José Tauré, de 26 años, de Sarandí del Yi –aunque actualmente vive en Mercedes– fue el ganador del 2do “T Cuento Q”.
“Un señor muy tacaño una vez compró a precio de diamantes una cajita bien pequeña; quien se la vendió lo convenció mostrándole todo lo que cabía fuera de ella” fue el minicuento que le valió ganar la notebook de la Cooperativa Bancaria.
Muy sorprendido por el fallo, declaró a Sopa de Letras que lo suyo “son los números” y que no escribe habitualmente. “Lo que me impulsó a participar en el T Cuento Q fue la lectura de un minicuento que salió mención el año pasado, que hablaba del caballo de madera de Troya, me encantó”.
Precisamente el autor de ese microrrelato fue el isabelino Marcos Olivera quien este año trepó al segundo puesto y ganó un celular con el siguiente minicuento:
“Ese hombre nos está atacando, pensaron los molinos."Rápido" dijo uno de ellos." Hay que convertirse en gigantes".
Según contó Olivera, el cuento se le ocurrió “viajando parado en el ómnibus rumbo a Paso de los Toros: lo escribí directo en el celular y lo mandé”.
El tercer lugar fue para alguien que también estuvo el año pasado entre los cien mejores; William Teixeira, quien envió el siguiente SMS:
“El pescador se lanzó con desespero sobre la sirena y la abrazó con fuerza. Entonces, oculto tras una roca que azotaban las olas, el pez jaló del sedal”
Tanto las diez menciones como el resto de los cien minicuentos presentan un panorama heterogéneo de temáticas así como de edades y procedencias de sus autores. Por ejemplo, la cuarta posición (aunque no se establecen diferencias de calidad en las menciones) fue para Valentina Cornelius, de 18 años, de San José con un minicuento de inspiración kafkiana:
“Supo que ese hombre finalmente la aplastaría. Levantó su enorme pie, como tantas veces, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, la cucaracha despertó agitada.”
Hubo autores de Maldonado, Melo, Dolores (Soriano), Canelones y otros lugares del país.
Entre los cien mejores destaca el caso de Claudia Umpiérrez, de 13 años, que vive en Sauce (Canelones) que envió este minicuento de terror cómico:
“Drácula me invitó a su fiesta, sólo tuve que llevar la comida.”
También figura con varios sms Juan Rodríguez Laureano, 1er premio del primer concurso de cuentos breves Paco Espínola (hay varios mencionados de este certamen).
Están el escritor de literatura infantil Sergio López, con un minicuento pinochesco, y varios conocidos del TCQ anterior como Fernando Mieres, Yamandú Cuevas o Javier Zubillaga, entre otros. También hay dos poetas ganadores del concurso Aebu-Casa de escritores, Gustavo Sosa y Ma. Constanza Farfalla, en fin el panorama es muy amplio.
Como es sabido, la 2da edición del T Cuento Q recibió más de 40.000 SMS, lo que transformó en más que ardua la tarea del jurado integrado por los escritora argentina Ana María Shua, el escritor Alberto Gallo y la periodista Ma. Inés Obaldía.
Premio del Público
La novedad de este año será que a partir del miércoles 18 de marzo y hasta fin de mes, el público podrá votar mediante SMS el mejor minicuento de los cien. El autor del mismo se hará acreedor a un celular de última generación. Las instrucciones para votar figuran en la web de ANCEL.
Además, el libro de los cien minicuentos 2008 será presentado el Día del Libro en las Fiestas Mayas, en la Biblioteca Nacional.
La ceremonia de entrega de los premios tendrá lugar en los salones de la Cooperativa Bancaria el 29 de abril, a las 12:00 hs y contará con la presencia de autoridades de la cultura nacional y de ANTEL, además de los integrantes del jurado.
Los cien minicuentos
1 Un señor muy tacaño una vez compró a precio de diamantes una cajita bien pequeña; quien se la vendió lo convenció mostrándole todo lo que cabía fuera de ella.
