Contenido creado por Gerardo Carrasco
Ciencia

Enemigos íntimos

Empatizamos más con enemigos que con amigos, señala estudio

Estudio cerebral revela que empatizamos más con nuestros enemigos que con nuestros seres queridos, y explica por qué sucede esto.

19.10.2013 00:10

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2013-10-19T00:10:00-03:00
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Los humanos sentimos el dolor de nuestros enemigos de una manera más patente que el de nuestros amigos, ya que es en momentos de sufrimiento cuando un adversario puede volverse impredecible. Así lo indica al menos un estudio realizado recientemente por el Instituto de Cerebro y Creatividad de la Universidad del Sur de California y publicado en la revista Frontiers in Psychology.

Mientras que lo "normal" sería pensar que nos identificamos más con el dolor de nuestros allegados, la ciencia descubrió que en realidad sucede lo contrario. Esto se debe a razones de supervivencia, ya que el cerebro humano prioriza la tarea de vigilar a un posible enemigo a la de comprender a un amigo.

Esto haría que las zonas del cerebro responsables de la empatía, se enciendan con más fuerza ante una persona odiada que ante una querida.

"Cuando vemos una película de acción y el malo parece ser vencido, el momento de su derrota o muerte es el que más atrae nuestra atención. Lo miramos detenidamente para ver si está realmente fuera de combate, ya que eso resulta fundamental para predecir su potencial de represalias en el futuro", explica la profesora Lisa Aziz-Zadeh, líder de la investigación.

El estudio examinó la actividad en la "matriz del dolor " del cerebro - una red de regiones que se activan cuando una persona ve a otra persona sufrir. Asimismo, se piensa que puede estar relacionada a la empatía, permitiendo a los humanos entender el dolor de los otros.

Sin embargo, el estudio reveló que la tal matriz del dolor puede estar más involucrada en el procesamiento del dolor en general y no necesariamente ligada al procesamiento de los sentimientos de empatía.

Los investigadores estudiaron a un grupo de hombres judíos que debieron ver dos series de videos. En la primera serie, personas connotadamente antisemitas sufrían dolor. En la segunda, quienes la pasaban mal eran personas reconocidas por su tolerancia.

Sus cerebros fueron escaneados para mostrar los niveles de actividad de la matriz del dolor y, sorprendentemente, estaban más activadas al observar a los antisemitas sufrientes en comparación con los individuos tolerantes.

"Los resultados revelan una mayor flexibilidad del cerebro en el procesamiento de situaciones sociales complejas", explica Glenn Fox, otro de los científicos responsables del estudio.

"El cerebro utiliza el contexto completo de la situación para armar una respuesta apropiada. En este caso, la respuesta del cerebro está probablemente ligada al aumento relativo de la necesidad de atender y entender el dolor de la persona que resulta odiosa" en procura de predecir mejor su comportamiento y evitar que nos haga daño.

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