Contenido creado por Gerardo Carrasco
Vida en la red

El de la foto no soy yo

Ojo a la foto: si el subconsciente no te traiciona, puede hacerlo tu estado de WhatsApp

Un usuario de X compartió un brutal ejemplo de “autoincriminación”, y rápidamente otros aportaron más casos.

07.04.2025 15:13

Lectura: 5'

2025-04-07T15:13:00-03:00
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“Si un hombre es lo bastante pobre de imaginación para aportar pruebas en apoyo de una mentira, mejor hará en decir la verdad sin ambages”, escribió hace cosa de siglo y medio el escritor irlandés Oscar Wilde, maestro del refinado sarcasmo. 

Hoy, en plena era de redes sociales e inteligencia artificial, los embusteros de cabotaje pueden ver caer sus elaboradas mentiras por un simple descuido: no prestar atención a esa puerta trasera de la intimidad que son los estados de WhatsApp.

En nuestra agenda de contactos todos tenemos más personas de las que recordamos de buenas a primeras: amigos, familiares, vecinos, y también aquel fletero que nos trajo la heladera hace cinco años, o la repostera que le hizo la torta de baby shower para la llegada de la nena que ya está en 4.º de escuela.

Y si bien WhatsApp permite elegir quién puede ver o no los estados, muchos son los que no se toman la molestia y esa desidia les acaba por pasar factura.

Durante el pasado fin de semana, un usuario argentino de X comentó un episodio que, real o ficticio, desató una cascada de anécdotas.

En concreto, el hombre contó que el portero de su edificio reveló en sus estados de WhatsApp —obviamente, sin querer— que su casa de veraneo estaba equipada con elementos que habían desaparecido del salón de uso común del edificio.

“La gente no mide el alcance de los estados de WhatsApp. Estoy viendo el fin de semana del encargado de mi edificio, tiene una casa de fin de semana equipada con cosas que desaparecieron del SUM”, expresaba.

Con el paso de las horas, el posteo se viralizó y numerosos internautas compartieron diversos ejemplos, uno más absurdo que el otro.