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Tecnología

Por The New York Times

Meta intenta no quedarse afuera del auge de la inteligencia artificial

Meta, la empresa dueña de Facebook, WhatsApp e Instagram, presentó su propio chatbot.

09.02.2023 12:17

Lectura: 7'

2023-02-09T12:17:00-03:00
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Por The New York Times | Cade Metz and Mike Isaac

SAN FRANCISCO — Dos semanas antes de que un chatbot llamado ChatGPT apareciera en internet en noviembre y maravillara al mundo, Meta, la empresa dueña de Facebook, WhatsApp e Instagram, presentó su propio chatbot.

Con el nombre de Galactica, fue diseñado para la investigación científica. Podía escribir sus propios artículos, resolver problemas matemáticos, generar código de computación y comentar imágenes en un instante.

Al igual que ChatGPT, Galactica también se tomaba a la ligera los hechos e inventaba pruebas matemáticas, tergiversaba fechas históricas y contaba cuentos chinos. Un usuario convenció al chatbot de hablar sobre la historia de los osos en el espacio. Frente a la pregunta de quién dirige Silicon Valley, Galactica respondió: “Steve Jobs”.

Sin embargo, a diferencia de OpenAI, el pequeño laboratorio de San Francisco que creó ChatGPT, Meta se encontró con una avalancha de quejas sobre los contratiempos de Galactica. Al cabo de tres días, la empresa, que ha enfrentado escrutinio por difundir desinformación y discursos de odio por medio de sus aplicaciones de redes sociales, eliminó Galactica de internet.

“Los creadores de la maqueta tuvieron que bajarla porque simplemente no aguantaron la presión”, comentó el mes pasado Yann LeCun, científico jefe de inteligencia artificial en Meta, durante una presentación en línea en Collective[i] Forecast, una reunión de líderes y pensadores de Silicon Valley.

Durante casi una década, Meta ha invertido miles de millones de dólares para crear nuevos tipos de inteligencia artificial. En 2013, Mark Zuckerberg, su director ejecutivo, se puso como misión convertir a Meta en líder en este campo. La empresa contrató a cientos de los mejores investigadores de inteligencia artificial, incluido LeCun. Gastó cientos de millones de dólares en las grandes cantidades de poder de procesamiento necesarias para construir sistemas de inteligencia artificial.

No obstante, Meta ha quedado excluida ahora que Silicon Valley está fascinado con la “inteligencia artificial generativa”, el nombre de las tecnologías que generan texto, imágenes y otros medios por sí solas. OpenAI se ha convertido en el protagonista, aunque Meta y muchas otras empresas desarrollaron tecnologías similares.

Otros se han lanzado de lleno al frenesí. El lunes, Google dijo que pronto iba a lanzar un chatbot experimental llamado Bard. Y el martes, Microsoft, la cual ha invertido 13.000 millones de dólares en OpenAI, celebrará un evento en el que se espera que presente una versión de su motor de búsqueda Bing que utiliza tecnología de chatbot.

Sin embargo, Meta quedó incapacitada, en parte, por su reputación de gigante corporativo que ayuda a difundir falsedades, mencionó LeCun el mes pasado. Y con responsabilidades hacia miles de millones de usuarios, no pudo permitirse dejar en línea un chatbot capaz de generar información falsa y tendenciosa.

“OpenAI y otras empresas pequeñas están mejor posicionadas para obtener de hecho algo de crédito por lanzar este tipo de cosas”, opinó Chirag Shah, profesor de la Universidad de Washington que ha explorado las fallas en las tecnologías como Galactica y ChatGPT. “No van a recibir el mismo tipo de repercusiones”.

En años recientes, Meta también ha puesto su atención en otra área tecnológica: el mundo inmersivo en línea del llamado metaverso, el cual, para Zuckerberg, es la próxima gran novedad. A corto plazo, no está claro cómo la empresa podrá ofrecer productos de inteligencia artificial generativa con sus servicios actuales de un modo que en verdad capte la atención del público.

Eso no quiere decir que no lo esté intentando. Meta está acelerando sus esfuerzos para poner productos basados en inteligencia artificial en las manos de los clientes, mencionó Irina Kofman, directora sénior de gestión de productos de inteligencia artificial generativa, quien supervisa XAI, un nuevo equipo cuyo objetivo es ayudar a crear productos de inteligencia artificial en toda la empresa. Según Kofman, Zuckerberg está involucrado directamente en el manejo de las iniciativas y celebra reuniones semanales con los jefes de producto y los principales investigadores de inteligencia artificial.

