La agencia espacial estadounidense puso fin a meses de incertidumbre y confirmó que el próximo lanzamiento de la nave CST-100 Starliner de Boeing no llevará astronautas a bordo. En cambio, viajará únicamente con carga hacia la Estación Espacial Internacional, en una misión prevista no antes de abril de 2026.
El anuncio implica un giro en el programa comercial tripulado, marcado por fallas técnicas y sucesivas postergaciones que obligaron a replantear el contrato original firmado con Boeing en 2014. Ese acuerdo contemplaba seis vuelos con astronautas una vez obtenida la certificación, algo que todavía no ocurrió.
Según informó la NASA, el objetivo ahora es que Starliner-1 sea no tripulado y que, después de su certificación en 2026, la nave pueda realizar hasta tres misiones adicionales antes del retiro definitivo de la estación, previsto para 2030. El cambio busca “alinear la planificación operativa con las necesidades reales”, explicó Steve Stich, gerente del Programa Comercial de Tripulación.
Mientras tanto, Boeing y la NASA continúan probando el sistema de propulsión del Starliner, el componente que ha generado los mayores problemas. Este módulo —el servicio que se descarta antes de la reentrada— fue escenario de fallas durante la aproximación a la estación, lo que dificultó el diagnóstico y obligó a extender las pruebas en tierra.
La trayectoria del Starliner ha sido compleja desde su primer intento. En 2019, su vuelo inaugural debió acortarse por fallas de software que casi terminan con la pérdida del vehículo y sin lograr el encuentro con la estación. En 2022, un segundo vuelo no tripulado llegó finalmente a destino, aunque con nuevos inconvenientes en los propulsores.
La situación se agravó en 2024, cuando Boeing realizó al fin su primera misión con astronautas: Butch Wilmore y Suni Williams. Aunque la nave consiguió acoplarse, volvió a registrar problemas severos en los thrusters durante la aproximación. La gravedad real de esos fallos se conoció casi un año después.
Pese a que los astronautas lograron llegar a la estación, la NASA determinó que el retorno debía realizarse sin tripulación, lo que obligó al lanzamiento de una misión Dragon con solo dos astronautas para traer de regreso a Wilmore y Williams en marzo de 2025.
Boeing comparte con SpaceX el programa de tripulación comercial. Mientras el Starliner atraviesa un proceso largo y costoso, la Crew Dragon se consolidó como el principal vehículo de transporte de astronautas para la NASA. SpaceX realizó su prueba tripulada en 2020 y ese mismo año ejecutó su primera misión operacional, con múltiples rotaciones exitosas desde entonces.
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