Contenido creado por Martín Otheguy
Ciencia

Otras extinciones

Decisión de la IM sobre zoológicos es un "atentado a la conservación", según expertos

La decisión de detener la cría en cautiverio plantea dudas sobre el futuro de los zoológicos municipales y podría tener consecuencias legales.

28.01.2021 13:41

Lectura: 12'

2021-01-28T13:41:00-03:00
Compartir en

En abril de 2014, la intendencia decidió cerrar el zoológico de Villa Dolores para reacondicionar el espacio.

Aunque el objetivo inicial era realizar reformas necesarias en un espacio que era muy criticado por las condiciones en que se mantenía a los animales, al asumir Daniel Martínez la intendencia optó por cambiar el proyecto. El objetivo que se planteó entonces fue quitar los animales exóticos y reabrirlo con especies nativas, convirtiendo al Sistema Departamental Zoológico -que incluye al Parque Lecocq- en un espacio de conservación de fauna autóctona.

Tras reunirse con integrantes de la ONG Animales sin Hogar, el entonces director de Artes y Ciencias de la comuna, Juan Canessa, contó en 2016 a Montevideo Portal que la voluntad era "transformar ese predio de siete hectáreas en un gran parque urbano" para dejar atrás el "modelo victoriano" de zoológico que Villa Dolores mantenía hasta su cierre por reformas.

En el 2017, la exdirectora de Cultura Mariana Percovich informó que el plan para construir el parque urbano estaba en "fase ejecutiva" y que se trabajaba en un "hermoso proyecto integrado y transversal". Sin embargo, casi cuatro años después el zoológico sigue sin abrir.

En el medio de la discusión sobre qué tipo de parque de fauna se quiere abrir y qué especies se seguirán viendo, quedó la interrogante de lo que sucedería con los más de 400 animales que había al momento del cierre, lo que en algunos casos todavía no es claro.

Con el objetivo de resolver este problema, en el 2018 tres diputados del Frente Amplio y uno del Partido Nacional presentaron un proyecto de ley que establecía un plazo de seis meses para que los veterinarios de cada zoológico o centro con animales definieran qué especies no autóctonas tenían la posibilidad de reinsertarse en su hábitat natural y ser liberados a la brevedad. "De lo contrario, se les aplicará el método de castración quirúrgica", indicaban. En otras palabras, se los devolvía a su entorno natural o se los castraba para que no sigan reproduciéndose.

La iniciativa, que no llegó a ser tratada, fue tildada de "disparate" por Eduardo Tavares, director por entonces del Sistema Departamental de Zoológicos de Montevideo. "Una cosa es no querer zoológicos, pero, ¿cortar la reproducción de animales que pueden tener un valor increíble para la especie?", se preguntó. Señaló además que la propuesta no resistía "ningún análisis técnico".

Vuelta a empezar

Ahora, con la asunción de la administración de Carolina Cosse, se nombró un nuevo director de Artes y Ciencias (área de la que dependen los zoológicos), con un nuevo cambio de timón para el destino del Sistema Departamental Zoológico.

En una nota con 970 Universal realizada por Paula Ojeda, el nuevo jerarca, Baltasar Brum, dijo que en el zoológico de Villa Dolores sigue habiendo animales en cautiverio, algo con lo que no concuerda. "Tenemos que impulsar ese cambio", afirmó.

Brum dijo a Universal que se detendrá la reproducción de animales en cautiverio en los zoológicos municipales y explicó que dependiendo de la especie y la realidad de los ejemplares dentro del zoológico se optará por castrarlos o por separar machos de hembras.

"Tiene que ver con un cambio de perspectiva de lo que deben ser los parques ecológicos, ex zoológicos. No vamos a seguir reproduciendo animales en cautiverio", dijo. La medida no corre solo para el zoológico de Villa Dolores sino para todo el sistema (lo que incluye al parque Lecocq), según supo Montevideo Portal.

También agregó que las obras del zoológico "no están paradas", sino que están "enlentecidas", y estimó que estarán listas a mitad del mes de abril.

Marcha atrás

En Villa Dolores hay actualmente unos 400 animales y en el parque Lecocq 700. De los 400 que hay en el primero y que no serán parte del nuevo proyecto, se prevé trasladar algunos ejemplares al parque Lecocq, enviar unos pocos a otras instituciones en el país y dejar a otros en Villa Dolores hasta que fallezcan. Son los casos del tigre y la hiena, por ejemplo, cuyos espacios se están remodelando.

El nuevo proyecto del zoológico Villa Dolores no incluye un gran número de especies (las que hay son regionales, como dijimos), y tiene una mirada educativa enfocada a la conservación en Uruguay y en la región.