José Tauré
2 Ese hombre nos está atacando, pensaron los molinos."Rápido" dijo uno de ellos." Hay que convertirse en gigantes".
Marcos Olivera
3 El pescador se lanzó con desespero sobre la sirena y la abrazó con fuerza. Entonces, oculto tras una roca que azotaban las olas, el pez jaló del sedal.
William Teixeira
4 Supo que ese hombre finalmente la aplastaría. Levantó su enorme pie, como tantas veces, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, la cucaracha despertó agitada
Valentina Cornelius
5 Busco y busco, por los comercios pequeñas guillotinas, para colgar en el cuello. Pero no encuentro. Cruces hay por todos lados.
Marcos Olivera
6 El otro ya dejó la agonía. Cruz limpia el facón entre los pastos. Se sabe observado con algo de desprecio por un joven que anota algo en papel.
Juan Rodríguez Laureano
7 La mariposa se detiene sobre mi mano ya abatida. Se desintegra en un polvo gris que cae sobre mi regazo. ¿De esto se trata entonces?
Juan Rodríguez Laureano
8 Fin. Se aman para siempre. Se hacen inseparables. Se gustan. Ella acepta. La invita a salir. Un chico conoce a una chica.
Diego Paredes
9 Poco sabía el científico, que la micro cultura que estudiaba había convertido su microscopio en un cañón
Pablo Praino
10 Una lágrima cayó en el celular, y el sabor a sal se grabó en el microchip. Melancólica y binaria viaja la lágrima, vagabunda y digital.
Carlos Darakjian
11 A las almas que naufragan las buscan los pescadores, las pescan con redes suaves, las secan pa que no lloren.
Gabriela Martínez
12 Años más tarde, recordaría la primera vez que su corazón había dejado de latir. Andrés Rodríguez
13 La cama -seda oscura- nos espera. Aroma de sexo y jazmín. Cruje la puerta. No somos nosotros. Pero ella -infiel- se abre igual.
Alejandra Capozzoli
14 Asesinó a todos los hombres del mundo para que lo viera solo a el. Ella se arrancó los ojos.
Nebio Fariña
15 Me supe demasiado cobarde para el suicidio, opté por no combinar realidad con lucidez, ahora duermo o estoy ebrio, no sé la diferencia.
Mario Saraví
16 Estábamos todos desesperados, no podíamos creer lo que nos estaba pasando, no podía ser verdad, en ese momento sentimos el grito de salvación " tengo señal "
Matías Iglesias
17 Todo es feliz, sensaciones anunciadas por paquetes Galácticos, satinados. Sin aviso manos selectivas llegan, sacuden. Somos tan débiles como crocantes Crunch!
Caetani Lopez
18 A mi alrededor todo estaba oscuro. Descendía lentamente con los brazos abiertos. La frescura que me embargaba era deliciosa. Lo último que sentí es que era libre.
Noemí Caviglia
19 Soledad se va temprano a la cama para que las hadas le hagan cuentos de padres.
Juan Rodríguez Laureano
20 Viene hacia mi con suavidad. Me toca y se aleja de prisa. ¿Será que no soy lo que el mar esperaba?
Nicolás Soto
21 No pude sostener la mirada. Su determinación por recuperar el chupete de mis manos era total y perdí otra vez.
Diego Ferreira
22 Me vistió con su peor ropa y me sentó en el cordón de la vereda. El pedía una monedita para mi, pero se compraba caramelos. Su ambición me salvó de la hoguera.
Javier Ledesma
23 Me alejé de la mesa a contar nuevamente las monedas. El hizo una broma respecto a mi y todos rieron. Creí escuchar la palabra traidor entre las carcajadas.
Juan Rodríguez Laureano
24 Busco príncipe sobre caballo blanco. Gratifico.
Fernando Mieres
25 Por fin había logrado ser el centro de la reunión, sin decir palabra, metidita allí en su ataúd.
Luis Meneses
26 Desde que instalaron la antena de una emisora de FM junto a mi casa, por el grifo de agua caliente solo salen tangos.
Fernando Mieres
27 La televisión mostraba la caravana de J.F.K. llegando a destino. Tomé el último trago y me fui del bar abandonando la maleta con el arma. Hambre, sentí hambre.
