Por The New York Times | Rachel Nuwer
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Journal of the Royal Society Interface
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Un nuevo estudio muestra cómo los murciélagos vuelan y toman agua al mismo tiempo sin estrellarse.
A algunos humanos les gusta considerarse buenos para hacer muchas cosas a la vez, pero los murciélagos podrían hacerlo mejor. Muchas especies de murciélagos tienen la capacidad de volar y beber agua al mismo tiempo, pero a diferencia de las personas que intentan dos tareas simultáneas, como conducir mientras envían mensajes de texto, los murciélagos nunca se estrellan. Ahora, una nueva investigación revela la física que hay detrás de esta proeza de coordinación.
“Los detalles técnicos de cómo lo hacen los murciélagos son muy complejos, pero lo que intentamos comprender en última instancia es cómo realizan los animales las tareas simultáneas”, dijo Sunghwan Jung, biofísico de la Universidad de Cornell y autor del estudio publicado el miércoles en la revista Journal of the Royal Society Interface. “Los animales tienen vidas muy ajetreadas, como los humanos, y si pueden hacer dos tareas al mismo tiempo, tienen más posibilidades de sobrevivir”.
De las aproximadamente 1400 especies de murciélagos que hay en el mundo, “beber al vuelo” es la estrategia más frecuente para tomar un sorbo de agua, dijo Rolf Müller, ingeniero mecánico de Virginia Tech y uno de los autores del estudio.
Este comportamiento probablemente evolucionó para mantener a los murciélagos alejados del suelo y de los depredadores. Aunque encontrar agua es una necesidad, las fuentes de agua pueden ser lugares peligrosos para los animales, dijo Jung.
Algunos murciélagos beben directamente lamiendo el agua con la lengua mientras vuelan sobre una fuente de agua. Otros, como los zorros voladores, beben indirectamente mojando su pelaje y lamiéndolo después, una estrategia conocida como “sumergir el vientre”.
El nuevo estudio se centró solo en los que lamen la superficie del agua: dos murciélagos de nariz foliada de Pratt, que viven alrededor de Asia, y cuatro murciélagos grandes de herradura comunes en Europa, África y Asia, ambas especies insectívoras.
En un recinto de laboratorio lo bastante grande para que los murciélagos pudieran volar, los investigadores privaron a los animales de beber durante seis horas y luego introdujeron una fuente de agua. Colocaron varias cámaras en distintos ángulos cerca del agua y utilizaron imágenes estereoscópicas para seguir puntos concretos del cuerpo de los murciélagos cuando se abalanzaban para beber. Combinaron los datos de las distintas cámaras para producir una representación tridimensional de los murciélagos mientras se movían por el espacio.
Al igual que los humanos, que tienden a ralentizarse cuando realizan varias tareas a la vez, los investigadores observaron que los murciélagos reducían su velocidad de vuelo cuando se acercaban al agua. Sospechan que esto puede deberse en parte al reto de realizar dos tareas simultáneamente, así como a las limitaciones físicas de volar tan cerca de la superficie del agua. Para evitar tocar el agua con las alas, los murciélagos redujeron el alcance de su batido de alas aproximadamente a la mitad. También utilizaron un movimiento de aleteo de mayor ángulo para contrarrestar la resistencia causada por sus cabezas inclinadas hacia abajo.
Al mismo tiempo, los murciélagos controlaban con precisión la lengua mientras se llevaban el agua a la boca con delicadeza. La precisión es clave, dijo Jung, para evitar que el agua salpique la nariz de los murciélagos. Los murciélagos navegan mediante la ecolocalización, que consiste en emitir un sonido de alta frecuencia y utilizar el rebote de las ondas sonoras para obtener información sobre los objetos del entorno. Sin embargo, algunas especies de murciélagos emiten llamadas de ecolocalización a través de las fosas nasales y no de la boca. Por tanto, si les entrara agua por la nariz, se quedarían temporalmente ciegos.
Ulmar Grafe, biólogo de la Universidad Brunei Darussalam especializado en murciélagos y que no participó en la investigación, dijo que el trabajo es “admirable”.
“Beber al vuelo es importante para los murciélagos, pero no ha recibido la atención necesaria, porque es muy difícil conseguir que los murciélagos realicen este comportamiento en el laboratorio”, dijo. Aunque en el estudio participó un pequeño número de murciélagos de dos especies, dijo que este “revela la notable capacidad y complejidad de las maniobras de vuelo de los murciélagos”.
Kenny Breuer, ingeniero de la Universidad de Brown que no participó en la investigación, añadió que el estudio es “una maravillosa combinación de observaciones detalladas, caracterización cuidadosa y modelización rigurosa de algunos de los voladores más impresionantes de la naturaleza.“
Jung y sus colegas tienen previsto realizar más estudios sobre los comportamientos multitarea de otros animales, desde las golondrinas que planean sobre la superficie del agua para beber, hasta las libélulas que realizan contorsiones acrobáticas de apareamiento en pleno vuelo.
Jung añadió que los resultados de estos estudios también podrían servir de base para los robots voladores bioinspirados, algo en lo que él y sus colegas ya están trabajando.
“Todo el enfoque que han adoptado los autores pone de relieve los beneficios inesperados que podemos encontrar en este tipo de investigación científica básica para mejorar nuestra comprensión del medioambiente e inspirar nuevos diseños de ingeniería”, dijo Breuer.
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