La explosión y el posterior hundimiento de una plataforma petrolera de BP en el Golfo de México causó el derrame de millones de litros de petróleo al mar y ha dejado una columna de petróleo de varios kilómetros alrededor del pozo averiado.
Un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab) analizó la actividad marina en una columna de crudo que se ha formado a más de 1.000 metros de profundidad, a 16 kilómetros del centro del pozo.
El grupo dirigido por Terry Hazen, ecólogo microbiano de la división de Ciencias de la Tierra de Berkeley e investigador principal junto con el Instituto de Biociencias, encontró que la actividad microbiana, encabezada por una nueva especie sin clasificar, está degradando petróleo más rápido de lo previsto.
Los expertos apuntan a que el motivo es que esa degradación se está produciendo en zonas en las que no hay un nivel significativo de oxígeno, lo que ha provocado que esta bacteria de la familia de las proteobacterias-gamma no hubiera sido muy estudiada hasta ahora.
"Nuestros resultados muestran que la afluencia de crudo ha alterado profundamente a la comunidad microbiana mediante un significativo estímulo de las gamma-proteobacterias psicrófilos de las aguas profundas, que están estrechamente relacionadas con microbios conocidos como degradantes del petróleo", señaló Hazen.
Los psicrófilos son aquellos microorganismos capaces de vivir a temperaturas inferiores a 5 grados centígrados.
"Este enriquecimiento de microorganismos degradadores de petróleo psicrófilos, con su rápida tasa de biodegradación del petróleo parece ser uno de los principales mecanismos detrás de la rápida disminución de la columna de hidrocarburos que ha sido detectado disperso en las aguas profundas", agregó.
El análisis de Hazen y sus colegas sobre los genes microbianos en la columna de crudo ha revelado una gran variedad de microorganismos degradadores de hidrocarburos, muchos de ellos relacionados con la concentración de diversos contaminantes del crudo.
En concreto han establecido que esta nueva especie podría pertenecer a la familia de las Oceanospirillales, en particular a la Oleispirea antarctica o a la Pceaniserpentilla haliotis.
Estos resultados, según Hazen, "demuestran que las poblaciones microbianas de psicrófilos degradantes de petróleo y las comunidades microbianas asociadas tienen un papel significativo en el control final y las consecuencias de las concentraciones de petróleo en las aguas profundas del Golfo de México", aseguró el experto.
Hazen, que ha analizado otros vertidos anteriormente, comenzó las investigaciones con su equipo el pasado 25 de mayo, un mes después de que se produjera el accidente.
Los resultados de la investigación se basan en el análisis de más de 200 muestras recolectadas en aguas profundas de 17 sitios diferentes, entre el 25 de mayo y el 2 de junio de 2010.
El análisis y la secuencia del ADN de estas muestras de agua revelaron que a diferencia de muchas otras bacterias que digieren petróleo estas protobacterias-gamma que viven en temperaturas frías (5 grados celsius) no parecen usar el oxígeno de la columna de agua.
Esto se traduce en que los métodos convencionales que han analizado la capacidad natural de la biodegradación basando sus cálculos en los niveles de oxígeno pueden haber pasado por alto la contribución de estas bacterias marinas.
Fuente: EFE
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