Juan Rodríguez Laureano
28 Venía sangrando profusamente con su precioso frac blanco a la miseria. Me imploró ayuda y su estado me conmovió, así que le dejé la tarjeta de mi tintorería.
Yamandú Cuevas
29 Papa creía que yo podía volar. Yo también, pero tenía miedo. Al fin me convenció y me lancé. Mientras yo caía, a el le crecían alas.
Ángelo Huelmo
30 Llegué y me sorprendió no encontrarme. Fue el final de una bella doble personalidad.
Germán Aguirrezabala
31 Yacían a mi lado, inmóviles. Yo no pensaba delatarme como persona viva. Aunque quizás todos acecháramos, temerosos de movernos primero.
María Constanza Farfalla
32 ¿Qué hacemos? ¿La enderezamos? No, dejala así nomás que vamos a ser famosos en Pisa y en todo el mundo.
José Caputo
33 Apenas leyó la primera línea ya era tarde. El veneno entraba por los ojos. Solo su autor conocía el antídoto.
William Teixeira
34 La quise desde que era una semilla, cuando dio brote fue el momento mas feliz de mi vida. Recuerdo todavía sus hojas. La sigo queriendo, aunque la haya fumado.
Joel Rimbaud
35 Juraron amarse para siempre... Era un 6 de agosto en Hiroshima.
Eduardo Bentancur
36 Obvio tu, tan serena... Obvio tu, tan segura, tan definitiva... Obvio tu, tan conocida por y tan cerca de todos... Obvio tu... No podías ser otra que la muerte.
Carlos Longo
37 Isabela caminaba de cabeza, para no gastar su único par de zapatos.
Fernanda Corveira
38 Amenacé con abandonar mi hogar para siempre. No pude cruzar la calle. Tenia 4 años y estaba muy enojado
Pablo Stankus
39 " ... miré los ojos verdes y penetrantes de mi perro y me pregunté ¿Creo o no en la reencarnación? Entonces le pregunté ¿ papá sos vos? Te extraño viejo "
María Garmendia del Sur
40 Por delante la luna blanca, cubriendo su horizonte visual. Por el espejo retrovisor, vio la Tierra pequeña y azul, ya sin la línea amiga de la muralla china.
Carlos Pérez
41 El tren frenó ruidosamente ante la vaca atónita. Pieza por pieza fue desarmándose hasta el último tornillo.
Fernando Mieres
42 Hace frío. Suenan las balas. En mi vientre gangrenado reptan gusanos. Tomo uno entre los dedos y empiezo a comer.
Gustavo Sosa
43 Érase una vez un hombre que estudió mucho y trabajó duro toda su vida. Nunca fue feliz. En su último aliento deseó haber sido vedette.
Gustavo Sosa
44 Que difícil es volar con capa teniendo el viento a favor!
Alberto Barrios
45 Hasta acá llegamos - Le dijo con voz punzante mientras deslizaba sutilmente la navaja por su cuello - Vuelva en una semana a cortarse el cabello.
Diego de Freitas
46 Andaba en minimorris, usaba minifaldas y escribía minicuentos. ¡Qué cosita!
José Caputo
47 Cayó la noche y con ella el frío. Entre su cara y el asfalto solo hay un cartón viejo. Entre su presente y su pasado solo hay ocho años.
Ramiro Mesa
48 Cuando despierte voy a ducharme, desayunar, peinarme, correr el 121, trabajar, llevar los chicos al parque y cenar pizza; cuando despierte del maldito coma.
Luis Gaona
49 Por las noches. Solo. Dejaba caer la cera de una vela, sobre mi mano. Y jugaba a desprenderme la piel.
Marcos Olivera
50 Aquel bichito de luz fue condenado a volar de día
Gustavo Bravo
51 Cada día me convenzo mas, que este mundo es el mejor lugar para vivir. Si volviera a nacer quisiera que fuera en el mismo lugar... ¡¡Corten!! Se graba.
