La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) el pasado 30 de octubre concluyó su 39° encuentro anual virtual, que con agenda restringida no se abordaron importantes temas como el impacto del cambio climático ni se establecieron nuevas áreas marinas protegidas (AMPs) muy necesarias en crítica situación.
Esto último resulta particularmente frustrante dado que las propuestas para establecer estas AMPs han sido ya discutidas en años anteriores y están basadas en la mejor ciencia disponible (uno de los pilares fundacionales de esta Convención). El fracaso de la CCRVMA ha sido contundente, desmoralizador ante la escasa mirada del resto de países del mundo que no conforman la comisión internacional. Son apenas 25 estados miembros y la Unión Europea, así como 10 estados adherentes. Por otro lado está el Tratado Antártico donde apenas 54 países son signatarios y 29 de estos son «partes consultivas», teniendo derecho a voz y voto en las reuniones consultivas del tratado, incluyendo a Uruguay desde 1980 que se adhiere.
Este año la reunión se enfocó simplemente en renovar las autorizaciones de pesca poniendo en riesgo la credibilidad internacional de la CCRVMA. Por otro lado el glaciar Pine Island que retrocede rápidamente debido a las elevadas temperaturas registradas producto del cambio climático, contribuyendo de manera apreciable al aumento del nivel del mar, quedó desprotegido y sin ningún acuerdo concretado.
"Siendo sinceros, existe una gran mayoría de países miembros que año tras año invierten importante tiempo y energía en avanzar especialmente con el establecimiento de AMPs. Sin embargo, el hecho de que las decisiones de la Comisión se tomen por consenso permite que un par de países bloqueen el progreso en este y otros temas. El motivo de que no se avanzara con respecto a las AMPs, reside en la sostenida falta de voluntad política por parte de algunos de los miembros de la Comisión, particularmente Rusia y China", dice Dr. Rodolfo Werner Asesor The Pew Charitable Trusts & Antarctic and Southern Ocean Coalition, uno de los que pasó noches desveladas esos días.
Lista negras de barcos que se blanquean en la nieve
Y el peor caso quizás, que defraudó a muchos de los que luchan hace décadas y pasan días sin dormir por alcanzar acuerdos, fue por el buque de bandera rusa F/V Palmer que estaba pescando ilegalmente en las aguas protegidas del Mar de Ross (una de las áreas marinas protegidas más grandes del planeta) y quedó impune. No fue sancionado a pesar de las pruebas contundentes que presentó el Gobierno de Nueva Zelanda. O sea no fue incluido en las listas negras de barcos de pesca ilegal, no reglamentada y no declarada (INDNR) que esta comisión tiene como mandato y fue ejemplo hasta ahora.
Este es un ejemplo de lo ineficaz de sólo considerar las listas negras de buques pesqueros elaboradas por los organismos regionales de ordenación pesquera (OROP´s), para aquellos que han tenido antecedentes o prontuarios de pesca INDNR, cuando se pretende controlar o inspeccionar buques en puertos. Desafortunadamente, este barco podrá continuar pescando esta temporada, sin ninguna consecuencia y podría llegar a descargar en el puerto de Montevideo por ejemplo ya que no está en dicha lista. Hasta la fecha, la CCRVMA ha sido líder
en la lucha contra la pesca INDNR y hubo gran indignación de que los miembros no tomaran una posición más firme en contra de que se permitiera que este barco siguiera pescando.
"Es necesario erradicar la pesca ilegal. Tenemos las soluciones y los compromisos para proteger el Océano Austral y su icónica vida silvestre. Es hora de que demos esperanza al mundo. En 2021, instamos a todos los gobiernos a demostrar colaboración y liderazgo en beneficio de las personas y la naturaleza", dijo Chris Johnson, líder global de Conservación de ballenas y delfines en WWF.
"(...) la CCRVMA no abordó los impactos del cambio climático ni estableció una red de áreas marinas protegidas en sus aguas. Peor aún, la CCRVMA está retrocediendo en la lucha contra la pesca INDNR al permitir que Palmer continúe pescando", dijo Claire Christian, directora ejecutiva de la Coalición del Océano Antártico y Austral.
Frío fracaso a la protección marina
Una coalición de grupos conservacionistas, incluidos Pew, ASOC, SeaLegacy, Antarctica2020, Ocean Unite y Only One, trabajan juntos para abogar por la formación de tres áreas marinas protegidas (AMP) en la Antártida oriental, la Península Antártica y el Mar de Weddell. Juntas, estas áreas protegerían alrededor de 4 millones de kilómetros cuadrados, abarcando el 1% de los océanos del mundo. Eso es 22 veces el tamaño de Uruguay, y casi tres veces el tamaño del Monumento Nacional Marino Papahanaumokuakea en Hawai'i, que actualmente es uno de los santuarios marinos más grandes del mundo.
La Antártida y el Océano Austral contienen aproximadamente el 90 por ciento del hielo del mundo y alrededor del 70 por ciento del agua dulce del planeta. Sus corrientes circumpolares son responsables de sustentar la biodiversidad marina en todo el mundo, incluido el krill antártico que se mueve desde la superficie del océano hasta sus profundidades, transportando carbono de nuestra atmósfera y secuestrando las emisiones anuales equivalentes de aproximadamente 35 millones de automóviles.
El hielo antártico se está derritiendo a un ritmo sin precedentes, evidenciado hace más de 30 años cuando el gran bloque de hielo Larsen se desprendía. La amenaza hacia nuestro frágil planeta repercute en el riesgo hacia toda la biodiversidad de eones y sobre todo, a nosotros mismos que a este ritmo no podremos adaptarnos a la velocidad que los cambios se suceden. Darwin lo anticipaba: aquellas que se adapten más velozmente sobrevivirán, las restantes perecerán, ante un ritmo no natural los cambios o crisis son mayores. La Pandemia si ha dejado lecciones es nuestra desconexión y la relación antropocéntrica con la naturaleza. La importancia del Océano para la salud del planeta y su clima es esencial y la Antártida es clave.
"En general, el fracaso del liderazgo global para proteger este ecosistema crítico es profundamente preocupante. En el 200 aniversario del descubrimiento de la Antártida y en vísperas del 60 aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico, un acuerdo alcanzado en el apogeo de la Guerra Fría para proteger todo un continente, estableciendo nuevas áreas marinas protegidas en el Océano Austral debería haber sido una decisión fácil ". Andrea Kavanagh, directora de Antártida y Océano Austral, trabaja con The Pew Charitable Trusts.
Precisamos políticos de alto nivel involucrados
"El fracaso constante de asumir la responsabilidad de esta frágil naturaleza salvaje, mientras que al mismo tiempo sigue permitiendo que los intereses comerciales la exploten más, está poniendo en peligro el destino de la humanidad. Nuestro planeta está dando vueltas por el
desagüe, los países deben tomar medidas urgentes si realmente quieren abordar las emergencias climáticas y naturales. A pesar de los mejores esfuerzos de muchos delegados nacionales en la lucha por la protección de la Antártida, está claro que durante el próximo año necesitamos políticos de alto nivel y jefes de estado para hacer de la protección de los océanos una prioridad. Simplemente no podemos permitirnos ver la misma falta de progreso en 2021". Will McCallum, director de océanos de Greenpeace Reino Unido.
Uruguay marcando la cancha
Hubo un fuerte apoyo para la futura designación de Áreas Marinas Protegidas como al Mar de Weddell (AMP) donde Australia y Uruguay se inscribieron para copatrocinar dicha AMP, y luego Uruguay se unió a los países que proponen a la Antártida Oriental una AMP junto con Noruega. La mayoría de los países, incluidos Corea y Brasil, acordaron unirse a una declaración que respalda la importancia de la designación de AMP presentada por la UE.
La Delegación de Uruguay estableció en forma oficial su posición como co-patrocinante de dos Áreas Marinas Protegidas (AMP) en dos vastas regiones antárticas: el Área Marina Protegida de Antártida Oriental (EAMPA), propuesta por Australia, Unión Europea y sus Estados miembros y Uruguay; y la Fase 1 del Área Marina Protegida de Mar de Weddell (WSMPA), propuesta por la UE y sus Estados miembros, Noruega y Uruguay. Esto significó una toma de posición definida y valiente por parte de Uruguay considerando el marco legal internacional actual.
"Nuestro país ya había manifestado en las Reuniones de la Comisión en los años 2012 y 2013 su posición de apoyo al sistema de AMPs de la CCRVMA como instrumento científico y legal más adecuado para la conservación de los diversos ecosistemas marinos antárticos que se asocian con diferentes regiones de la Antártida. De hecho, Uruguay fue uno de los países Miembro de la Comisión que aprobó por consenso el establecimiento de la primera AMP en Mar de Ross en el año 2016, con validez legal hasta el año 2052. Desde entonces, China y Rusia no han brindado su consenso para establecer nuevas AMPs hasta la fecha", decía Oscar Pin delegado científico por Uruguay ante la CCRVMA.
"Frente a esta situación de casi parálisis de la CCRVMA en este aspecto, nuestro país toma una posición política definida y acepta la invitación realizada por la UE y otros Estados para copatrocinar las nuevas AMPs con más posibilidades de aprobación en pocos años, especialmente el Área marina Protegida de Antártida Oriental (EAMPA), que se encuentra en un avanzado nivel de desarrollo del estudio científico de los ecosistemas endémicos a ser protegidos con urgencia. El Cambio Climático en progreso y sus efectos cada vez más evidentes en la Antártida, son un motivo fundamental de estímulo para todas las naciones para tomar medidas de conservación positivas en este sentido: el conocimiento científico y conservación de los ecosistemas antárticos", continúa diciendo Oscar Pin.
Y añade "Es probable que en un horizonte temporal de 2 o 3 años se apruebe alguna de las propuestas y en consecuencia es necesario un análisis de proyección hacia el futuro por parte de todos los organismos gubernamentales y ONGs relacionadas con la actividad científica y de gestión en la Antártida. El establecimiento efectivo de las propuestas de EAMPA y WSMPA-Fase 1, significan una enorme oportunidad para nuestro país como Miembro de la CCRVMA, pero también un enorme compromiso logístico y económico para el desarrollo de la actividad científica en los océanos antárticos".
Uruguay si bien es signatario del Tratado Antártico en general y participa activamente como coautor intelectual de las presentes y futuras AMPs propuestas en el ámbito de la CCRVMA, no pretende reclamos territoriales, pero la ciudadanía y el sistema político podría marcar la diferencia, presionando en alto nivel político para salvaguardar la Antártida uno de los pocos refugios prístinos que le quedan al Planeta.
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