Se presentan en competencias con camperas negras decoradas con su emblema: un cráneo en el medio de una mira telescópica. Los "francotiradores plateados" tienen entre 65 y 76 años, y su eslogan es "Tenemos tiempo para matar".

El capitán de los Silver Snipers es Öivind Toverud, de 76 años. Pero quien La Tercera define como "el más mortífero" es el uruguayo Baltasar Aguirre, quien vive en Suecia desde 1977. Cuando se unió al equipo ya estaba jubilado, aunque trabajaba en su casa como fotógrafo. Dijo que el Counter Strike es un juego "tan apasionante como el ajedrez o el bridge y que le hace muy bien a nuestro cerebro".

Los miembros entrenan regularmente en una academia de videojuegos en Estocolmo, donde ensayan puntería y estrategia. "Mis reflejos funcionan a la perfección a pesar de los años. Y, además, para mejorar en el juego hay que cuidar el físico, así que yo camino mucho más que antes", dijo Aguirre.

Además, se afianzaron amistades. "Es imposible no estrechar lazos en un juego donde el secreto es ayudarse entre sí. No se llega muy lejos en Counter Strike siendo individualista. Además, a nuestra edad es importante tener una actividad que nos acerque", agregó.

"Recién empezamos en esto, así que tenemos muchos años por delante. Competir en Sudamérica es mi sueño, ya que es mi continente de origen. Si nos invitan, vamos".