La lluvia y el fortalecimiento del monzón de verano asiático desempeñaron un papel clave en la dispersión de nuestra especie, los Homo sapiens, desde África a Asia oriental durante la última etapa interglaciar (70.000-125.000 años), según concluye un estudio internacional en el que ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH) de Burgos (España).

Concretamente, ha sido la directora de este centro, María Martinón Torres, la investigadora que ha plasmado su firma en este estudio publicado recientemente en la revista científica PNAS, según ha informado este martes el CENIEH en un comunicado.

En este momento, según ha informado el centro dedicado a la Evolución Humana, está "generalmente aceptado" que la variabilidad climática ha tenido un "impacto fundamental" en la evolución de nuestra especie y su dispersión fuera de África.

Sin embargo, la comprensión de la influencia hidroclimática en la dispersión temprana de Homo sapiens estaba "limitada por la falta de integración de los datos paleoclimáticos y paleoantropológicos en Asia", con especial atención al efecto del monzón de verano en este continente.

Es por ello que este estudio integra nuevas reconstrucciones de alta resolución del comportamiento del monzón de verano asiático basadas en una modelización continua del hidroclima de Asia oriental, que constituye "una exhaustiva recopilación de datos de yacimientos paleoantropológicos y una simulación del hábitat de Homo sapiens que abarca los últimos 280.000 años”, indicó la investigadora Martinón Torres.

Para reconstruir la variabilidad del monzón del verano asiático durante los últimos 280.000 años, los investigadores recogieron 2.066 muestras en la Meseta de Loess, en China central.

Las reconstrucciones resultantes, de "una resolución sin precedentes" según el estudio, sugieren que la variabilidad del monzón de verano asiático responde a la acción combinada de cambios en la insolación, el volumen de hielo y la concentración de gases de efecto invernadero.

"La idea de que el clima condiciona las dispersiones de los homínidos no es nueva, pero generalmente lo asociamos a cambios de temperatura, aunque ahora podemos añadir a esa ecuación la lluvia, como factor que favorece el asentamiento de nuestra especie en nuevos territorios", argumentó Martinón Torres.

Para aportar más pruebas cuantitativas de los efectos climáticos en las dispersiones de Homo sapiens, Jiaoyang Ruan, otro de los coautores, investigador del Centro de Física del Clima (ICCP) del IBS (Corea del Sur), analizó simulaciones informáticas de hábitats de Homo sapiens y descubrió que la ocupación de Asia oriental era coherente con un aumento transcontinental de la idoneidad simulada del hábitat.

EFE