Contenido creado por Gerardo Carrasco
Medioambiente

Se comieron la pastilla

Estudio confirma acumulación de fármacos de uso humano en peces del Río Uruguay

En principio, esta concentración no comportaría riesgo para el consumo humano, pero no se sabe a ciencia cierta cómo afecta a los peces.

30.09.2019 07:48

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2019-09-30T07:48:00-03:00
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El Dr. Pedro Carriquiriborde, asesor de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) e Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), se refirió a los resultados del nuevo estudio, encomendado por la CARU.

"Los fármacos eliminados por la orina y las heces están llegando al río y son acumulados por los peces", reza el informe, según recoge el medio coloniense El Eco Digital.
"Las concentraciones halladas no representan un riesgo para el consumo humano, aunque aún desconocemos que les pueden estar haciendo a los propios peces o a otras especies que se alimentan de ellos", detalla el informe.

"Todos podemos contribuir a mejorar esta situación evitando descartar medicamentos vencidos por el inodoro, y en particular los municipios pueden hacerlo construyendo plantas depuradoras de líquidos cloacales que eliminen eficientemente estos compuestos evitando que lleguen al río", añade el reporte.

Una investigación previa realizada a tres especies de peces que habitan el río Uruguay (sábalo, boga y dorado) dio como resultado "el hallazgo de 16 compuestos asociados a medicamentos que se usan para tratar problemas cardíacos, de presión alta y psiquiátricos, además de analgésicos antinflamatorios y diuréticos, entre otros", informó Rosanna Foti, investigadora del Departamento de Acuicultura y Aguas Continentales de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) y asesora de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

El informe de Foti fue publicado por Radio Uruguay en el mes de julio pasado, y señala que las dosis de medicamentos encontradas en los peces "son concentraciones muy bajas que no afectan la salud humana".

La científica contó que el objetivo era saber si estaban presentes estos compuestos en las citadas especies, si existían patrones de acumulación frente a los distintos hábitos alimentarios, si se detectaban cambios en relación con las variaciones geográficas del río, y principalmente, si la presencia de estos compuestos generaba un riesgo para la salud humana. Y efectivamente el estudio determinó que "las concentraciones encontradas son muy bajas, microgramos, por lo que no existe riesgo para la salud humana ni tampoco implica una amenaza para la biodiversidad".