Heber Nalerio
52 El pez colgado cabeza abajo, mira con su ojo metálico las últimas noticias del diario que lo está envolviendo.
Dinorah Améndola
53 Un día de otoño, cuando todos se refugiaban en sus casas, sintió la fuerte necesidad de lanzarse al vacío. En la caída lo entendió: la oruga aun no era mariposa.
Santiago Zorrilla
54 Caían ya las primeras gotas, y todavía quedaban algunos animales por subir. Al diablo con los dinosaurios!
Conrado de León
55 Un caracol devoraba las hojas de un cuento súbitamente terminado en lo mas hondo de su caparazón.
Carlos Serra
56 Estaba harto de que hablara por él. Que le asignara ideas y lo que es peor, sentimientos. La rebeldía, a veces, tiene filos de tijeras.
Adriana González
57 Elegimos el arma y con ella la manera de matar. Elegimos el día, la hora y como borrar los rastros. Nos miramos entre todos. Faltaba elegir una víctima.
Juan Rodríguez Laureano
58 Para enfrentar a los pigmeos beligerantes se pusieron medias antibalas. Fernando Mieres
59 Cazaba como todas las noches. Al despejarse la bruma reconoció a su hermano. Ya era demasiado tarde, la flecha había abandonado su mano.
Marcelo López
60 La escalera da a un balcón con mucha gente. Gesticulan, gritan. No oigo, ¿estoy sorda? En la vereda hay alguien tirado, le falta un zapato, a mi también.
Mariela Ordoqui
61 El piloto presiona el botón, mientras Akira, de 8 años, juega con su muñeca por última vez.
Gerardo Alemán
62 Estaba yo, como de costumbre, a punto de morir a manos del villano, cuando al lector lo venció el sueño y, por esa vez, me salvé.
William Teixeira
63 Cuando me desperté, sentí olor a azufre. Abrí los ojos y los vi. Estaban ahí. Un millón de conejos blancos mordisqueaban mi almohada.
Javier Zubillaga
64 Creí a mi jefe muerto, al ponerles cuatro pilas nuevas revivió. ¿Nunca lo supiste? No. ¿Quién mas sabe que eres un robot? Se rió, se acercó hacia mi y me apagó.
Daniel Kaciusis
65 Cuando despertó, el dinosaurio estaba allí, en el sillón, con su rubia cabellera y preguntando si aun estaba vivo.
José Caputo
66 En el reparto, la noche egoísta se apropió de las estrellas. Y el mar celoso, pirata, negocia con los hombres vendiendo copias- sus reflejos.
Elian Stolarsky
67 Por viaje, traspaso dictadura llave en mano.
Fernando Mieres
68 Raíces brotan de la tierra en tupida maleza. Gran serpiente siembra terror atacando todo lo que se mueve. Entre las ramas devora algo zigzagueante. Es su cola.
Ana Laura Domenech
69 Estaba corriendo sin dirección en la enormidad del universo. Cuando una estrella fugaz me golpeó en la nuca y de bruces me caí sin aliento en este mundo loco.
Marcos Bragado
70 El aula es de mármol y hormigón. El piso un tablero, cubierto de hojas muertas. Dolor aguarda a su alumno. Es rebelde y humano y debería repetir la lección.
Paulo Escalada
71 Quería comprarse una casa. Ahorró y se asesoró. Sólo le alcanzaba para un monoambiente prefabricado de madera. Compró el ataúd. Abierto era amplio y luminoso.
Valeria Stein
72 El nutriero encontró, agonizando en una de sus trampas, a un conejo blanco que llevaba un reloj de bolsillo.
Ramón Machado
73 Cuando le preguntan que es la libertad, el solo puede recordar el rugido de la Harley entre sus piernas y la presión del viento en las palmas de las manos.