Los recintos de animales exóticos fueron convertidos en parte de un recorrido que tiene espacios con cartelería e información sobre biodiversidad y especies amenazadas, además de sitios donde se plantará flora autóctona. Los cuatro jaguares que tiene Villa Dolores contarán con un recinto de 2.000 metros cuadrados. Entre los espacios planeados se encuentran un sitio para pecaríes, un lago donde se colocarían especies de monos sudamericanos amenazados, una playa de flamencos, un zoológico infantil y un insectario, entre otros.

Sin embargo, las nuevas disposiciones de la intendencia de Montevideo arrojan dudas sobre el futuro a mediano plazo del nuevo proyecto del zoológico de Villa Dolores y también del parque Lecocq, ya que si se prohíbe la cría en cautiverio no hay forma de que perduren, señalaron especialistas a Montevideo Portal.

La intervención quirúrgica para evitar la reproducción de algunas especies ya se hace en los zoológicos municipales. Se realizan vasectomías, por ejemplo (como ocurre con los monos y ciervos), aunque se evita la castración para impedir cambios en el comportamiento que pueden ser perjudiciales. Esta práctica solamente se lleva a cabo en aquellas especies que no tienen interés para la conservación y que por lo tanto no no se desea reproducir. Por el contrario, en los zoológicos municipales se sigue reproduciendo hasta el momento toda especie que esté amenazada o tenga retroceso numérico, lo que cambiaría con la nueva disposición.

A eso se agrega que los zoológicos montevideanos reciben además cerca de 500 animales por año por decomisos de fauna. Cuando se trata de especies autóctonas se rehabilitan y se liberan; cuando son exóticas, se convierten en un problema más a resolver.

Villa Dolores. Foto: Imagine Contenidos

Sobre la cría en cautiverio

Para la bióloga Susana González, que es profesora titular de Investigación del Departamento Biodiversidad y Genética IIBCE-MEC y profesora del curso de Biología de la Conservación en la Facultad de Ciencias y del PEDECIBA, hay una diferencia importante entre los zoológicos que solo exhiben animales y los que los tienen por objetivos de conservación.

El curso que ella da se centra justamente en el estudio de la conservación in situ (en la naturaleza) y ex situ (en cautiverio).

"Hay una corriente que no está de acuerdo (con ningún tipo de zoológicos) y tiene fundamentos que no sé si realmente son con base técnica", opinó. Agregó que el concepto de los zoológicos ha evolucionado con el tiempo y hoy en día no implica "tener los animales encerrados de por sí", sino para "estudiarlos y conocer aspectos que no serían posibles en su hábitat natural".

En esta concepción se tienen en cuenta elementos éticos, como no tener animales hacinados y que haya una "trazabilidad" de los ejemplares, afirmó.

La especialista agregó que cuando aparecen zoonosis (como la actual pandemia de coronavirus), tener animales en cautiverio en buenas condiciones de sanidad permite hacer estudios de vigilancia epidemiológica y controlar lo que ocurre con los virus que circulan entre animales, evitando además muchas veces que se capturen animales en la naturaleza con este propósito. Pero a la hora de resumir por qué se debe continuar con la cría en cautiverio, los especialistas mencionan principalmente tres.

Siguen razones

Para el naturalista Juan Villalba, que dirige el Bioparque M'Bopicuá, centro que ha realizado reintroducción de varias especies en el país (como los pecaríes), la razón número uno de la cría en cautiverio es salvar especies en extinción.

Explicó que los aportes de esta práctica a la conservación pueden rastrearse incluso a fines del siglo XIX, cuando comenzó a criarse y recuperarse el bisonte americano en Estados Unidos con el objetivo de salvarlo de la extinción y reintroducirlo. Desde entonces, "abundan los ejemplos históricos", dijo, como el bisonte europeo, el caballo salvaje, el lobo de México o el ciervo del padre David, entre muchos otros.

Susana González señaló también dos aspectos con los que Villalba concordó: el estudio de las especies y la educación ambiental. Afirmó que muchos conceptos de la biología de la conservación se han logrado gracias justamente al estudio de animales en cautiverio. Por ejemplo, los realizados en el Zoológico Nacional Smithsonian de Washington (Estados Unidos), donde se hicieron estudios acerca de los valores de variabilidad genética que retenían varias especies, datos que son válidos hasta hoy porque no es posible hacer un monitoreo exhaustivo en la naturaleza.

En cuanto al objetivo que cumple en materia de educación ambiental, manifestó que "para muchos niños el contacto con el animal se da en un zoológico, y esas imágenes quedan impregnadas para siempre", añadiendo que ese "imprinting" no es comparable al que puede producir por ejemplo una filmación o una representación virtual (como se propone a veces para sustituir a las especies en los zoológicos).

La bióloga señaló que los zoológicos son una herramienta más en la conservación y que en el caso de Uruguay han permitido la publicación de trabajos en revistas arbitradas internacionales ampliamente citados. "Si es solo para exhibirlos, sin que haya contenidos, te diría que no sirve de nada, pero tener animales con un contenido que permite que se hagan investigaciones es fundamental. No se puede desmerecer ese rol, que en Uruguay pocos zoológicos cumplen: uno de ellos es el Parque Lecocq", afirmó.