En una llamada con inversionistas realizada la semana pasada, Zuckerberg mencionó varias veces la inteligencia artificial. La definió como “la base de nuestro impulso por la exploración y nuestro negocio de publicidad” y agregó que “posibilitará muchos productos nuevos y transformaciones adicionales dentro de nuestras aplicaciones”.

Algunos ejecutivos de Meta han hablado del auge de la inteligencia artificial generativa con un distintivo aire de amargura. Durante su debate en línea del mes pasado, LeCun describió a ChatGPT como algo “no particularmente innovador” y “nada revolucionario” porque depende de tecnologías que desarrollaron y lanzaron Meta, Google y otras empresas.

A inicios del año pasado, Meta lanzó un chatbot, BlenderBot, que iba más allá de la tecnología de punta, según LeCun. Sin embargo, nunca cuajó, porque la empresa se había esforzado por garantizar que no produjera material ofensivo.

“Lo destrozó la gente que lo probó”, comentó. “Dijeron que era estúpido y un poco aburrido. Era aburrido porque se hizo para que fuera seguro”.

Hace no mucho tiempo, Meta era conocida por lanzar con rapidez productos que no estaban totalmente probados ni eran a prueba de balas y prefería averiguar los detalles a lo largo del camino. Uno de sus lemas —“muévete rápido y rompe cosas”— se convirtió en un himno de las empresas emergentes de Silicon Valley a principios de la década de 2010. Y Zuckerberg personificó lo que se conoce como la “cultura hacker”, la cual adopta nuevas tecnologías y prefiere asignarlas a equipos pequeños para desarrollarlas lo antes posible.

No obstante, después de que los medios, el público y los legisladores escudriñaron la empresa durante años por permitir material falso e inapropiado en Facebook y sus otras plataformas sociales, ahora Meta no puede lanzar un chatbot que genere desinformación sin recibir críticas significativas.

“La gente tiende a darles estándares altos a las grandes empresas tecnológicas”, comentó Andrew Ng, investigador y emprendedor que supervisaba los laboratorios de inteligencia artificial de Google y del gigante chino del internet Baidu. “Esto crea un terreno de juego desigual en el que las empresas más pequeñas pueden avanzar más rápido”. Ahora, Meta se enfrenta al problema de cómo convertir la inteligencia artificial en un producto. A finales de la década de 2010, Facebook ofreció una tecnología de punta de reconocimiento facial, pero la retiró tras las quejas de que ponía en peligro la privacidad de las personas. También ofreció una tecnología de inteligencia artificial que de manera instantánea podía traducir de un idioma a otro las publicaciones en redes sociales, una función que terminó por tener uso limitado.

En la llamada con los inversionistas de la semana pasada, Zuckerberg afirmó que la inteligencia artificial es la base de muchas de las funciones más importantes de Facebook e Instagram, como mostrar videos de Reels y sugerir fotos, videos y publicaciones que tal vez no sigan.

En la presentación en línea del mes pasado, cuando a LeCun se le preguntó cómo Meta podría desplegar chatbots y otras tecnologías de inteligencia artificial generativa, respondió que podrían ayudar a las pequeñas empresas a crear anuncios en Facebook. Añadió que, en cuanto la gente se mude al metaverso, necesitará herramientas generativas para crear objetos virtuales.

El ritmo del desarrollo se ha acelerado internamente en los últimos meses, según Kofman.

Zuckerberg, Chris Cox, director de producto de Meta, y Andrew Bosworth, director de tecnología, han sostenido reuniones semanales con los líderes de los equipos de productos de inteligencia artificial. En los últimos meses, también han creado equipos especializados para convertir a la inteligencia artificial en productos que funcionen con otros de la familia de aplicaciones de Meta, comentó Kofman.

El objetivo es lograr que la inteligencia artificial impulse productos con más rapidez y ponerlos directamente en manos de los usuarios. A final de cuentas, Zuckerberg espera incorporar parte de esa tecnología subyacente en la construcción de su visión del metaverso.

Todavía no está claro cómo Zuckerberg tenderá el puente entre esas dos tecnologías importantes. Sin embargo, ha convertido a la inteligencia artificial generativa en una de las principales prioridades de la empresa.

“Uno de mis objetivos para Meta es basarnos en nuestra investigación para convertirnos en líderes de la inteligencia artificial generativa”, mencionó Zuckerberg en la llamada con los inversionistas.