Yamile Ferreira
74 Solo hay reconocimiento si soplan vientos de adiós
Camilo Monetta
75 Pido un inocente té con limón. El limón no era inocente y cuando lo agarro me escupe en los ojos. Lo ahogué en el té. No hubo testigos.
Valeria Stein
76 Sancho no se recibió de escudero pero sabe mucho de psiquiatría.
Fernando Mieres
77 ¡Despertate que ya viene! Dijo Raquel, y Sergio, hombre al fin, preguntó: ¿quién viene a esta hora?
Alicia Sassadini
78 Ánimo compañeros y huyamos ahora!
Fernando Mieres
79 Cuando la tormenta se agotaba, nadie sabía qué esperar; el Todopoderoso siempre encontraba una manera de destruir su creación.
Natalia Boedo
80 Tu traición es antigramatical: cuando mas te creía sujeto, te volviste predicado. Desde entonces no he podido comprender de qué estás hablando.
Rosana Piccini
81 Se durmió a pesar del terror, esta vez una maquinaria inmensa trituró al dinosaurio. Al despertar las torres ya no estaban mas…
José Caputo
82 Al despertarme, sentí que ya nada estaba allí.
Alejandro Barreto
83 Cuando comenzó la lluvia ni imaginábamos que moriríamos ahogados en nuestras propias lágrimas.
Carlos Noble
84 Cuando llueve no se si los pájaros cantan o lloran, o piden auxilio, o se van a bañar. Pero si se que siempre reverencian el agua.
Carlos Noble
85 Los jóvenes reposaban a la luz de la luna. No sabían que ya eran tres.
Marta Detomasi
86 La conoció a los diez. A los quince la vio con novio. A los veinte la vio casarse. A los treinta se encuentran en el motel los martes y jueves a las tres.
Alberto Praino
87 Dicen que lo último que se olvida es el aroma. Perduró solo unos segundos, fue un instante inmenso que me inundó de placer y tristeza. No la vi. Solo sé que estuvo allí.
Mathias Zitto
88 Hicieron el amor. Él susurró poemas; ella entrevió hilos negros, brazos de madera, jaulas. Huyó aterrada. Huyó de la procaz nariz que a él empezó a crecerle.
Sergio López
89 ¿Y si él dejara de soñarte? Serías menos pálida, menos triste, menos simple, menos presa. ¿Si tú comenzaras a soñarte?
Teresita Pippolo
90 Me pidió una síntesis y le dije: Mira, los montevideanos son gente que no silba.
Fernando Mieres
91 Envié a los niños a jugar para escribir un minicuento, espero que vengan pronto a rescatarme.
José Caputo
92 Existe un hombre que mantiene las estrellas en el cielo. Pero como no le pagan muy bien, de rebelde deja caer una estrella fugaz cada tanto.
Pablo Praino
93 Tenía sueño, no podía dormir, el dolor me mataba, hasta que te vi, pálida. Sentí miedo, pero me calmaste con tu caricia. Y dije: gracias también te extraño.
Florencia Scarlatto
94 Era un chico que nunca terminaba lo que empezaba, un buen día comencé a escribir un pequeño cuento, cuando de pronto...
Gonzalo Boullosa
95 Camino a casa me encontré con dios. Me preguntó sobre la vida. Se fue angustiado. Creo que es un mundo difícil, incluso para El.
Martín Vilariño
96 Mi padre atina a cerrar la puerta y pone la mesa como tranca. Estamos en medio del campo donde pareciera que nada sucede. Pero los sabemos ahí afuera. Esperan.
Juan Rodríguez Laureano
97 Subió bajó fue volvió rompió amó odió siguió pegó mintió tomó miró apuntó tiró mató.
Lilia Branda
98 Drácula me invitó a su fiesta sólo tuve que llevar la comida.
Claudia Umpiérrez
99 Pensaba que lo había hecho a su imagen y semejanza, pero cuando lo miró bien se dio cuenta que le sobraba una costilla.
José Caputo
100 El niño sospechaba que los viejos habían sido siempre viejos. Salvo excepciones que no comprendía.
Carlos Peduto
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