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Vida en la red

Por The New York Times

El ‘Coldplaygate’ es un duro recordatorio de que hay cámaras en todas partes

Un video en un concierto ha dominado el debate en internet y ha provocado la renuncia del director ejecutivo de una empresa.

21.07.2025 08:39

Lectura: 5'

2025-07-21T08:39:00-03:00
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Por The New York Times | Sadiba Hasan

Social Media

Adultery

Coldplay (Music Group)

TikTok (ByteDance)

Martin, Chris (1977- )

Astronomer

Byron, Andy

Cabot, Kristin

Un video en un concierto ha dominado el debate en internet y ha causado la renuncia del director ejecutivo de una empresa.

La más reciente obsesión de internet ocurrió en, ni más ni menos, un concierto de Coldplay en Foxborough, Massachusetts.

Durante el concierto del miércoles por la noche, Chris Martin, vocalista de la banda, anunció que cantaría a unos pocos fans selectos del público. “La forma en que lo haremos es con el uso de nuestras cámaras”, dijo. “Así que, si miran las pantallas, vamos a ver quién está ahí para saludarlos”.

Después de que Martin cantara una canción de feliz cumpleaños a un fan extasiado mientras tocaba suavemente la guitarra, una pantalla gigante del estadio mostró a una pareja abrazada. El hombre, que internet identificó rápidamente como Andy Byron, el director ejecutivo casado de una empresa tecnológica llamada Astronomer, rodeaba con sus brazos a Kristin Cabot, la jefa de personal de la empresa, quien no es su esposa.

“Oh, miren a estos dos”, dijo Martin, preparado para cantar otra canción dulce. Entonces las cosas se pusieron incómodas.

Cuando Cabot notó su cara en la pantalla, saltó inmediatamente de los brazos de Byron, se cubrió la cara y se dio la vuelta. Él se agachó y desapareció de la vista. Se vio cuando una mujer de pie junto a ellos se cubrió la cara con incredulidad, boquiabierta.

Martin, al darse cuenta de lo que ocurría, dijo: “Guao, ¿qué? O están teniendo una aventura, o simplemente son muy tímidos. No sé muy bien qué hacer”.

Las identidades de Byron y Cabot fueron confirmadas por un portavoz de Astronomer el viernes por la noche, después de que la empresa emitiera un comunicado declarando que Byron había sido puesto en licencia y que el director de productos de la empresa, Peter DeJoy, actuaría como director ejecutivo interino.

El sábado por la tarde, Astronomer emitió otro comunicado en que declaraba que Byron había renunciado y que la junta directiva comenzaría una búsqueda para su reemplazo.

Astronomer, una empresa de infraestructura de datos que trabaja con empresas para gestionar y automatizar datos, había anunciado que iba a iniciar una investigación sobre el incidente y que “se espera que nuestros líderes marquen la pauta tanto en conducta como en responsabilidad”.

El incidente, que ha dominado las redes sociales, fue un duro recordatorio de lo rápido que pueden propagarse las cosas gracias a las redes sociales y a las cámaras que rodean a la gente en todo momento. Esto es especialmente cierto en los grandes conciertos, donde los aficionados suelen grabar fragmentos o transmitirlos en las redes sociales. Y así fue: el video de la interacción del miércoles fue publicado por una asistente al concierto con una modesta cantidad de seguidores en TikTok. Pero gracias al poder del algoritmo de esa aplicación, ya para el viernes por la noche había superado las 77 millones de visitas.

Solo hicieron falta unos segundos de video para que Byron y Cabot dominaran por completo la conversación de internet y se convirtieran en un meme instantáneo, al que muchos han llamado “Coldplaygate”.

A medida que circulaba el video, algunos compartieron sus consejos para la pareja, y sugirieron que podrían haberse cubierto con una manta o haberse puesto un par de gafas de sol. Otros señalaron lo incómodas que serían las cosas en su oficina al día siguiente.

El momento comenzó a ser compartido y fue el objeto de bromas por políticos, corporaciones e incluso el departamento de saneamiento de la ciudad de Nueva York.

A partir de ahí, se convirtió en un debate más amplio sobre la privacidad y por qué se habían equivocado al suponer que no serían vistos y, potencialmente, grabados.

“Si estás en un lugar público, no hay absolutamente ninguna expectativa de privacidad”, dijo Charles Lindsey, profesor adjunto de mercadotecnia en la Facultad de Administración de la Universidad de Búfalo. “Cuando estás en un lugar público, ya sea un parque público, una tienda, un concierto, hay cámaras, y si está grabado, no hay vuelta atrás”.

Esa lección ya la había aprendido mucha gente antes de este incidente.

Hubo una ocasión en mayo, cuando el personal de un avión en el que viajaba el presidente francés, Emmanuel Macron, acababa de abrir la puerta en Hanói, Vietnam, cuando su esposa, Brigitte Macron, le empujó la cara. Cuando levantó la vista y se percató de que una cámara filmaba la escena desde el exterior, el presidente saludó con la mano. El video no tardó en ganar impulso en internet, y dio lugar a un aluvión de interpretaciones.

En 2024, hubo un gran debate sobre una mujer que publicó videos en TikTok en los que daba por hecho que presenciaba una relación extramatrimonial que tenía lugar en un avión.

Y también cabe recordar el infame incidente del ascensor de la Gala del Met en 2014, en el que se vio a Solange Knowles agredir a Jay-Z mientras su hermana, Beyoncé, se quedaba mirando y un guardaespaldas intentaba restablecer el orden. Las imágenes de la cámara de seguridad se filtraron a TMZ y se convirtieron en alimento para la opinión pública.

“Vivimos en un mundo muy intrusivo, en términos de cámaras y huellas digitales”, dijo Lindsey. “Puedes tardar 10 o 20 años en labrarte una reputación, y puedes perderla en un momento”.

Sadiba Hasan

informa sobre el amor y la cultura para la sección Estilos de vida del Times.