Tres estudios recientes realizados por equipos del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) aportan nuevos conocimientos sobre la biodiversidad nativa del Uruguay, la capacidad de adaptación del cerebro animal y el impacto de la urbanización en especies clave de los ecosistemas.

Uno de ellos analizó por primera vez en el país la anatomía ósea postcraneal del venado de campo y el guazubirá, dos especies de ciervos nativos. Con ello, los investigadores lograron diferenciar subespecies de venado de campo, identificar variaciones entre poblaciones de guazubirá del norte y del sur del país, y reconocer patrones de dimorfismo sexual. El estudio aporta herramientas para la conservación de estas especies, así como para la interpretación de restos fósiles y arqueológicos en el futuro.

En paralelo, el Laboratorio de Neurobiología Comparada del IIBCE estudió cómo la oscuridad prolongada afecta el cerebro del pez anual Austrolebias reicherti, una especie nativa de Uruguay. El trabajo demostró que el cerebro ajusta su producción de nuevas neuronas según las condiciones ambientales: en ausencia de luz se refuerzan los circuitos olfativos, mientras que con luz natural se potencia las áreas visuales. Estos resultados confirman la capacidad del cerebro de la especie para reorganizarse, y su valor para el estudio de procesos adaptativos y evolutivos.

Por último, el tercer estudio se enfocó en los efectos de la urbanización sobre la diversidad de milpiés en Montevideo. A partir del muestreo en áreas verdes con distintos grados de urbanización, los investigadores encontraron que los sitios más urbanizados presentan mayor diversidad de especies. El trabajo destaca el rol de los espacios verdes urbanos como reservorios de biodiversidad, y subraya la necesidad de una gestión ambiental que favorezca la conservación de especies nativas.