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Vida en la red

Por The New York Times

Noah Beck no sabe por qué es famoso

Hoy, a los 21 años, tiene más de 34 millones de seguidores en TikTok, lo que le sitúa un poco por detrás de Kylie Jenner (49,1 millones).

11.11.2022 14:38

Lectura: 8'

2022-11-11T14:38:00-03:00
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Por The New York Times | Max Berlinger

La primera publicación de Noah Beck en TikTok fue un fracaso.

En enero de 2020, mientras estaba en casa en Arizona durante las vacaciones de invierno de la Universidad de Portland, su hermana, Tatum, le presentó TikTok. “Ella tenía cerca de 8000 seguidores, y yo pensé: ‘Caray, son muchos’”, comentó Beck. “Yo era el hermano pequeño molesto que decía: ‘Te apuesto que en dos semanas tendré más seguidores que tú’”.

Publicó dos videos, incluyendo uno de nueve segundos en el que sincronizaba con los labios una letra de rap vulgar de una canción de Megan Thee Stallion. Grabado en su habitación con un iPhone, tenía todas las marcas mundanas de la vida de un adolescente de los suburbios: camiseta blanca, cabello suelto, una serie de luces, paredes cubiertas de fotografías y pósteres.

No consiguió nada. Pero meses más tarde, cuando la pandemia paralizó la vida universitaria en todas partes, el video despegó de manera misteriosa. “Cuando me desperté, tenía 20.000 seguidores”, aseguró. “Y cada video tenía como 300.000 visitas. Pensé que era un error”.

Hoy, Beck, de 21 años, tiene más de 34 millones de seguidores en TikTok, lo que le sitúa un poco por detrás de Kylie Jenner (49,1 millones) y de su novia desde hace dos años, Dixie D’Amelio (57,5 millones), de lo que hablaremos más adelante. Beck ha pasado de ser un estudiante universitario anónimo que se entrenaba para ser futbolista profesional a superestrella de TikTok que, en los últimos meses, se sentó en primera fila en la Semana de la Moda de París, lució un esmoquin blanco en el estreno de “Top Gun: Maverick”, ha desfilado para AMI París y ha jugado un partido de fútbol de famosos para UNICEF.

No solo lo reconocen en la calle aficionados de la generación Z, sino también otras celebridades. Cuando le presentaron a uno de sus ídolos, tipos como David Beckham, Mark Wahlberg y Drake, a menudo dijeron lo mismo: “Sé quién eres”.

“Drake sabía quién era”, relató Beck, todavía sorprendido. “Fue irreal”.

Beck ahora acepta ese reconocimiento y lo usa como trampolín hacia vías de fama más tradicionales. En enero, firmó con Creative Artists Agency y protagonizará un largometraje, “The QB Bad Boy and Me”, que comenzará a filmarse en unos meses. Beck también es productor de la película, un proyecto de Creator Plus, la compañía que se especializa en películas con estrellas de las redes sociales.

“Es surrealista que estés haciendo algo solo por diversión y que la gente te siga”, afirmó. “Mientras tenga estas oportunidades, voy a aprovecharlas al máximo”.

’Mi energía de Golden Retriever’

En agosto, Beck disfrutaba de una de las ventajas de la fama: ver un partido de Los Ángeles FC desde el palco privado del jefe de marca del equipo, Rich Orosco.

Beck se presentó solo y llevaba el uniforme de alguien que intenta pasar desapercibido: una gorra negra del equipo calada sobre la cara, combinada con una camiseta negra, pantalones de mezclilla negros y zapatos negros.

Se sentó detrás de Snoop Dogg, que estaba rodeado de un pequeño séquito, y charló amistosamente mientras veía el partido, deteniéndose de vez en cuando para absorber una jugada trascendental o para animar a su equipo local adoptado.

Pasó prácticamente desapercibido hasta que dos adolescentes se acercaron tímidamente durante la segunda parte. Querían una selfi. Beck se iluminó de inmediato, mostrando una sonrisa de gato de Cheshire y una ceja arqueada. Les sacó unas cuantas fotos con sus celulares y charló con ellas antes de que se rieran y se marcharan.

El encuentro resumió su atractivo de chico de al lado. “Los verdaderos admiradores saben todo sobre mí porque se lo he contado”, dijo, realmente emocionado. “Quiero ser su mejor amigo”.

Al igual que muchas estrellas de las redes sociales de su calaña, Beck no tiene habilidades o talentos discernibles que expliquen su meteórico ascenso. No canta, no baila, no actúa, y su humor no es especialmente atrevido. Su popularidad, podría decirse, se debe a que es un hermano común y corriente que convierte la monotonía de la vida cotidiana en videos cortos. Y, como pueden atestiguar sus seguidores, en su mayoría jóvenes y mujeres, no está de más que Beck sea convencionalmente guapo, tenga una sonrisa fácil, tenga la complexión de un jugador de fútbol y se vea bien sin camiseta.

