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Tecnología

La nueva era

El joven estudiante de la Udelar que “de casualidad” está trabajando para una IA española

Javier González se definió como un estudiante “vago”, por lo que conoció una herramienta tecnológica que le cambio su forma de aprender.

30.11.2025 09:00

Lectura: 6'

2025-11-30T09:00:00-03:00
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Por Mateo Aguerre
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Esta es la historia de un estudiante de la Universidad de la República (Udelar) que pasó de buscar cómo “rascar” un parcial a integrar el equipo de una inteligencia artificial para estudiar. Él es Javier González, un alumno que se encuentra en los últimos semestres en la Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República), que terminó trabajando para Stud-IA, una plataforma de inteligencia artificial (IA) pensada para ser utilizada únicamente como herramienta de estudio.

En diálogo con Montevideo Portal, González explicó que todo empezó “de casualidad”. Como parte de su plan de estudios, eligió cursar como electiva la unidad curricular “Introducción a la Teoría Literaria” en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, más por conveniencia que por interés. El primer día de clase, descubrió que se había anotado en una materia de primer semestre, teórica y considerada por él como “filtro”.

“Entre el trabajo y la tesis, no daba abasto”, recordó. Las lecturas, extensas y complejas, se transformaron en un problema, ya que no tenía tiempo para leer, resumir, estudiar y llegar preparado a los parciales.

Su primera opción fue recurrir a herramientas de IA ya conocidas. Probó con ChatGPT, pero la descartó enseguida. Según explicó, lo hizo por sus límites de texto y porque se “mezcla con información de internet y las respuestas son mareadas”, por lo que no le servían para lo que necesitaba.

Entonces hizo lo que “haría cualquiera” y buscó en Google “IA para estudiar”. Entre varias opciones en inglés, eligió una que le “habló directo”. “Apareció una que decía Stud-IA. Estudiar. No hay cómo errarle”, contó.

Lo primero que le llamó la atención fue el modelo de uso. Contaba con muchos recursos gratuitos, un sistema de créditos “razonable” y la posibilidad de obtener más completando pruebas, iniciar sesión o recomendar la herramienta a otros estudiantes. Pero lo que realmente lo convenció fue otra cosa: Stud-IA trabajaba únicamente con los textos que él subía, sin buscar información externa. Podía cargar un PDF largo y generar resúmenes, mapas conceptuales y exámenes a partir de ese mismo archivo, todo dentro de la misma plataforma. “El tiempo que te ahorrabas de eso era tremendo”, explicó.

El joven explicó que tiene una forma de estudiar muy visual y basada en la síntesis. Suele reducir textos extensos a pocas palabras clave que luego actúan como disparadores de la información. Por eso, los mapas conceptuales que generaba lo ayudaron. Primero leía el esquema, entendía la estructura, y recién después avanzaba sobre el texto original, ya con un “mapa mental” armado. A eso sumó exámenes generados por la herramienta, con correcciones automáticas, notas y explicaciones detalladas. “No fue estudiar menos: fue estudiar mejor”, resumió. Gracias a esa dinámica, asegura que preparó en “dos días y medio, tres días” un parcial que en condiciones normales le hubiera llevado cuatro semanas.

“La prueba de fuego” llegó cuando se sentó a rendir el primer parcial de la materia que había elegido “por los créditos”. Javier contó que entró a la prueba sabiendo que un mal resultado lo atrasaba en la carrera. “Cuando abrí la hoja, me arranqué a reír porque sabía que podía responder todas”, recordó. Eran diez preguntas y debía elegir cinco. “Pasé los dos parciales y los pasé con buena nota, en una facultad que nunca había pisado y habiendo estudiado dos días antes”, cuenta.

Para mí el recurso más importante en la vida es el tiempo. Tenemos un tiempo limitado. La pregunta es en qué lo usás y cómo lo usás”, sostiene.

Su vínculo con Stud-IA cambió cuando se quedó sin créditos y quiso pagar un plan mensual para poder seguir utilizando la plataforma. No encontraba cómo hacerlo y solo veía el plan anual. “Fue un momento de frustración”, por lo que dejó un mensaje “muy duro” en el formulario de contacto, donde criticó que una IA “tan buena no tuviera un botón de pago claro”.

Minutos después, le respondió Carlos, uno de los creadores, quien le indicó dónde estaba la opción que buscaba. El estudiante se disculpó, le explicó que estaba estresado y le dijo que la plataforma le parecía tan buena que estaba dispuesto a pagar, algo que no suele hacer. Ese intercambio terminó con una conversación mayor, donde intercambiaron ideas de mejora y, finalmente, Carlos invitó a Javier a sumarse al equipo.  

Javier reconoce que siempre fue “un vago”, pero aclara que eso nunca tuvo que ver con su capacidad. “A veces entender no es leer ochenta páginas”, planteó. Por eso cree que Stud-IA puede ser una oportunidad para quienes no se adaptan al “modelo tradicional”. “Yo creo que esto le abre la puerta a un montón de gente que capaz no tiene los hábitos como para tener una buena vida académica y capaz que por acá se pueda agarrar”, concluye.

Además, explicó que su rol dentro de Stud-IA está centrado en el desarrollo y fortalecimiento del área estratégica de la plataforma. Señaló que su trabajo se orienta a aportar en los procesos internos y en la mejora continua del servicio.

González señaló que la dinámica de trabajo también implica adaptarse a distintos usos horarios, lo que genera “un lindo desafío” en la labor diaria.

¿Cómo funciona Stud-IA?

Stud-IA es una plataforma educativa que fue creada en España en 2024 y llegó a América Latina este año. Es “un proyecto creado por estudiantes para estudiantes”, explican desde la plataforma.

La herramienta acumula más de 60.000 usuarios registrados y su objetivo es vender su servicio a instituciones de educación media, de modo que sean las organizaciones estudiantiles —supervisadas por docentes— las que administren su uso. “La idea es que, si los alumnos utilizan inteligencia artificial, sea de forma controlada y responsable bajo el control de un docente”, explicó González.

Según datos brindados por la plataforma, quienes la utilizan reducen un 40% su tiempo de estudio y mejoran un 20% sus calificaciones respecto a períodos anteriores. El diferencial, según sostienen sus creadores, no está solo en la tecnología, sino en su enfoque pedagógico.

La plataforma ofrece una etapa de “comprensión inicial”, donde se generan materiales y explicaciones adaptados al nivel del estudiante, “priorizando claridad y progresión”. Luego propone una “práctica activa”, con ejercicios, simulaciones de exámenes y “minievaluaciones” para reforzar contenidos. Finalmente, presenta “estadísticas cualitativas para mostrar qué temas se dominan, cuáles requieren refuerzo y cómo evoluciona el aprendizaje”.

Por Mateo Aguerre
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