Google apuesta por energía nuclear con un reactor que alimenta sus centros de datos

Google firmó un acuerdo inédito con la empresa pública Tennessee Valley Authority (TVA) para adquirir electricidad de un reactor nuclear de nueva generación, desarrollado por Kairos Power. El reactor se construye en Oak Ridge, Tennessee, la misma ciudad que albergó el proyecto Manhattan, y estará operativo en 2030.

Según ambas compañías, se trata del primer contrato de compra de energía de este tipo firmado por una empresa de servicios públicos en EE.UU., y podría marcar el comienzo de una nueva era en la energía nuclear del país, en momentos donde la demanda de electricidad crece al ritmo de la inteligencia artificial y los grandes centros de datos.

Un reactor con tecnología revolucionaria

El reactor que se construye —Hermes 2— es una planta demostrativa basada en una tecnología completamente diferente a la de los reactores tradicionales: en lugar de agua, utiliza sales de fluoruro fundidas como refrigerante, lo que permite operar a bajas presiones y con mayor eficiencia térmica.

A diferencia de los reactores convencionales que necesitan grandes estructuras de contención para manejar altas presiones, el diseño de Kairos Power permite reducir costos y simplificar la infraestructura. Hermes 2 tendrá una capacidad inicial de 50 megavatios (MW), como parte de un objetivo más ambicioso: desplegar 500 MW de nueva capacidad nuclear en Estados Unidos para 2035, con el respaldo de Google.

Google apuesta por energía limpia en sus centros de datos

Una vez que Hermes 2 entre en funcionamiento, la electricidad se destinará a la red local que alimenta los centros de datos de Google en Tennessee y Alabama. Además, Google recibirá los llamados atributos de energía limpia, certificados que representan los beneficios ambientales de evitar emisiones de carbono, lo cual le permitirá respaldar sus metas de sostenibilidad.

Estos certificados permiten a las empresas afirmar que operan con energía limpia, incluso si están conectadas a una red que todavía utiliza combustibles fósiles. Aunque este mecanismo ha sido cuestionado por estudios que advierten una sobreestimación de su impacto ambiental, Google sostiene que estos acuerdos ayudan a financiar y acelerar la transición hacia una matriz energética sin carbono.