Contenido creado por Martín Otheguy
Ciencia

Parece mentira las cosas que leo

Las cosas más extrañas que se cuentan sobre el coronavirus

El químico Bernardo Borkenztain analiza las últimas "curas" propuestas, desde nitrato de plata, oleandrina, cinc o la echinacea.

17.09.2020 11:47

Lectura: 4'

2020-09-17T11:47:00-03:00
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Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy

Les hemos dedicado muchas columnas a los mitos y verdades del coronavirus, pero el manantial de disparates no parece secarse, antes bien, parece una catarata...

Hoy vamos a centrarnos en algunas cosas que circulan en las redes y que no son ciertas, dado que se corre el peligro de caer en prácticas que, en el mejor de los casos son inútiles, pero en el peor pueden ser peligrosas.

Lo primero es entender que, de momento, no hay una cura para la COVID-19. Se han probado muchas terapéuticas y todas han dado resultados decepcionantes, en especial la tan mentada hidroxicloroquina o el tan promocionado REMDESIVIR americano. Los médicos están recurriendo a tratamientos inespecíficos como dexametasona y otros antiinflamatorios, por ejemplo, para frenar ciertos síntomas, pero de una cura, de momento nada.

Lo anterior no es óbice para que circulen algunos disparates, como que hay que administrar un curso de vitamina C intravenoso, una verdadera tontería, ya que la absorción oral es alta y la masiva intravenosa es más bien radical (1) y no hay datos concluyentes. De hecho, no hay nada publicado en fuentes serias al respecto, salvo por supuesto los mensajes de Whatsapp que son lo primero que los científicos consultan porque siempre vienen de "prestigiosos científicos". Lo mismo corre para echinacea, cinc, té verde y el resucitado nitrato de plata (2). Capítulo aparte para la oleandrina, una sustancia tóxica extraída del laurel de jardín (Nerium oleander) que es sumamente tóxica.

No falta nunca gracias a prestigiosos intelectuales como Miguel Bosé, pero la telefonía 5G está vinculada también; según algunos bulos cura y según otros causa COVID-19, pero la realidad es que ni una ni la otra, más bien permite mandar estos disparates con mayor velocidad.

Otro tema muy de moda es el de las vacunas y sus peligros; ya lo hemos tocado en otra columna pero siguen apareciendo amenazas de que contienen "microchips" o que reescriben el material genético del individuo (3), aunque la realidad es que los estudios siguen en proceso y aún no están los datos finales de las fases III de las mismas.

Otras cosas más esotéricas, como uso de salmuera, alcohol, cloro o desinfectantes en general, no sirven definitivamente, porque por muy verosímiles que parezcan los mecanismos que proponen para explicarlos, sencillamente no han funcionado en la clínica. Digan lo que digan: NO FUNCIONAN.

Por último, los desinfectantes externos como luz UV, lavandina, alcohol 70, amonios cuaternarios, etcétera, solo sirven para el virus en superficies o en las manos, pero si ya entró al organismo no pueden hacer nada, excepto causar irritaciones o intoxicar.

En suma, el ingenio de la conspiranoia no descansa y como los pseudocientíficos se autoperciben como víctimas de persecución no por la falta de evidencia de lo que afirman sino por la amenaza que representan al poder maligno que gobierna el planeta, son aguerridos en sus argumentaciones.

Pero no... no funcionan. Lo mejor es lo de siempre: hágale caso a su médico (4).

Q.F. Bernardo Borkenztain

(1) Y en todo caso la deberían administrar los médicos intensivistas.
(2) Cuando era chico se usaba para resfríos "colargentol", uan solución de proteinato de plata que dejaba todo negro al contacto... No lo van a creer... tampoco cura COVID-19.
(3) Si esto es verdad, yo quiero la que convierte a uno en Wolverine, ese sí se cura fácil del COVID-19 y otras cosas.
(4) El suyo nomás, los que pregonan ser "por la verdad" son peligrosamente parecidos a una mezcla de Merlín con Viviana Canosa.

Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy