Contenido creado por Gerardo Carrasco
Ciencia

Habemus sesgo

Pesadilla en lo profundo de Dunning-Kruger 1: El discreto encanto del espantaviejismo

Bernardo Borkenztain parte de un episodio local y reciente para analizar a una especie que pulula: los negacionistas de la pandemia.

01.12.2020 13:52

Lectura: 5'

2020-12-01T13:52:00-03:00
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Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy

Ya lo nombramos en otra nota, pero el efecto Dunning-Kruger sigue dando de sí.

Básicamente se trata de un sesgo cognitivo, según el cual "los individuos incompetentes tienden a sobreestimar su habilidad, mientras que los individuos altamente competentes tienden a subestimar su habilidad en relación con la de otros" (1).

Como consecuencia, es un indicador bastante bueno de incompetencia la seguridad y énfasis con que se defiende algo para indicar que se está bajo este sesgo.

Los que creemos en la ciencia siempre tenemos un saludable margen de duda, porque todas las verdades científicas son provisionales y puntuales, mientras que las de la magia o la superstición son universales o infalibles.

No es un tema nuevo, pero es raro tal nivel de irracionalidad en el siglo XXI; en la antigua Mesopotamia, en la que la medicina era mágica, los medicamentos no tenían capacidad de curar por su fórmula, sino porque venían del médico, que era el "hombre-magia", un término que sigue vigente como "hombre medicina" en muchas culturas. Es una suerte de hipálage, que le transmite a lo que se administra los poderes de quien lo hace.

No tiene mucho sentido en estas épocas, insistimos, pero hay dos o tres grupos de irracionalistas que parecen determinados a volvernos a la época prediluviana. Dedicaremos una columna a cada uno. Veamos.

NEGACIONISTAS DE LA PANDEMIA

Si decimos que un sociólogo, un semiólogo y un abogado entran a una librería parece el inicio de un chiste, pero fue el inicio de una actividad en el marco de la Noche de las Librerías en la que se realizó una serie de discursos negacionistas de la pandemia.

En el programa Rompkbzas, Daniel Figares y Leonardo Haberkorn tomaron audios del evento y los reprodujeron. Uno se pregunta qué sentido tiene pensar que la opinión de un sociólogo, un semiólogo y un abogado, por muy prestigiosos que sean, tienen algo relevante para decir en ciencia, especialmente si se oponen a científicos de peso como los del GACH, pero los audios - literalmente - hablan por sí solos: nada.

Los argumentos (escuchar el audio) son enfáticos, rimbombantes y llegan al mal gusto de sostener que estamos - en materia de derechos y libertades - peor que en la dictadura. Eso es inadmisible ni siquiera como figura de estilo, es miserable comparar una época con violaciones feroces a los derechos humanos con lo que se vive hoy.

Una cosa que nadie con dos dedos de frente puede sostener, que usar un tapabocas sea comparable a la tortura, violación y asesinato... No me voy a extender demasiado en ese tema, pero afirmaciones como que el tapabocas tiene como fin humillar o que la ciencia - llamémosle "oficial" tiene adopción religiosa, cuando lo que proponen ellos solo tiene a sus exaltados oradores vociferando.

Un dato que quiero tratar: la afirmación de que el test PCR no es específico y da falsos positivos es un claro ejemplo de lo que no entienden. Pero un abogado no tiene por qué entender de genética (y por lo tanto no opinar sería de orden) pero hay dos temas. Por un lado los tests sí son específicos, ya que las técnicas se ajustan para cada antígeno, pero el problema es el análisis bayesiano, que no es un problema de los tests sino de la realidad. Para que no haya falsos positivos en gran cantidad, la cantidad de infectados tendría que ser similar a la eficacia del test (ya lo analizamos en otra nota) y eso por suerte no pasa. Como la proporción de infectados es bajísima (por suerte) el margen de error juega una mala pasada.

Pero no es un problema del test, eso sería aplicable a cualquier prueba poblacional, porque como dijimos, es un tema de la realidad (con la que los conspiranoicos están en guerra) y no de los métodos.

De momento, prefiero escuchar a Radi, al menos en estos temas.

Igualmente, la inteligencia de esta gente no está en duda, son reconocidos, pero el principio de autoridad es específico, ser abogado implica menos capacidad para opinar de genética que el título de Sendic.

El affaire tuvo un epílogo interesante porque Sarthou demandó un ¿derecho de respuesta? (a saber de qué, los pasaron a ellos mismos grabados, no opiniones) Y le contestaron esto.

Un episodio de vedetismo entre intelectuales vs periodistas. En esta, estoy a full con los periodistas. El análisis de Haberkorn es IRREPROCHABLE.

Lo que pasa por la cabeza de los negacionistas (estos que comentamos hoy son de los inteligentes, los que vale la pena escuchar pese a que hablen de lo que no es su campo) es que se pasan la película de una épica que solamente ven ellos, realmente ven gigantes donde solo hay - ni siquiera molinos - algunos semáforos. . .

Es necesario entender que el relativismo intelectual es una patología social, no una postura respetable. El concepto de "incompetencia" no refiere a una cualidad intrínseca del individuo, sino a su capacidad (competencia) para una actividad determinada. Y en este caso, el de la pandemia, ni abogados ni sociólogos ni semiólogos le pisan el poncho a Radi Paganini o a Cohen.

Y el gobierno - que está lejos de hacer todo bien ni todo mal, pero la va llevando con buenos resultados - lo sabe.

(1) Definición de Wikipedia

Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy