El final de Grooveshark a manos de la industria discográfica

Con más de 35 millones de usuarios, Grooveshark había iniciado su camino en el rubro del streaming de música con paso fuerte, pero en constante lucha judicial contra los gigantes de la industria discográfica.

El juez Thomas P. Griesa -conocido en la región por su papel en la causa de Argentina con los fondos buitre- había declarado tiempo atrás a los dos co-fundadores de Grooveshark directa e indirectamente responsables de infringir las leyes de copyright de nueve grandes discográficas.

Ahora la lucha judicial llegó a su fin: Escape Media, la empresa propietaria de Grooveshark, acordó con las discográficas cerrar su web, servidor y aplicaciones, además de borrar sus cuentas en las redes sociales, su archivo y emitir una disculpa.

En su página web, los creadores del servicio publicaron una carta en la que aseguran que su objetivo al crear grooveshark había sido "ayudar a los fans a compartir y descubrir música". "A pesar de nuestras buenas intenciones, cometimos errores muy serios".

"Fallamos en asegurar derechos entre la gran cantidad de música en el servicio. Eso estuvo mal. Nos disculpamos", agregó.

En su despedida, Grooveshark se permitió recomendar otros servicios de streaming. "Cuando empezamos, pocos servicios ofrecían la experiencia que queríamos ofrecerte y que te merecías. Por suerte hoy ya no es así. Hay cientos de servicios accesibles para que elijas, como Spotify, Deezer, Google Play, Beats Music, entre otros", señala la carta.

"Fue un gran privilegio conocer a tantos de ustedes y disfrutar de buena música juntos. Gracias por ser fans tan apasionados", culmina la carta.

En tanto, la Asociación Americana de la Industria Discográfica calificó el cierre de Grooveshark como "una importante victoria de los artistas y de la industria en su conjunto. Por mucho tiempo, Grooveshark construyó su negocio sin compensar debidamente a los artistas, compositores y cualquiera que hiciese posible la buena música".