En su momento de máximo esplendor, y aprovechando la firma del acuerdo estratégico entre Telefónica y el BBVA, en febrero de 2000, uno de los máximos ejecutivos de la filial bromeaba diciendo que al grupo no le hacía falta ese acuerdo, porque con lo que valía Terra en Bolsa podía adquirir el banco directamente.
Y es que Terra llegó a cerrar a 139,75 euros por acción, lo que arrojaba un valor máximo de 38.000 millones de euros, superando a empresas como Repsol, Endesa o los principales bancos, pese a que sus ingresos no llegaban a 300 millones de euros y perdía el doble.
De ese imperio (bursátil) hoy quedan las ruinas. Su capitalización apenas alcanza los 3.300 millones de euros. El valor se ha movido entre los cuatro y los cinco euros en los últimos meses para sus accionistas, que llegaron a crear una asociación de damnificados de Terra y protestaron airadamente en la última junta. En el balance sólo se ven números rojos. Nunca ganó dinero en sus cuatro años de existencia, y en el último ejercicio arrojó unas pérdidas récord de 2.008 millones, casi cuatro veces más que sus ingresos.
La decisión que Telefónica hizo pública ayer supone, en realidad, la vuelta de Terra a sus orígenes antes de la locura.com: el seno de Telefónica. A finales de 1998, la operadora decidía dividir sus actividades en Internet en dos compañías diferentes: Telefónica Interactiva se dedicaría al mercado residencial y el llamado soho (small office home office, es decir, pequeñas oficinas y trabajadores autónomos), mientras que otra filial, Telefónica Data, estaba pensada para los grandes clientes y las pyme.
A finales del año siguiente, las valoraciones de las empresas de Internet estaban por las nubes. En 1999, las puntocom valían más en el mercado Nasdaq que todo el sector informático. Los gestores de Telefónica deciden entonces aprovechar la burbuja y sacar Interactiva a Bolsa. El proceso fue muy rápido. Primero, Telefónica cambia el nombre de Interactiva a Terra Networks. Después, vacía sus filiales latinoamericanas de los negocios respectivos de Internet y los incluye en Terra. Por último, se gasta unos 570 millones en comprar empresas. La compra más cara fue la de Olé!, un portal que habían creado Pep Vallés y Martín Velasco, por 18 millones.
El 16 de mayo de 2000 se anuncia la compra del portal estadounidense Lycos por 12.500 millones de dólares, mediante un canje de acciones. La escenificación del acuerdo, retransmitida en directo por la CNN, supuso el espaldarazo definitivo a una manera de hacer negocios basada en las grandes adquisiciones y el crecimiento por el crecimiento, sin importar el coste ni el sentido financiero de la operación, y que ha llevado a empresas del calibre de Vivendi o WorldCom al borde de la quiebra, cuando no a su desaparición.
Pero la compra de Lycos marcó también el comienzo del declive de Terra, que a finales de 2000 había perdido ya el 80% de su valor.
Al final, Telefónica tuvo que actuar de salvavidas. En febrero pasado, firmaba un acuerdo con Terra para inyectarle al menos 471 millones en los próximos seis años a cambio de que su filial le provea de sus necesidades de Internet. Tras una historia corta pero repleta de problemas, Terra es, de nuevo, una filial interactiva de Telefónica. Y sus acciones han pasado del boom al destierro de los mercados.
Los empleados de Terra en España recibieron ayer con cierto alivio la noticia de la OPA. La situación en la compañía era de total estancamiento. La necesidad de lograr beneficio operativo provoca que esté disminuyendo sus gastos, pero también sus ingresos: vendió un 28,5% menos en el primer trimestre de este año respecto a 2003, una situación que un análisis de BNP Paribas califica de "dramática".
¿Cuál es el futuro de Terra? La mayor parte de los análisis realizados ayer apuntaban dos posibilidades. Una de ellas sería la venta completa de la compañía, aunque habría que buscar un comprador. Tiscali es la única empresa del sector en Europa que manifestó interés en adquirir empresas, aunque nunca hizo referencia expresa a Terra. Sin embargo, más previsible a corto plazo sería la venta de Lycos como portal independiente.
La otra posibilidad es que la matriz desmembre su filial. Telefónica se quedaría, así, con los negocios de Terra que le interesan (el acceso a Internet y el ADSL), y vendería o cerraría el resto de negocios. Algunas de las decisiones recientes de Terra apuntan en esta dirección. La empresa redujo al mínimo su plantilla en EE UU, y vendió sus filiales en Canadá, Corea y Japón.
(En base a El País de Madrid)
Desterrada
LA CRISIS DE TERRA
Terra es hoy un ídolo caído. Su historia, como la de todos los mitos, acumula excesos y miserias.
29.05.2003
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