Foto: Parque Lecocq (Facebook)

Los casos de Montevideo

Para Villalba, "el peor enemigo de los buenos zoológicos son los malos zoológicos" y se mostró de acuerdo en que estos últimos "deben desaparecer". Pero esa "no es la situación general", agregó. Por ejemplo, señaló que es cierto que durante muchos años los zoológicos de Montevideo "permanecieron con criterios perimidos, de los antiguos zoológicos victorianos", pero elogió lo que se hace en el Lecocq y recordó que "de acuerdo a un plan aprobado en su momento, se reinició una remodelación de Villa Dolores con un enfoque muy acertado, el de no tener animales exóticos de gran tamaño sino dedicarse a la fauna de la región". Sin cría en cautiverio, dijo, ese plan no se puede mantener.

En los zoológicos municipales hay también cría en cautiverio de especies nativas y exóticas seriamente amenazadas. Por ejemplo, Susana González recordó que el zoológico de Villa Dolores tiene cuatro venados de campo (su área de especialización), y Villalba apuntó que el Lecocq tiene "una de las dos poblaciones más importantes del antílope Addax, casi extinguido en el África subsahariana por las guerras civiles". "La sobrevivencia se basa en su población cautiva y Montevideo tiene allí un rol importante", señaló. Susana González fue incluso coautora de un trabajo sobre el antílope Addax (tras un estudio en el Lecocq) que es ampliamente citado a nivel internacional y fue publicado por la prestigiosa revista Zoo Biology.

Un cambio como el propuesto afectaría a varias de las especies que están dentro de los zoológicos municipales. González opinó que "no se puede dejar de rehenes a los animales que están allí por cambios en la definición de metas abruptas" y que "tiene que haber una planificación seria".

En la misma línea, el naturalista dijo que espera "que reine la sensatez, porque estos temas deben ser abordados en los niveles técnicos adecuados". Por ejemplo, dijo que el enfoque de castrar animales o darlos en adopción es característico del área de animales domésticos. "Son cosas completamente diferentes. Eso es propio de quienes se dedican a animales domésticos, lo que es muy meritorio, pero es inaplicable a la fauna silvestre", afirmó, añadiendo luego que una medida de este tipo sería un "atentado la conservación" (e "imperdonable" en una especie como el antílope Addax, ya que "destruiría su posibilidad de conservación").

También refiriéndose a la castración de animales, la doctora González dijo que no puede hacerse como norma general sino que debe ser muy bien planificada, analizando los métodos y propósitos. "La castración también puede provocar estrés en los animales e incluso provocarles la muerte en la manipulación", dijo.

Castrar todos los animales de un lugar, como estrategia general, "suena a algo de cincuenta años atrás", dijo, y no cumple con normativas nacionales e internacionales. "Todo este tipo de manipulación debe pasar por la comisión honoraria de ética de animales no tradicionales con los antecedentes, objetivos y metodologías claramente detalladas y con un veterinario de responsable técnico", concluyó.

La ley es otra

Villalba estuvo de acuerdo en que esta decisión de terminar con la cría en cautiverio puede tener consecuencias legales porque hay disposiciones nacionales e internacionales a las que suscribió Uruguay.

"En 1992 el Convenio para la Diversidad Biológica estableció en su artículo noveno la importancia de la cría ex situ, algo adoptado por Uruguay a través de leyes", dijo, en referencia a la ley Nº 16.408 aprobada en agosto de 1993, que prevé que se establezcan y mantengan instalaciones para la conservación ex situ y se adopten "medidas destinadas a la recuperación y rehabilitación de las especies amenazadas y a la reintroducción de estas en sus hábitats naturales en condiciones apropiadas".

El especialista recordó que esto es especialmente importante en momentos en que América Latina sufre un deterioro ambiental serio. Según el último Informe Planeta Vivo (2020) de la World Wildlife Foundation, América Latina perdió el 94% de su biodiversidad en 46 años (de 1971 a 2017), mientras que a nivel mundial la pérdida se calcula en 68% para ese mismo período.

Revertir un declive tan espectacular requiere sobre todo de restaurar ecosistemas y recuperar espacios naturales para los animales. Villalba señala que esto es cierto, pero que en vistas de las enormes dificultades que implica restaurar ambientes naturales hoy en día, es necesario ayudar a mantener animales que puedan ser reintroducidos cuando sus hábitats estén en condiciones.

Nota: Montevideo Portal intentó contactarse con el director de Artes y Ciencias, Baltasar Brum, para ahondar en los planes a futuro de la intendencia respecto a los zoológicos, pero no obtuvo respuesta aún a la solicitud de entrevista.