“Gané muchos admiradores gracias a mis abdominales, por ridículo que parezca”, señaló. “Mucha gente empezó a seguirme porque bailaba sin camiseta, y en cierto modo aproveché eso”.

Sin embargo, mostrarte sin camiseta solo puede llevarte hasta cierto punto. Su fama recibió un gran impulso en mayo de 2020 cuando estaba de vacaciones con su familia en Newport Beach, California. A los miembros de la Sway House, una “casa de colaboración” de creadores de contenido en Los Ángeles, les gustó su contenido y lo invitaron a visitarlos. Fue en esa época cuando conoció a D’Amelio, que estaba saliendo con otro miembro de Sway House, Griffin Johnson. Beck y D’Amelio son cautelosos al discutir su relación —incluso sobre cuándo se convirtieron en pareja—, lo que resulta paradójico, teniendo en cuenta que cada uno construyó su marca compartiendo en exceso su vida. Incluso ahora, rara vez se les ve juntos en público.

El ejemplo: El fin de semana del partido de fútbol también resultó ser el cumpleaños número 21 de D’Amelio. Los seguidores notaron la ausencia de Beck en su celebración en Las Vegas y se preguntaron si se habían separado, tanto que se sintió obligado a hablar de eso en Twitter. “Tienen que dejar de ser groseros con las personas que amo”, escribió.

Cuando le preguntaron directamente sobre su relación, lo más que dijo Beck fue esto: “Ella es la persona más solidaria para mí y la amo hasta la muerte. Es gracioso porque tiene ese seco sentido del humor que se equilibra con mi energía de golden retriever”. (D’Amelio se negó a hacer comentarios a través de su publicista).

Y aunque los seguidores de la generación Z parecen ser insaciables: los videos etiquetados como “Doah” (abreviatura de Dixie y Noah) tienen más de 1.700 millones de visitas en TikTok, es posible que se sientan decepcionados (o emocionados) al saber que la pareja ya se separó.

“Podemos confirmar que la pareja ya no está junta, pero siguen siendo amigos cercanos”, escribió Larissa Saenz, publicista de Beck, en un correo electrónico el martes.

¿El influente de al lado?

Obtener vistas ya no es suficiente para Beck. “Quiero ser empresario”, aseguró. “Realmente quiero explorar el mundo de la moda. Quiero quedarme en el mundo del fútbol. No puedo alejarme del fútbol; es mi vida. Y quiero probar la actuación”.

Para preparar “The QB Bad Boy and Me”, ha contratado a una serie de entrenadores de interpretación. La experiencia ha sido una lección de humildad. “Es difícil”, dijo. “No es lo que esperaba”.

Beck sigue siendo muy activo en las redes sociales: Tiene nueve millones de seguidores en Instagram, casi dos millones en YouTube y cinco millones en Triller, así como un pódcast llamado “Put a Sock in It”.

Beck insiste en que la fama no se le ha subido a la cabeza. Conduce un Nissan Ultima negro de 2016. “Me lleva del punto A al punto B”, relató. “Y es seguro”. Juega Fortnite varias horas a la semana con sus compañeros de fútbol de la universidad. Es un friki de “Juego de Tronos”. Y no bebe, prefiere los parques de atracciones a las discotecas. Pero no hay duda de que su vida ha cambiado. Hace poco compró un Tesla Model Y 2021 para su madre, Amy Beck, que da clases de segundo grado. Tras el cierre de la Sway House el año pasado, alquiló con otros tres creadores una amplia casa en el barrio de Sherman Oaks de Los Ángeles que cuenta con vestidores, sala de vapor y piscina. Luego, en agosto, empezó a publicar desde una nueva casa de la ciudad con suelos de madera oscura y estanterías vacías. En una entrevista, Beck la describió como un dúplex en una comunidad de casas adosadas en West Hollywood. Es la primera vez que vive solo.

Naturalmente, puedes ver en TikTok cómo la ha decorado. “No necesito una mansión con una cancha de baloncesto”, comentó. “Sería intimidante tener una casa enorme en las colinas para mí solo. Es un poco solitario”.

De vuelta al partido de fútbol, con el Los Ángeles FC dominando al Charlotte FC en la segunda parte, Beck se quedó en la suite e hizo balance de su vida mientras se relajaba en un sofá de cuero y seguía viendo el partido en un gran televisor.

Cuando le preguntan por qué millones de personas lo encuentran tan cautivador, aún le cuesta responder.

“Me hago esa pregunta todo el tiempo”, afirmó. “A veces, cuando estoy en Europa y miro por la ventana y hay cientos de admiradores esperándome fuera del vestíbulo, me pregunto: ‘¿Qué he hecho para merecer esto?’. Quiero ir allí y encuestarlos, no para buscar cumplidos, sino para preguntarles de verdad: ‘¿Por qué les gusta mi contenido?’”. La estrella de TikTok Noah Beck en Los Ángeles, el 1.° de septiembre de 2022. (Maggie Shannon/The New York Times) La estrella de TikTok Noah Beck en Los Ángeles, el 1.° de septiembre de 2022. (Maggie Shannon/The New York Times)