con creces a otras plataformas populares, según señaló la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales en un informe del año pasado.

Indeed parece ser muy consciente de la situación y publica consejos para evitar esta forma de fraude. (La empresa probablemente debería obligarte a leer las advertencias antes de dejarte ver un solo anuncio). Entre ellos hay una especie de autodeterminación: “Nunca aceptes un trabajo que implique abrir varias cuentas o publicar anuncios en Indeed o en otros sitios”.

En resumen, Indeed quiere que tengas cuidado con los estafadores de Indeed que te hacen usar Indeed para realizar estafas de Indeed.

Fraudes con cheques falsos

A menudo se trata de un pedazo de papel muy real, que aparenta ser de una cuenta bancaria comercial o personal o que se presenta como giro postal o cheque de caja. Parece tan auténtico que quien lo recibe no se da cuenta y el banco no lo rechaza de inmediato.

Luego viene la estafa, un mensaje de seguimiento en el que se pide la devolución de parte del dinero: “Lo siento, se trata de un sobrepago accidental” o “Por favor, utilice parte del dinero para realizar compras misteriosas de servicios de transferencia de dinero en línea”.

Estos cheques pueden llegar por correo, aparentando ser un premio o una rebaja, justo el tipo de pago que tu aplicación bancaria puede procesar rápidamente a través de la cámara de tu teléfono. A menudo, son una nueva versión de la estafa laboral: el estafador paga de más al solicitante que acaba de contratar, supuestamente por accidente, y luego quiere que se le devuelva parte del dinero.

Según la Comisión Federal de Comercio, los veinteañeros tienen más del doble de probabilidades de ser víctimas de este tipo de estafa que los adultos de más edad. Muchos de ellos casi no han utilizado los cheques y puede que no sepan que, aunque las normas federales exigen que los bancos pongan rápidamente a disposición los fondos de los cheques, esos mismos bancos pueden tardar muchos más días en detectar uno falso. Una vez que lo hacen, suelen querer que la víctima les devuelva el dinero por haber introducido el cheque falso en el sistema.

Estafas de préstamos estudiantiles

Esto ya es un problema, pero podría empeorar bastante muy pronto.

Decenas de millones de prestatarios tienen sus pagos de préstamos estudiantiles federales en pausa en este momento, gracias a los esfuerzos gubernamentales para evitarles problemas financieros durante la pandemia. Pero a partir del 1.° de octubre, un interruptor se activará y la mayoría de esas personas tendrán que reanudar el proceso de pago. La Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Educación ofrecen consejos para evitar las estafas. Además, cuando el fiscal general de Pensilvania desmanteló una entidad llamada Unified Holding Group, reveló algunos detalles reveladores sobre lo elaboradas que pueden ser estas estafas.

Entre otras cosas, la empresa señalaba a los prestatarios que ignoraran las comunicaciones de sus prestamistas legítimos y tenía un lenguaje lo suficientemente rebuscado para sonar real en su sitio web, que decía cosas como “Creemos que la integridad fomenta una reputación positiva y una sensación de seguridad en todas nuestras interacciones comerciales”.

¿Qué se puede hacer?

Resulta profundamente insatisfactorio recurrir al método de “prestar más atención” como solución parcial a las estafas que se aprovechan de la complejidad e inequidad sistémicas que no deberían existir en primer lugar. Sin embargo, hay que hacerlo. Ni modo.

Los jóvenes adultos que están expuestos podrían medirse un poco. Tal vez no sea necesario comprar por Instagram, por ejemplo. Y recuerda que los estafadores tienen más éxito con las personas estresadas y solitarias. Si es tu caso, mantente alerta.

La educación temprana es crucial. Si hay una clase de finanzas personales en la escuela de tu hijo, pregúntale al profesor si hay una sección dedicada al fraude y al robo. Estudiar las técnicas de los ladrones con asombro, admiración y respeto en lugar de didactismo podría mejorar las cosas.

Mejor aún sería llevar a cabo una campaña educativa propia, una especie de narración dramática criminal verídica. Lo más probable es que hayas visto una estafa en acción, aunque no te hayan engañado. Así que cuenta esa historia en la que casi fuiste víctima, o en la que sí caíste. Seguramente te convertirás en objeto temporal de burla, pero es probable que la anécdota se le quede grabada a la gente.