"Cerebro de pollo", "cerebro de gallina", son expresiones peyorativas con las que se suele señalar la cortedad intelectual de algún prójimo.
Quizá el cerebro de este pollo en particular no le permita obtener un premio Nobel, pero le basta para seguir a su tutora humana a través de una corta pista de obstáculos, siempre en pos del cebo universal: la comida.
El video que registra el éxito del pollo en su recorrido ha acumulado más de doce millones de reproducciones en Facebook, y tras su aterrizaje en Youtube sumó rápidamente otras 50.000.